/ sábado 13 de octubre de 2018

La moviola

Son totalmente asesinas.

Gerardo Gil Ballesteros

@lamoviola

A pesardel reinado de Venom en la taquilla, se puede encontrar algún asunto interesante dentro de la cartelera cinematográfica. Es el caso de Nación asesina (Sam Levinson, 2018), una fábula sanguinolenta y excesiva sobre los peligros de perder la privacidad vía la tecnología. El hijo del prolífico Barry Levinson, como buen millennial, nació en 1985, no rehúye a cierto cinismo al analizar a las generaciones post internet, de las que él forma parte.

Pero el filme va más allá, ya que es una radiografía de la Norteamérica profunda, aquella de las casas en los suburbios, las cenas a las siete y la familia de anuncio publicitario. Aspectos como la caza de brujas y la doble moral del conservadurismo se exponen en una película que usa a la violencia como leitmotiv estético y discursivo. Recurso y fondo.

Porque en Nación asesina, la sangre y los asesinatos, son un pilar narrativo, pero un pilar maniqueo, desde donde el filme encuentra un cómodo desarrollo, que va más allá de un fugaz entretenimiento.

En el pueblo de Salem, clara metáfora a la caza de brujas, un grupo de chavas adolescentes estudia la High School, en medio del bullyng, la frivolidady las relaciones sexuales y de noviazgo propias de la etapa, pero que tienden a la banalidad. El suicidio del Alcalde Bartelett (Cullen Moss) debido a un hacker que se mete a sus secretos más íntimos, provoca en un principio el morbo de la gente del pueblo.

Pero cuando el pirata tecnológico descubre el lado oscuro de toda la comunidad, llega el deporte favorito de la sociedad estadounidense: la paranoia y la violencia. Lily (Odessa Young), líder del grupo de chavas bimbo, son las principales sospechosas de estar detrás del asunto. En este punto, entra en el filme una suerte de empoderamiento femenino pero en el tono de una estética de Serie B violenta, que completan los recursos del largometraje.

Tres películas pueden venir como referente o antecedente de Nación asesina, la primera Asesinos por naturaleza (Quentin Tarantino, 1994) directa reflexión de la esencia estadounidense, The Net (Irvin Winkler, 1995), sobre los peligros de la violencia cibernética, una de las primeras películas en tocar el tema. Sin olvidar la reciente Suburbicon (George Clooney,2017), donde la paranoia clasemediera se deja ver el contexto de los años sesenta.


Con una edición rápida, que forma también parte del discurso, Nación asesina es una sanguinolenta y humorística mirada a la sociedad del hastío y buenas conciencias que se esconde detrás de la defensa del orden establecido.

La película no solo encuentra valor por el tema sino tambiénpor su profundo cinismo y sinceridad.

@lamoviola


Son totalmente asesinas.

Gerardo Gil Ballesteros

@lamoviola

A pesardel reinado de Venom en la taquilla, se puede encontrar algún asunto interesante dentro de la cartelera cinematográfica. Es el caso de Nación asesina (Sam Levinson, 2018), una fábula sanguinolenta y excesiva sobre los peligros de perder la privacidad vía la tecnología. El hijo del prolífico Barry Levinson, como buen millennial, nació en 1985, no rehúye a cierto cinismo al analizar a las generaciones post internet, de las que él forma parte.

Pero el filme va más allá, ya que es una radiografía de la Norteamérica profunda, aquella de las casas en los suburbios, las cenas a las siete y la familia de anuncio publicitario. Aspectos como la caza de brujas y la doble moral del conservadurismo se exponen en una película que usa a la violencia como leitmotiv estético y discursivo. Recurso y fondo.

Porque en Nación asesina, la sangre y los asesinatos, son un pilar narrativo, pero un pilar maniqueo, desde donde el filme encuentra un cómodo desarrollo, que va más allá de un fugaz entretenimiento.

En el pueblo de Salem, clara metáfora a la caza de brujas, un grupo de chavas adolescentes estudia la High School, en medio del bullyng, la frivolidady las relaciones sexuales y de noviazgo propias de la etapa, pero que tienden a la banalidad. El suicidio del Alcalde Bartelett (Cullen Moss) debido a un hacker que se mete a sus secretos más íntimos, provoca en un principio el morbo de la gente del pueblo.

Pero cuando el pirata tecnológico descubre el lado oscuro de toda la comunidad, llega el deporte favorito de la sociedad estadounidense: la paranoia y la violencia. Lily (Odessa Young), líder del grupo de chavas bimbo, son las principales sospechosas de estar detrás del asunto. En este punto, entra en el filme una suerte de empoderamiento femenino pero en el tono de una estética de Serie B violenta, que completan los recursos del largometraje.

Tres películas pueden venir como referente o antecedente de Nación asesina, la primera Asesinos por naturaleza (Quentin Tarantino, 1994) directa reflexión de la esencia estadounidense, The Net (Irvin Winkler, 1995), sobre los peligros de la violencia cibernética, una de las primeras películas en tocar el tema. Sin olvidar la reciente Suburbicon (George Clooney,2017), donde la paranoia clasemediera se deja ver el contexto de los años sesenta.


Con una edición rápida, que forma también parte del discurso, Nación asesina es una sanguinolenta y humorística mirada a la sociedad del hastío y buenas conciencias que se esconde detrás de la defensa del orden establecido.

La película no solo encuentra valor por el tema sino tambiénpor su profundo cinismo y sinceridad.

@lamoviola


ÚLTIMASCOLUMNAS