/ viernes 1 de marzo de 2024

El Espectador / La tarea de la Alianza Progresista 

De cara al proceso electoral más grande de la historia —se elegirán alrededor de 20 mil cargos públicos y se espera una participación de hasta 98 millones de votantes—, el foco de todas las fuerzas políticas está puesto en las ciudades y estados con los padrones electorales más grandes. En esa premisa radica la importancia para este proceso de la llamada Alianza Progresista que, junto con el Partido Verde, a la callada tienen la misión de incrementar en la medida de lo posible la votación para el Movimiento Regeneración Nacional en junio del 2024 en las entidades donde los personajes que ahí se encapsularon tienen prácticamente el dominio.

En el caso de los Murat, en Oaxaca, tienen la tarea de hacer lo necesario para que la votación en favor de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum sea igual o mayor a la que obtuvo el presidente López Obrador en el 2018, cuando desde allá le aportaron un millón 67 mil sufragios. Además, deberán buscar el triunfo en la mayoría de las 153 presidencias municipales, 42 diputaciones y 916 regidurías que estarán en disputa.

En el Estado de México, la entidad con el padrón más grande de todo el país con casi 13 millones de integrantes, esa misión de hacer crecer a la 4T es del exgobernador Eruviel Ávila, quien hace poco dejó las filas del Revolucionario Institucional para adherirse al proyecto de Sheinbaum Pardo. Ahí estarán en juego 75 diputaciones, 125 presidencias municipales, 125 sindicaturas, 966 regidurías y 11 sindicaturas; además, habrá que igualar los 4.3 millones de votos que los mexiquenses le dieron a Andrés Manuel López Obrador para alcanzar la victoria hace seis años.

Ávila Villegas tiene su base, sobre todo, en Ecatepec, el que resulta el municipio más poblado del país con alrededor de tres millones de habitantes. Su principal aportación es que hasta el 66 por ciento de lo mexiquenses lo conocen y, según las cifras que presentó ante la 4T y a las que este reportero tuvo acceso, el 49 por ciento votaría por él en los siguientes comicios.

Aunque en los últimos años mantuvo un perfil razonablemente bajo, un 51 por ciento de los habitantes del Edomex tienen todavía una opinión buena sobre el exgobernador, sus negativos se mantienen razonablemente bajos, con algo así como el 21 por ciento; los más enojados con Ávila Villegas son sus excompañeros de partido en esa localidad por su salida, pues apenas habían cerrado filas con Alejandra del Moral en la contienda electoral en la que lograron hacerse de 2.8 millones de sufragios.

Ahora ambos, uno abiertamente y la otra de manera más discreta, han decidido marcar distancia del PRI y de su dirigencia, específicamente de Alejandro “Alito” Moreno por desencuentros sobre las decisiones que se toman para el rumbo del partido; la votación entonces en favor de los candidatos priistas y aliancistas, incluida la abanderada presidencial Xóchitl Gálvez, se antoja desanimada.

Por último, el municipio que Morena tiene como prioridad es Iztapalapa, en la Ciudad de México, donde no se pueden dar el lujo de perder pero, de manera interna, hay una guerra cruel entre el grupo afín a la candidata a la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada, y los cercanos al profe René Bejarano; las diferencias van a tener que disiparse si quieren evitar que la capital se “emPANice”, como dice el presidente de México.


De cara al proceso electoral más grande de la historia —se elegirán alrededor de 20 mil cargos públicos y se espera una participación de hasta 98 millones de votantes—, el foco de todas las fuerzas políticas está puesto en las ciudades y estados con los padrones electorales más grandes. En esa premisa radica la importancia para este proceso de la llamada Alianza Progresista que, junto con el Partido Verde, a la callada tienen la misión de incrementar en la medida de lo posible la votación para el Movimiento Regeneración Nacional en junio del 2024 en las entidades donde los personajes que ahí se encapsularon tienen prácticamente el dominio.

En el caso de los Murat, en Oaxaca, tienen la tarea de hacer lo necesario para que la votación en favor de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum sea igual o mayor a la que obtuvo el presidente López Obrador en el 2018, cuando desde allá le aportaron un millón 67 mil sufragios. Además, deberán buscar el triunfo en la mayoría de las 153 presidencias municipales, 42 diputaciones y 916 regidurías que estarán en disputa.

En el Estado de México, la entidad con el padrón más grande de todo el país con casi 13 millones de integrantes, esa misión de hacer crecer a la 4T es del exgobernador Eruviel Ávila, quien hace poco dejó las filas del Revolucionario Institucional para adherirse al proyecto de Sheinbaum Pardo. Ahí estarán en juego 75 diputaciones, 125 presidencias municipales, 125 sindicaturas, 966 regidurías y 11 sindicaturas; además, habrá que igualar los 4.3 millones de votos que los mexiquenses le dieron a Andrés Manuel López Obrador para alcanzar la victoria hace seis años.

Ávila Villegas tiene su base, sobre todo, en Ecatepec, el que resulta el municipio más poblado del país con alrededor de tres millones de habitantes. Su principal aportación es que hasta el 66 por ciento de lo mexiquenses lo conocen y, según las cifras que presentó ante la 4T y a las que este reportero tuvo acceso, el 49 por ciento votaría por él en los siguientes comicios.

Aunque en los últimos años mantuvo un perfil razonablemente bajo, un 51 por ciento de los habitantes del Edomex tienen todavía una opinión buena sobre el exgobernador, sus negativos se mantienen razonablemente bajos, con algo así como el 21 por ciento; los más enojados con Ávila Villegas son sus excompañeros de partido en esa localidad por su salida, pues apenas habían cerrado filas con Alejandra del Moral en la contienda electoral en la que lograron hacerse de 2.8 millones de sufragios.

Ahora ambos, uno abiertamente y la otra de manera más discreta, han decidido marcar distancia del PRI y de su dirigencia, específicamente de Alejandro “Alito” Moreno por desencuentros sobre las decisiones que se toman para el rumbo del partido; la votación entonces en favor de los candidatos priistas y aliancistas, incluida la abanderada presidencial Xóchitl Gálvez, se antoja desanimada.

Por último, el municipio que Morena tiene como prioridad es Iztapalapa, en la Ciudad de México, donde no se pueden dar el lujo de perder pero, de manera interna, hay una guerra cruel entre el grupo afín a la candidata a la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada, y los cercanos al profe René Bejarano; las diferencias van a tener que disiparse si quieren evitar que la capital se “emPANice”, como dice el presidente de México.