/ sábado 14 de octubre de 2023

La Moviola | El justiciero 3, FICM: un adelanto y la crítica

@lamoviola

Una cartelera con estrenos más bien modestos se ve está semana. Con todo y la llegada de El justiciero: Capitulo final (The Equalizer 3, 2023) dirigida por el habilísimo Antoine Fuqua y protagonizada por Denzel Washington quien se ha convertido en una de las representaciones del héroe blanco estadounidense con su amor a las armas y toda la cosa, en una serie que de plano ha ido de menos a más y que es una suerte de blaxploitation adecentada con la virtud –tal vez– de seguir el manual de género. Poco que decir de este filme que no se distingue en nada de cualquier asunto con un tipo, un arma y poca trama.

Adiós a los tiempos en los que Chuck Norris arrasaba con medio elenco, hoy el género no huele a pólvora, sino a café de franquicia con su latte y cereza arriba. Fuqua no es Don Siegel y Washington no es Norris. El antihéroe hoy apenas si tiene malas maneras. El protagonista de nuestra franquicia no olvida su pasado turbulento pero quiere salvar a sus amigos. Adiós pues al solitario taciturno y cruel, bienvenido el héroe de gabardina elegante. Poco que añadir de hecho.

Lástima, la cartelera mundial dada la situación necesita sus buenos Blockbusters y ni el regreso del demonio con vestido azul que es El exorcista puede revitalizar una endemoniada crisis en muchas salas exhibidoras.

De ahí toman relevancia eventos de talla mundial, hay que decirlo, como los dedicados al cine. Es el caso de la edición 21 del Festival Internacional de Cine de Morelia. Y es que, no sólo son las conferencias o presencia de invitados de talla internacional, que son claro, parte estelar y gustan mucho al público, sino también dar visibilidad a las protagonistas: las películas.

Dejemos pues de lado el tema del destripador con pistola y hablemos de algo más amable: la crítica y su función en el marco de estos eventos. Difusores, guía, conciencia aguda y siempre irónica, el revisar y comentar los filmes de manera pública será una compañía para el espectador y moverá la capacidad de reflexión, que buena falta hace en estos momentos.

En medio de una crisis en los apoyos a la cultura desde distintos frentes oficiales, la voz crítica se vuelve un punto importante y vaya que el Festival sabe de esta situación. Ha sorteado toda clase de circunstancias para llegar a su edición 21 y a esa edad la mirada sólo debe ser crítica. Limitar el trabajo de esta actividad, es pues, hacer coro a la voz única. Las películas están, que se vean, se debatan pues.

Eventos de prestigio internacional requieren esas voces. No slo de la nota diaria, indispensable claro, fundamental, pero también de la reflexión en torno a su programación, que puede ser discurso, posición, mensaje. Y claro, para esto, se requiere empaparse de la enorme cantidad de opciones fílmicas que ofrece un Festival.

Escuchar las voces de experiencia pero también la crítica que renueva le da pulsión, sangre nueva a los festivales. Esta no se logra, claro, viendo una película al día. Es un trabajo de tiempo completo en la cobertura y tan duro como las balas que avienta míster Washington. Sin la corrección política, claro.

El público de Festival, el de Morelia se nutre por una enorme cantidad de jóvenes y crea en torno a la cultura, el cine y su placer algo díscolo, un tejido social. No es poca cosa. No sólo es la difusión, sino la reflexión la que completa parte del cuadro.

Alguna vez alguien me dijo, es que aquí a los críticos nadie los quiere. ¿Se imagina usted un crítico de cine amado? Sería como si Pazuzu se fuera a tomar un café, con la mamá de Regan.

Bueno, pues bienvenida la edición 21 de uno de los eventos más importantes fílmicos no sólo en México, sino en el mundo: El Festival de Cine de Morelia, que será del 20 al 29 de octubre y como dicen los clásicos: seguiremos criticando, ¿o cómo era?


@lamoviola

Una cartelera con estrenos más bien modestos se ve está semana. Con todo y la llegada de El justiciero: Capitulo final (The Equalizer 3, 2023) dirigida por el habilísimo Antoine Fuqua y protagonizada por Denzel Washington quien se ha convertido en una de las representaciones del héroe blanco estadounidense con su amor a las armas y toda la cosa, en una serie que de plano ha ido de menos a más y que es una suerte de blaxploitation adecentada con la virtud –tal vez– de seguir el manual de género. Poco que decir de este filme que no se distingue en nada de cualquier asunto con un tipo, un arma y poca trama.

Adiós a los tiempos en los que Chuck Norris arrasaba con medio elenco, hoy el género no huele a pólvora, sino a café de franquicia con su latte y cereza arriba. Fuqua no es Don Siegel y Washington no es Norris. El antihéroe hoy apenas si tiene malas maneras. El protagonista de nuestra franquicia no olvida su pasado turbulento pero quiere salvar a sus amigos. Adiós pues al solitario taciturno y cruel, bienvenido el héroe de gabardina elegante. Poco que añadir de hecho.

Lástima, la cartelera mundial dada la situación necesita sus buenos Blockbusters y ni el regreso del demonio con vestido azul que es El exorcista puede revitalizar una endemoniada crisis en muchas salas exhibidoras.

De ahí toman relevancia eventos de talla mundial, hay que decirlo, como los dedicados al cine. Es el caso de la edición 21 del Festival Internacional de Cine de Morelia. Y es que, no sólo son las conferencias o presencia de invitados de talla internacional, que son claro, parte estelar y gustan mucho al público, sino también dar visibilidad a las protagonistas: las películas.

Dejemos pues de lado el tema del destripador con pistola y hablemos de algo más amable: la crítica y su función en el marco de estos eventos. Difusores, guía, conciencia aguda y siempre irónica, el revisar y comentar los filmes de manera pública será una compañía para el espectador y moverá la capacidad de reflexión, que buena falta hace en estos momentos.

En medio de una crisis en los apoyos a la cultura desde distintos frentes oficiales, la voz crítica se vuelve un punto importante y vaya que el Festival sabe de esta situación. Ha sorteado toda clase de circunstancias para llegar a su edición 21 y a esa edad la mirada sólo debe ser crítica. Limitar el trabajo de esta actividad, es pues, hacer coro a la voz única. Las películas están, que se vean, se debatan pues.

Eventos de prestigio internacional requieren esas voces. No slo de la nota diaria, indispensable claro, fundamental, pero también de la reflexión en torno a su programación, que puede ser discurso, posición, mensaje. Y claro, para esto, se requiere empaparse de la enorme cantidad de opciones fílmicas que ofrece un Festival.

Escuchar las voces de experiencia pero también la crítica que renueva le da pulsión, sangre nueva a los festivales. Esta no se logra, claro, viendo una película al día. Es un trabajo de tiempo completo en la cobertura y tan duro como las balas que avienta míster Washington. Sin la corrección política, claro.

El público de Festival, el de Morelia se nutre por una enorme cantidad de jóvenes y crea en torno a la cultura, el cine y su placer algo díscolo, un tejido social. No es poca cosa. No sólo es la difusión, sino la reflexión la que completa parte del cuadro.

Alguna vez alguien me dijo, es que aquí a los críticos nadie los quiere. ¿Se imagina usted un crítico de cine amado? Sería como si Pazuzu se fuera a tomar un café, con la mamá de Regan.

Bueno, pues bienvenida la edición 21 de uno de los eventos más importantes fílmicos no sólo en México, sino en el mundo: El Festival de Cine de Morelia, que será del 20 al 29 de octubre y como dicen los clásicos: seguiremos criticando, ¿o cómo era?