/ sábado 12 de mayo de 2018

La Moviola

La sociedad de los perrihijos muertos

Gerardo Gil Ballesteros

@lamoviola

ConIsla de perros (Wes Anderson,2018),podemos ir de paseo en dos caminos. El primero nos llevaen un sentido comercial, sentimental, de entretenimiento simple y puro pero nunca convencional. Y en el segundo, vemos un punto fino, artístico incluso,que hace las delicias de un cinéfilo algo más exigente que el convencional.

El noveno largometraje deAndersen, como la mayoría de su filmografía, fluye entre un cine digamos de arte y el del más simple y puroentretenimiento. Lo cual no lo exenta de tener como leitmotiv una reflexión sobre los peligros deltotalitarismo en el marco de una fábula distópica. Todo narrado con la técnica de stop motion.

Atari (voz de Koyu Rankin), es un niño de doce años que huye del encierro en el que lo tiene su tío, el tirano alcalde Kobayashi (voz de Kunichi Nomura), quien en la ciudad de Megasaki, ha declarado como enemigos a todos los perros, además de exiliarlos en una lejana isla basurero. El pretexto, es una enfermedad de la cual han sido infectados.

El niño, decide rescatar a su único amigo, un perro guardián llamado Spots (voz de Liev Schreiber). Ya en la isla, Atari conoce a un grupo de canes exiliados que al principio con cierta desconfianza, lo ayudarán a buscar a su amigo. La jauría es encabezada por Chief (voz de Bryan Cranston), quien tiene un pasado que lo atormenta y desconfía de Atari.

Además de ser una fábula distópica sobre el totalitarismo y sus peligros, Andersen demuestra que es especialista en el gag cáusticoy sutil, los cuales habitan en mucho de su filmografía. La películamaneja además un humor de tono melancólico que se introduce de formacronométrica y rítmica en el relato.

Los personajes de Isla de perros resaltan por sus imperfecciones lúdicas que hacen eco en un público receptivo. Por momentos incluso, recuerdan al adolescente rústico y cínico, prófugo de algún modo de la Nouvelle Vague de Moonrise Kingdom.

En los personajes de Andersonhay un nihilismo empático que se alimentan de diversas capas. El tema primario, puede ser la lealtad y el amor, pero como todo universo del director, la lectura del entorno y los personajes es más compleja.

Isla de perros tiene la ventaja de conquistar a dos universos de públicos, aquel que busca un mero entretenimiento y el que espera un cine de mayor complejidad y riqueza.

Ideal para ver en estos días,después de sacar a tu cana dar la vuelta claro, lapelículaestállena de matices yno es exclusiva para la sociedad de los perrihijos.

La sociedad de los perrihijos muertos

Gerardo Gil Ballesteros

@lamoviola

ConIsla de perros (Wes Anderson,2018),podemos ir de paseo en dos caminos. El primero nos llevaen un sentido comercial, sentimental, de entretenimiento simple y puro pero nunca convencional. Y en el segundo, vemos un punto fino, artístico incluso,que hace las delicias de un cinéfilo algo más exigente que el convencional.

El noveno largometraje deAndersen, como la mayoría de su filmografía, fluye entre un cine digamos de arte y el del más simple y puroentretenimiento. Lo cual no lo exenta de tener como leitmotiv una reflexión sobre los peligros deltotalitarismo en el marco de una fábula distópica. Todo narrado con la técnica de stop motion.

Atari (voz de Koyu Rankin), es un niño de doce años que huye del encierro en el que lo tiene su tío, el tirano alcalde Kobayashi (voz de Kunichi Nomura), quien en la ciudad de Megasaki, ha declarado como enemigos a todos los perros, además de exiliarlos en una lejana isla basurero. El pretexto, es una enfermedad de la cual han sido infectados.

El niño, decide rescatar a su único amigo, un perro guardián llamado Spots (voz de Liev Schreiber). Ya en la isla, Atari conoce a un grupo de canes exiliados que al principio con cierta desconfianza, lo ayudarán a buscar a su amigo. La jauría es encabezada por Chief (voz de Bryan Cranston), quien tiene un pasado que lo atormenta y desconfía de Atari.

Además de ser una fábula distópica sobre el totalitarismo y sus peligros, Andersen demuestra que es especialista en el gag cáusticoy sutil, los cuales habitan en mucho de su filmografía. La películamaneja además un humor de tono melancólico que se introduce de formacronométrica y rítmica en el relato.

Los personajes de Isla de perros resaltan por sus imperfecciones lúdicas que hacen eco en un público receptivo. Por momentos incluso, recuerdan al adolescente rústico y cínico, prófugo de algún modo de la Nouvelle Vague de Moonrise Kingdom.

En los personajes de Andersonhay un nihilismo empático que se alimentan de diversas capas. El tema primario, puede ser la lealtad y el amor, pero como todo universo del director, la lectura del entorno y los personajes es más compleja.

Isla de perros tiene la ventaja de conquistar a dos universos de públicos, aquel que busca un mero entretenimiento y el que espera un cine de mayor complejidad y riqueza.

Ideal para ver en estos días,después de sacar a tu cana dar la vuelta claro, lapelículaestállena de matices yno es exclusiva para la sociedad de los perrihijos.

ÚLTIMASCOLUMNAS