/ sábado 3 de febrero de 2024

De la pluma de Miguel Reyes Razo / Paseo de la Reforma en los años 50

Por Miguel Reyes Razo


Excelsior. Paseo de la Reforma 18. Junto al exclusivo Ambassadeurs. Historia pura,

"Dalmau Costa está loco. ¿A quién se le ocurre abrir un restaurante en Reforma? ¡Va a quebrar! No se pararán ahí ni las moscas. Y con el lujo que le metió y el aire de restaurante francés que le imprimió. ¡Bah!"


Pues en 1945 la vida de la Ciudad de México corría de San Juan de Letrán hacia el Zócalo. "El "Centro" con sus finas camisería, tiendas de pieles, sombrererías, restaurantes. Lo mejor de lo mejor. "Prendes. Danubio, Casino Español, "La Ópera".

Casa Rionda. Casa Cuesta -finos paños. Telas importadas de Europa. "Artículos ingleses en el Cinco de Mayo". Librería Zig-Zag. Hotel Gilow. Ultramarinos en 16 de Septiembre. A unos pasos de la ferretera Casa Boker. Y Bancos Aboumrad, Del Pais, Banco de Comercio. Éste con un alegre Espinosa Yglesias que proclamaba: "mi banco es...¡Bancomer!

Y Cines. Olimpia, Savoy, Cinelandia. Alameda. Más tarde "Variedades", "Rex". Cafetería Lady Baltimore. Ahí llegaba Salvador Novo con Dolores del Río. Y desde luego, el "Sanborn´s". La Casa de los Azulejos. Y para pasear todo Madero.

Dalmau Costa persistió: "y nos invitó a comer el flamante secretario de Gobernación, el muy sonriente Miguel Alemán Valdés. Veracruzano de amplia sonrisa. Nos deslumbró con crujientes billetes -ediciones del Banco de México- de a 500 pesos. " Contó Salvador Novo.

Bustillo Oro y Antonio Helú. Tío de libaneses muy trabajadores que se convertirían en magnates. Helú editaba revistas de misterio "Ellery Queen". Cineasta-productor. Contrató a Arturo de Córdova. Lo hizo "trabajar" en "Cuando la Tierra tembló". Helú -apodado por sus cariñosos amigos "Chato"- perdió hasta la camisa. Eso sí, sábado a sábado comía en Lady Baltimore. Tres tequilas "Sauza-Hornitos". Una copa de vino en la comida. Cuenta muy reducida cobraba el dueño.

Aladino. En veces participantes en la lucha por la autonomía de la Universidad Nacional, cercanos a José Vasconcelos se reunían ahí.

Excelsior. Don Manuel Horta. Director de la leída "Jueves de Excélsior". Individuos cuya personalidad los elevaba. Recibía toda clase de consideraciones. Gilberto Figueroa, el gerente de la próspera cooperativa. Elegantísimos. Educados. Rezumaban autoridad, bondad, experiencia, cuidado, éxito. Conducían con tino e inteligencia los negocios del periódico. Eran noticia. Se les veía en las corridas de toros dominicales y en sus reuniones donde opinaban de todo. Y eran estímadísimos.

Don Manuel Horta encabezaba diversos clubes y peñas. Poderoso su magazine hacía grandezas. Tenían mil y una anédotas.

"Carlos Denegri y Bernardo Ponce eran mancuerna temible. Bebidos, imparables. Ocurrentes y audaces gastaban bromas muy pesadas. "Un día agarraron la parranda con el Embajador Chalita. Denegri y Ponce -ya muy ebrios- amenazaron al diplomático con "formarle cuadro" y fusilarlo. Por poco y lo consiguen. Chalita se descompuso, se desmayó y volvió en sí, envuelto en docenas de flores. Sus amigote muertos de risa...

"Denegri llegaba a la Redacción de Excélsior cayéndose de borracho. Se acostaba en un escritorio y comenzaba a gritar con delgaducha voz:

"No me da la gana...No me da la gana..

Pues asi de bebedor , Denegri no perdía lo buen -lo excelente reportero. En julio de 1957 ocurrió un severo terremoto en la Ciudad de México. Fue cuando se cayó el Ángel de la Independencia. Carlos estaba en el distinguido restaurante "1,2,3". Mareado jaló al fotógrafo del lugar. Lo hizo acompañarlo por la ciudad destrozada. Al rato llegó al periódico con fotos del terremoto. Y a darle a la máquina."

Don Rodrigo de Llano -director general de Excélsior- avizoraba, captaba las noticias. Hecho en Estados Unidos, mostraba sus dotes. Perfeccionista. Le cayó de perlas la inauguración de "Ambassadeurs". Todas las tardes, antes de repasar el "budget" -resumen de las principales noticias- consumía varios whiskis. Entonado, de buen humor, educado, se ponía al frente del diario.

"Cada tres, cara cuatro meses, se va a Tehuacán. A Puebla. Allá se encierra a descansar y a depurarse. Días sin gota de escocés. Volvía y se repetía la historia.

"Mimaba mucho a Jesús M. Lozano. ¿Eme de Mamerto? -lo punzaba Luis de Cervantes. Jefe de Información que tenía el mal gusto de mezclar fino coñac con Coca cola. "Mi Paris de Noche, Goyito, pedía el conductor de diaristas que rengueaba casi imperceptiblemente. "De joven quise ser torero. Un animal me arruinó el paso", declaraba en momentos tristones.

"Yo soy su padre- le devolvía Lozano. Reportero de gustos caros, alardeaba de su trato con los altos mandos militares. "Estoy en su grupo -contó. El día que yo muera , me tocarán Silencio. Ofrenda reservada a los grandes...

A Lozano se le atribuía una exageración. "Fue a cubrir grandes inundaciones en El Bajío: "Aquí urge la presencia de Dios...-relató

"Lo llamó el Director: "Entrevistálo. -le ordenó.

"El Balcón del tercer piso -relató alguna vez Don Julio Scherer García , hace recordar al del Papa . Balcón desde el que bendice "urbi et orbi". Me gusta observar, desde ahí el paso de la vida por Paseo de la Reforma. Excélsior.

Por Miguel Reyes Razo


Excelsior. Paseo de la Reforma 18. Junto al exclusivo Ambassadeurs. Historia pura,

"Dalmau Costa está loco. ¿A quién se le ocurre abrir un restaurante en Reforma? ¡Va a quebrar! No se pararán ahí ni las moscas. Y con el lujo que le metió y el aire de restaurante francés que le imprimió. ¡Bah!"


Pues en 1945 la vida de la Ciudad de México corría de San Juan de Letrán hacia el Zócalo. "El "Centro" con sus finas camisería, tiendas de pieles, sombrererías, restaurantes. Lo mejor de lo mejor. "Prendes. Danubio, Casino Español, "La Ópera".

Casa Rionda. Casa Cuesta -finos paños. Telas importadas de Europa. "Artículos ingleses en el Cinco de Mayo". Librería Zig-Zag. Hotel Gilow. Ultramarinos en 16 de Septiembre. A unos pasos de la ferretera Casa Boker. Y Bancos Aboumrad, Del Pais, Banco de Comercio. Éste con un alegre Espinosa Yglesias que proclamaba: "mi banco es...¡Bancomer!

Y Cines. Olimpia, Savoy, Cinelandia. Alameda. Más tarde "Variedades", "Rex". Cafetería Lady Baltimore. Ahí llegaba Salvador Novo con Dolores del Río. Y desde luego, el "Sanborn´s". La Casa de los Azulejos. Y para pasear todo Madero.

Dalmau Costa persistió: "y nos invitó a comer el flamante secretario de Gobernación, el muy sonriente Miguel Alemán Valdés. Veracruzano de amplia sonrisa. Nos deslumbró con crujientes billetes -ediciones del Banco de México- de a 500 pesos. " Contó Salvador Novo.

Bustillo Oro y Antonio Helú. Tío de libaneses muy trabajadores que se convertirían en magnates. Helú editaba revistas de misterio "Ellery Queen". Cineasta-productor. Contrató a Arturo de Córdova. Lo hizo "trabajar" en "Cuando la Tierra tembló". Helú -apodado por sus cariñosos amigos "Chato"- perdió hasta la camisa. Eso sí, sábado a sábado comía en Lady Baltimore. Tres tequilas "Sauza-Hornitos". Una copa de vino en la comida. Cuenta muy reducida cobraba el dueño.

Aladino. En veces participantes en la lucha por la autonomía de la Universidad Nacional, cercanos a José Vasconcelos se reunían ahí.

Excelsior. Don Manuel Horta. Director de la leída "Jueves de Excélsior". Individuos cuya personalidad los elevaba. Recibía toda clase de consideraciones. Gilberto Figueroa, el gerente de la próspera cooperativa. Elegantísimos. Educados. Rezumaban autoridad, bondad, experiencia, cuidado, éxito. Conducían con tino e inteligencia los negocios del periódico. Eran noticia. Se les veía en las corridas de toros dominicales y en sus reuniones donde opinaban de todo. Y eran estímadísimos.

Don Manuel Horta encabezaba diversos clubes y peñas. Poderoso su magazine hacía grandezas. Tenían mil y una anédotas.

"Carlos Denegri y Bernardo Ponce eran mancuerna temible. Bebidos, imparables. Ocurrentes y audaces gastaban bromas muy pesadas. "Un día agarraron la parranda con el Embajador Chalita. Denegri y Ponce -ya muy ebrios- amenazaron al diplomático con "formarle cuadro" y fusilarlo. Por poco y lo consiguen. Chalita se descompuso, se desmayó y volvió en sí, envuelto en docenas de flores. Sus amigote muertos de risa...

"Denegri llegaba a la Redacción de Excélsior cayéndose de borracho. Se acostaba en un escritorio y comenzaba a gritar con delgaducha voz:

"No me da la gana...No me da la gana..

Pues asi de bebedor , Denegri no perdía lo buen -lo excelente reportero. En julio de 1957 ocurrió un severo terremoto en la Ciudad de México. Fue cuando se cayó el Ángel de la Independencia. Carlos estaba en el distinguido restaurante "1,2,3". Mareado jaló al fotógrafo del lugar. Lo hizo acompañarlo por la ciudad destrozada. Al rato llegó al periódico con fotos del terremoto. Y a darle a la máquina."

Don Rodrigo de Llano -director general de Excélsior- avizoraba, captaba las noticias. Hecho en Estados Unidos, mostraba sus dotes. Perfeccionista. Le cayó de perlas la inauguración de "Ambassadeurs". Todas las tardes, antes de repasar el "budget" -resumen de las principales noticias- consumía varios whiskis. Entonado, de buen humor, educado, se ponía al frente del diario.

"Cada tres, cara cuatro meses, se va a Tehuacán. A Puebla. Allá se encierra a descansar y a depurarse. Días sin gota de escocés. Volvía y se repetía la historia.

"Mimaba mucho a Jesús M. Lozano. ¿Eme de Mamerto? -lo punzaba Luis de Cervantes. Jefe de Información que tenía el mal gusto de mezclar fino coñac con Coca cola. "Mi Paris de Noche, Goyito, pedía el conductor de diaristas que rengueaba casi imperceptiblemente. "De joven quise ser torero. Un animal me arruinó el paso", declaraba en momentos tristones.

"Yo soy su padre- le devolvía Lozano. Reportero de gustos caros, alardeaba de su trato con los altos mandos militares. "Estoy en su grupo -contó. El día que yo muera , me tocarán Silencio. Ofrenda reservada a los grandes...

A Lozano se le atribuía una exageración. "Fue a cubrir grandes inundaciones en El Bajío: "Aquí urge la presencia de Dios...-relató

"Lo llamó el Director: "Entrevistálo. -le ordenó.

"El Balcón del tercer piso -relató alguna vez Don Julio Scherer García , hace recordar al del Papa . Balcón desde el que bendice "urbi et orbi". Me gusta observar, desde ahí el paso de la vida por Paseo de la Reforma. Excélsior.