/ jueves 26 de octubre de 2023

El uso de programas ilegales abre la puerta a ataques de malware 

El panorama económico en América Latina ha sido complejo este año, siendo la inflación uno de los retos más grandes. Si bien se ha registrado una disminución en este indicador y los expertos prevén que este año cierre en un nivel menor que en 2022, el escenario tan cambiante ha obligado a las empresas a replantear sus planes de gastos e inversión. Esto podría tener un efecto boomerang si no son exhaustivamente cuidadosas con las áreas a priorizar, la ciberseguridad, por ejemplo, debe considerarse siempre en estas decisiones pues, dejarla de lado, significa quedar vulnerables en este contexto tan volátil.

Lamentablemente, a pesar de que las empresas han buscado incrementar sus presupuestos en ciberseguridad, un punto débil es la reducción de costos en ciertas herramientas digitales, como el pago de licencias de distintos programas para sus equipos de trabajo. En América Latina, aproximadamente el 66% de los softwares utilizados son piratas -casi el doble del promedio mundial que es del 35%-. Sin saberlo, las organizaciones tienen al “enemigo en casa”, ya que este tipo de programas son uno de los métodos favoritos de los ciberdelincuentes para realizar infecciones de malware y afectar a los equipos de las redes corporativas.

El Panorama de Amenazas 2023 de Kaspersky informó que se bloquearon 1,190 millones de intentos de infección de malware durante el último año en la región, lo que representó un promedio de 37.9 de ataques por segundo. El informe también destacó que México se posicionó en el segundo lugar en la lista de países con los mayores intentos de infección -solo por detrás de Brasil- al registrar 275 ataques por minuto.

En este periodo, las organizaciones más afectadas fueron desde entidades gubernamentales, hasta empresas agrícolas, de comercio minorista y mayorista, industriales, de educación, salud, TI y telecomunicaciones, financieras y de seguros. Al cumplir con actividades productivas claves para la región, es vital que estos sectores estén preparados y protegidos, no solo para enfrentar los retos económicos, sino también los de ciberseguridad que están en constante evolución.

Desafortunadamente, en América Latina, la cultura de la gratuidad a menudo conduce a la piratería y a evitar pagar por un servicio y eso puede tener un impacto negativo en las compañías. Utilizar un software pirata, además de llevar a la instalación de malware en los dispositivos, puede poner en riesgo su información y la de sus clientes, su infraestructura y operatividad, así como su capital económico y reputacional.

Ante el actual contexto económico, las organizaciones deben analizar cada decisión, pues son los escenarios de incertidumbre los que los ciberdelincuentes aprovechan para atacar. Hoy, a través de alianzas y convenios, las empresas pueden llegar a acuerdos y costos más accesibles. Y si bien la revisión de gastos e inversiones es una medida para mantener su operación, deben tener presente que la transformación tecnológica y el uso de softwares oficiales, entre otras herramientas digitales, brindan oportunidades para lograr ahorros importantes y mantenerse competitivas en el largo plazo.

Por supuesto, estas herramientas deben estar protegidas con una solución de seguridad adecuada a sus necesidades, ya sea que se trate de sistemas IT u OT, todo esto, junto con líderes bien informados y colaboradores capacitados, serán siempre el mejor escudo ante las ciberamenazas.

El panorama económico en América Latina ha sido complejo este año, siendo la inflación uno de los retos más grandes. Si bien se ha registrado una disminución en este indicador y los expertos prevén que este año cierre en un nivel menor que en 2022, el escenario tan cambiante ha obligado a las empresas a replantear sus planes de gastos e inversión. Esto podría tener un efecto boomerang si no son exhaustivamente cuidadosas con las áreas a priorizar, la ciberseguridad, por ejemplo, debe considerarse siempre en estas decisiones pues, dejarla de lado, significa quedar vulnerables en este contexto tan volátil.

Lamentablemente, a pesar de que las empresas han buscado incrementar sus presupuestos en ciberseguridad, un punto débil es la reducción de costos en ciertas herramientas digitales, como el pago de licencias de distintos programas para sus equipos de trabajo. En América Latina, aproximadamente el 66% de los softwares utilizados son piratas -casi el doble del promedio mundial que es del 35%-. Sin saberlo, las organizaciones tienen al “enemigo en casa”, ya que este tipo de programas son uno de los métodos favoritos de los ciberdelincuentes para realizar infecciones de malware y afectar a los equipos de las redes corporativas.

El Panorama de Amenazas 2023 de Kaspersky informó que se bloquearon 1,190 millones de intentos de infección de malware durante el último año en la región, lo que representó un promedio de 37.9 de ataques por segundo. El informe también destacó que México se posicionó en el segundo lugar en la lista de países con los mayores intentos de infección -solo por detrás de Brasil- al registrar 275 ataques por minuto.

En este periodo, las organizaciones más afectadas fueron desde entidades gubernamentales, hasta empresas agrícolas, de comercio minorista y mayorista, industriales, de educación, salud, TI y telecomunicaciones, financieras y de seguros. Al cumplir con actividades productivas claves para la región, es vital que estos sectores estén preparados y protegidos, no solo para enfrentar los retos económicos, sino también los de ciberseguridad que están en constante evolución.

Desafortunadamente, en América Latina, la cultura de la gratuidad a menudo conduce a la piratería y a evitar pagar por un servicio y eso puede tener un impacto negativo en las compañías. Utilizar un software pirata, además de llevar a la instalación de malware en los dispositivos, puede poner en riesgo su información y la de sus clientes, su infraestructura y operatividad, así como su capital económico y reputacional.

Ante el actual contexto económico, las organizaciones deben analizar cada decisión, pues son los escenarios de incertidumbre los que los ciberdelincuentes aprovechan para atacar. Hoy, a través de alianzas y convenios, las empresas pueden llegar a acuerdos y costos más accesibles. Y si bien la revisión de gastos e inversiones es una medida para mantener su operación, deben tener presente que la transformación tecnológica y el uso de softwares oficiales, entre otras herramientas digitales, brindan oportunidades para lograr ahorros importantes y mantenerse competitivas en el largo plazo.

Por supuesto, estas herramientas deben estar protegidas con una solución de seguridad adecuada a sus necesidades, ya sea que se trate de sistemas IT u OT, todo esto, junto con líderes bien informados y colaboradores capacitados, serán siempre el mejor escudo ante las ciberamenazas.