/ domingo 10 de septiembre de 2023

La importancia del sentido de vida

Hoy domingo 10 de septiembre es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Tema sensible y prioritario, expertos coinciden que es un problema de salud pública mundial con características diferentes en zonas y países. Que favorablemente, en México la tasa de suicidios es menor a países con igual o mayor nivel de desarrollo. Sin embargo, siempre aflige a miles de familias, a la sociedad y al Estado.

Por su contexto, la prevención del suicidio es tarea de todos… encarna, entre otros, las buenas prácticas en la solución de problemas y toma de decisiones desde sus raíces (y principio de progresividad, pero siempre acciones en tiempo y forma). Asímismo, plantear alternativas, nuevas metas por alcanzar, transformarnos, dejando atrás la falacia: “No tengo por qué vivir y un sentido de vida”.

Concienticemos, esa decision “final” acota para siempre el horizonte del corto, medio y largo plazo personal y marcan a los seres queridos. Cerremos esa puerta, encontremos nuevos caminos, rechacemos ser parte de los números rojos.

I: Estadísticas. El Inegi, los días 8 de septiembre presenta información actualizada a nivel nacional:

En 2021, sucedieron 8,351 fallecimientos por lesiones autoinfligidas en el país, significando una tasa de suicidio de 6.5 por cada 100 mil habitantes.

Las comparaciones: en 2020 ocurrieron 7,818 que representa 0.7% del total de muertes en el año y una tasa de suicidio del 6.2, superior a la registrada en 2019 de 5.6.

Por sexo: En todas las edades la prevalencia de suicidas son hombres, quizá una muestra de la capacidad de resiliencia de las mujeres.

Por grupo de edad: de 10 a 14 años (2.1 por cada 100 mil habitantes); de 15 a 29 años: (10.4); de 30 a 59 años: (8.3); de 60 a más: (4.9).

En el larga data, un estudio analiza desde el año 1950 (se observa en 1975, como punto de inicio, de una dinámica creciente del suicidio) focalizado en los jóvenes y mayores de edad.

II. Reflexiones: las buenas prácticas en la prevención abonan a favor para [insistimos]… dejar atrás la improcedente perspectiva “el suicidio, única salida a una situación de vida adversa”:

a) Por ejemplo, adultos mayores. Evidentemente los cambios sociales en nuestros días previenen estructuralmente, disminuyen los factores de riesgo y tasa de suicidios.

El acceso a la pensión alimentaria contribuye a su tranquilidad. Recordemos, nueve millones de personas salieron de una situación de pobreza (Coneval). Los jóvenes también tienen oportunidades.

b) Otro ejemplo, las Personas Privadas de la Libertad (PPL). El suicidio, tema de atención, alerta en el interior de los centros.

El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria comunica: 100 suicidios en 2022 (estatales 84 y 16 federales), en los años 2021 y 2020 en total 108 y 114 (igual proporción en ambos sistemas).

Anteriormente analizamos la importancia de la coordinación interinstitucional en las cárceles. Un caso: “salud mental, detonantes y adversidades, resiliencia, delito, apoyo, tratamiento, trabajo, deporte, adicciones, suicidio”. Los Protocolos son fundamentales y la tarea de aplicarlos.

Por cierto, amable lector preguntó ¿por qué focalizo en todo tiempo a los “victimarios” sin referir a las “victimas”? La respuesta: mi ámbito laboral está en el sistema penitenciario y el reto de transformación del mismo (entre otros, reinserción social sin reincidencia). Pero, también el compromiso en la victimología desde la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para la construcción de la paz y seguridad en el país.

Hoy domingo 10 de septiembre es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Tema sensible y prioritario, expertos coinciden que es un problema de salud pública mundial con características diferentes en zonas y países. Que favorablemente, en México la tasa de suicidios es menor a países con igual o mayor nivel de desarrollo. Sin embargo, siempre aflige a miles de familias, a la sociedad y al Estado.

Por su contexto, la prevención del suicidio es tarea de todos… encarna, entre otros, las buenas prácticas en la solución de problemas y toma de decisiones desde sus raíces (y principio de progresividad, pero siempre acciones en tiempo y forma). Asímismo, plantear alternativas, nuevas metas por alcanzar, transformarnos, dejando atrás la falacia: “No tengo por qué vivir y un sentido de vida”.

Concienticemos, esa decision “final” acota para siempre el horizonte del corto, medio y largo plazo personal y marcan a los seres queridos. Cerremos esa puerta, encontremos nuevos caminos, rechacemos ser parte de los números rojos.

I: Estadísticas. El Inegi, los días 8 de septiembre presenta información actualizada a nivel nacional:

En 2021, sucedieron 8,351 fallecimientos por lesiones autoinfligidas en el país, significando una tasa de suicidio de 6.5 por cada 100 mil habitantes.

Las comparaciones: en 2020 ocurrieron 7,818 que representa 0.7% del total de muertes en el año y una tasa de suicidio del 6.2, superior a la registrada en 2019 de 5.6.

Por sexo: En todas las edades la prevalencia de suicidas son hombres, quizá una muestra de la capacidad de resiliencia de las mujeres.

Por grupo de edad: de 10 a 14 años (2.1 por cada 100 mil habitantes); de 15 a 29 años: (10.4); de 30 a 59 años: (8.3); de 60 a más: (4.9).

En el larga data, un estudio analiza desde el año 1950 (se observa en 1975, como punto de inicio, de una dinámica creciente del suicidio) focalizado en los jóvenes y mayores de edad.

II. Reflexiones: las buenas prácticas en la prevención abonan a favor para [insistimos]… dejar atrás la improcedente perspectiva “el suicidio, única salida a una situación de vida adversa”:

a) Por ejemplo, adultos mayores. Evidentemente los cambios sociales en nuestros días previenen estructuralmente, disminuyen los factores de riesgo y tasa de suicidios.

El acceso a la pensión alimentaria contribuye a su tranquilidad. Recordemos, nueve millones de personas salieron de una situación de pobreza (Coneval). Los jóvenes también tienen oportunidades.

b) Otro ejemplo, las Personas Privadas de la Libertad (PPL). El suicidio, tema de atención, alerta en el interior de los centros.

El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria comunica: 100 suicidios en 2022 (estatales 84 y 16 federales), en los años 2021 y 2020 en total 108 y 114 (igual proporción en ambos sistemas).

Anteriormente analizamos la importancia de la coordinación interinstitucional en las cárceles. Un caso: “salud mental, detonantes y adversidades, resiliencia, delito, apoyo, tratamiento, trabajo, deporte, adicciones, suicidio”. Los Protocolos son fundamentales y la tarea de aplicarlos.

Por cierto, amable lector preguntó ¿por qué focalizo en todo tiempo a los “victimarios” sin referir a las “victimas”? La respuesta: mi ámbito laboral está en el sistema penitenciario y el reto de transformación del mismo (entre otros, reinserción social sin reincidencia). Pero, también el compromiso en la victimología desde la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para la construcción de la paz y seguridad en el país.