/ jueves 20 de septiembre de 2018

Fuera de agenda | Agencias “secretas” detrás de Ayotzinapa

Cuando el próximo 26 de septiembre se cumplan cuatro años de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, retumbará en todo el país de nuevo el reclamo de los padres de los jóvenes para que el gobierno de Enrique Peña Nieto responda de una vez por todas dónde están. Como no lo hará, la ruta para responder a esta pregunta a partir del 1 de diciembre podría deparar varias sorpresas.

En principio acabaría la especulación respecto a que el actual jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional, el general de división Alejandro Saavedra Hernández es “puntero” o encabeza las preferencias del presidente electo Andrés Manuel López Obrador para nombrarlo secretario de la Defensa Nacional. Su responsabilidad la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014, cuando tropas del 27 batallón de infantería realizaron una operación en Iguala para monitorear y seguir el ingreso de los normalistas al municipio, era parte de su trabajo como comandante de la 35 zona militar en Chilpancingo.

En el Ejército se dice que los oficiales de artillería suelen ser calculadores, el general Saavedra podría serlo, sabe que un cargo como el de titular de la Sedena lo colocaríaen medio de una tormenta política que su actual jefe, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, ha sorteado durante cuatro años para evitar que él y otros militares sean llamados a cuentas. Molesta demasiado que se insista sobre la responsabilidad en la línea de mando que operó aquella noche, e irrita más la posibilidad de que sean interrogadospor una autoridad distinta a la militar.

Hasta hace unos meses se reportaba todavía al hoy general brigadier José Rodríguez Pérez al frente de un área en la dirección de industria militar. En septiembre del 2014 como coronel era el comandante del 27 batallón de infantería, en la línea de mando era el superior jerárquico del capitán José Martínez Crespo, un oficial que al frente de su grupo de comando actuó en terreno en distintos puntos de Iguala la noche en que desaparecieron los 43 estudiantes. Como la investigación ministerial ha sido omisa, existen muchos cabos sueltos que podrían aportar información y contexto para buscar aclarar el paradero de los jóvenes.

Por ejemplo el caso de los cuerpos especiales que realizaron labores de inteligencia como el llamado Agrupamiento Especial de Búsqueda (AGESEB), iniciales que aparecen en varios de los documentos militares generados esa noche. Esta unidad está conformada por agentes de la Policía Judicial Federal Militar (hoy ministerial), dedicados a labores de investigación e información organizados por células, y al mando de oficiales de la sección segunda, inteligencia militar, del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Otro es el Grupo de Análisis de Orden Interno (GAOI), área que depende de la subsección de Asuntos Especiales también en la sección segunda del Estado Mayor de la Defensa Nacional. Varios de los mensajes antes, durante y después de la noche de Iguala, iban dirigidos a Saavedra y al GAOI, unidad que se encarga de analizar información relacionada con organizaciones armadas como el EPR y EZLN, y se enfoca a dar seguimiento a grupos clandestinos en siete estados del país.


Cuando el próximo 26 de septiembre se cumplan cuatro años de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, retumbará en todo el país de nuevo el reclamo de los padres de los jóvenes para que el gobierno de Enrique Peña Nieto responda de una vez por todas dónde están. Como no lo hará, la ruta para responder a esta pregunta a partir del 1 de diciembre podría deparar varias sorpresas.

En principio acabaría la especulación respecto a que el actual jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional, el general de división Alejandro Saavedra Hernández es “puntero” o encabeza las preferencias del presidente electo Andrés Manuel López Obrador para nombrarlo secretario de la Defensa Nacional. Su responsabilidad la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014, cuando tropas del 27 batallón de infantería realizaron una operación en Iguala para monitorear y seguir el ingreso de los normalistas al municipio, era parte de su trabajo como comandante de la 35 zona militar en Chilpancingo.

En el Ejército se dice que los oficiales de artillería suelen ser calculadores, el general Saavedra podría serlo, sabe que un cargo como el de titular de la Sedena lo colocaríaen medio de una tormenta política que su actual jefe, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, ha sorteado durante cuatro años para evitar que él y otros militares sean llamados a cuentas. Molesta demasiado que se insista sobre la responsabilidad en la línea de mando que operó aquella noche, e irrita más la posibilidad de que sean interrogadospor una autoridad distinta a la militar.

Hasta hace unos meses se reportaba todavía al hoy general brigadier José Rodríguez Pérez al frente de un área en la dirección de industria militar. En septiembre del 2014 como coronel era el comandante del 27 batallón de infantería, en la línea de mando era el superior jerárquico del capitán José Martínez Crespo, un oficial que al frente de su grupo de comando actuó en terreno en distintos puntos de Iguala la noche en que desaparecieron los 43 estudiantes. Como la investigación ministerial ha sido omisa, existen muchos cabos sueltos que podrían aportar información y contexto para buscar aclarar el paradero de los jóvenes.

Por ejemplo el caso de los cuerpos especiales que realizaron labores de inteligencia como el llamado Agrupamiento Especial de Búsqueda (AGESEB), iniciales que aparecen en varios de los documentos militares generados esa noche. Esta unidad está conformada por agentes de la Policía Judicial Federal Militar (hoy ministerial), dedicados a labores de investigación e información organizados por células, y al mando de oficiales de la sección segunda, inteligencia militar, del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Otro es el Grupo de Análisis de Orden Interno (GAOI), área que depende de la subsección de Asuntos Especiales también en la sección segunda del Estado Mayor de la Defensa Nacional. Varios de los mensajes antes, durante y después de la noche de Iguala, iban dirigidos a Saavedra y al GAOI, unidad que se encarga de analizar información relacionada con organizaciones armadas como el EPR y EZLN, y se enfoca a dar seguimiento a grupos clandestinos en siete estados del país.


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