/ miércoles 6 de marzo de 2024

La ruta del dinero 

@ManuGuadarrama*

Arrancaron formalmente las campañas electorales. En el caso de la presidencia de la República, cada una de las candidatas dio el banderazo de salida con sus respectivas propuestas y promesas. De aquí al domingo 2 de junio, los espacios en los medios de comunicación darán cobertura a las agendas y eventos, habrá información y desinformación y muchos de los discursos tendrán datos y “otros datos”. En pocas palabras, será la elección más grande del país en términos de puestos, (des) información y por supuesto, de dinero.

Seguir la ruta del dinero nos aporta información sobre el poder y los intereses que lo mueven. Esta premisa aplica tanto para el sector privado como para el público. Además de la importancia que en sí misma tienen las finanzas públicas, en un contexto electoral como el actual, su lectura nos aporta más allá de si subieron o bajaron los ingresos o el gasto. En el primer Informe Mensual de Finanzas Públicas 2024, ¿qué nos indican los números?

Como se había previsto por la Secretaría de Hacienda, los ingresos presupuestarios aumentaron menos de un punto porcentual y los ingresos petroleros continuaron su caída (-26.7% en términos reales) al pasar de 83.1 mil millones de pesos a 63.9 mil millones de pesos en el mismo periodo respecto a enero de 2023. Esto reitera que la mayor parte de los ingresos públicos provienen de los impuestos y no del petróleo. Al mismo tiempo, el gasto neto se incrementó 21.3% en términos reales en el mismo periodo (equivalente a un aumento de 173.6 mil millones de pesos). Es decir, en resumidas cuentas se gasta más de lo que se recauda.

La forma para poder gastar de más es a través del crédito o deuda pública. El Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la medida más amplia de la deuda, pasó de 13.9 billones de pesos a 15.1 billones entre enero de 2023 y enero de 2024. Hay que recordar que este año se aprobó un endeudamiento de 1.7 billones de pesos, comparativamente mayor a lo que se destinará a inversión pública. Hasta aquí ninguna novedad.

Los detalles son los que llaman la atención. En el caso del gasto público destaca el aumento en los Subsidios, Trasferencias y Aportaciones. Esta partida de gasto comprende todas las asignaciones destinadas en forma directa o indirecta a los sectores público, privado y externo, organismos y empresas paraestatales y apoyos como parte de su política económica y social. Traducido de forma coloquial, es la forma de repartir dinero, generalmente más allá del presupuesto aprobado. Tan solo en enero de este año, el aumento de estas Transferencias es cercano a 74% en términos reales, 78.6 miles de millones de pesos.

Otra partida del gasto que llama la atención son los recursos para ADEFAS (Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores). Estos son aquellos pagos que cubren las deudas originadas por la contratación de bienes y servicios que quedaron pendientes en años anteriores. El Gobierno pagó 14.8 mil millones de pesos más que en enero del año pasado. Finalmente, las inversiones financieras, pensiones y participaciones a estados también reportaron un aumento. La repartición de dinero al inicio de año no es lo común. Tal parece que hay prisa por distribuir el dinero público para beneficiar a algunos sectores en particular.

La ruta del dinero durante el periodo electoral nos permite entender lo que está en juego. A partir del análisis de los ingresos y gastos públicos podemos ver cómo se mueven las fichas y prever las estrategias. Las elecciones no solo tienen como jugadores a los candidatos, también forman parte del juego quienes reparten las fichas. Es bien s que en política no hay coincidencias. Sería ingenuo pensar que la ruta del dinero solo obedece a la disciplina fiscal.

*Manuel Guadarrama es maestro en políticas públicas y profesor universitario.

@ManuGuadarrama*

Arrancaron formalmente las campañas electorales. En el caso de la presidencia de la República, cada una de las candidatas dio el banderazo de salida con sus respectivas propuestas y promesas. De aquí al domingo 2 de junio, los espacios en los medios de comunicación darán cobertura a las agendas y eventos, habrá información y desinformación y muchos de los discursos tendrán datos y “otros datos”. En pocas palabras, será la elección más grande del país en términos de puestos, (des) información y por supuesto, de dinero.

Seguir la ruta del dinero nos aporta información sobre el poder y los intereses que lo mueven. Esta premisa aplica tanto para el sector privado como para el público. Además de la importancia que en sí misma tienen las finanzas públicas, en un contexto electoral como el actual, su lectura nos aporta más allá de si subieron o bajaron los ingresos o el gasto. En el primer Informe Mensual de Finanzas Públicas 2024, ¿qué nos indican los números?

Como se había previsto por la Secretaría de Hacienda, los ingresos presupuestarios aumentaron menos de un punto porcentual y los ingresos petroleros continuaron su caída (-26.7% en términos reales) al pasar de 83.1 mil millones de pesos a 63.9 mil millones de pesos en el mismo periodo respecto a enero de 2023. Esto reitera que la mayor parte de los ingresos públicos provienen de los impuestos y no del petróleo. Al mismo tiempo, el gasto neto se incrementó 21.3% en términos reales en el mismo periodo (equivalente a un aumento de 173.6 mil millones de pesos). Es decir, en resumidas cuentas se gasta más de lo que se recauda.

La forma para poder gastar de más es a través del crédito o deuda pública. El Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la medida más amplia de la deuda, pasó de 13.9 billones de pesos a 15.1 billones entre enero de 2023 y enero de 2024. Hay que recordar que este año se aprobó un endeudamiento de 1.7 billones de pesos, comparativamente mayor a lo que se destinará a inversión pública. Hasta aquí ninguna novedad.

Los detalles son los que llaman la atención. En el caso del gasto público destaca el aumento en los Subsidios, Trasferencias y Aportaciones. Esta partida de gasto comprende todas las asignaciones destinadas en forma directa o indirecta a los sectores público, privado y externo, organismos y empresas paraestatales y apoyos como parte de su política económica y social. Traducido de forma coloquial, es la forma de repartir dinero, generalmente más allá del presupuesto aprobado. Tan solo en enero de este año, el aumento de estas Transferencias es cercano a 74% en términos reales, 78.6 miles de millones de pesos.

Otra partida del gasto que llama la atención son los recursos para ADEFAS (Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores). Estos son aquellos pagos que cubren las deudas originadas por la contratación de bienes y servicios que quedaron pendientes en años anteriores. El Gobierno pagó 14.8 mil millones de pesos más que en enero del año pasado. Finalmente, las inversiones financieras, pensiones y participaciones a estados también reportaron un aumento. La repartición de dinero al inicio de año no es lo común. Tal parece que hay prisa por distribuir el dinero público para beneficiar a algunos sectores en particular.

La ruta del dinero durante el periodo electoral nos permite entender lo que está en juego. A partir del análisis de los ingresos y gastos públicos podemos ver cómo se mueven las fichas y prever las estrategias. Las elecciones no solo tienen como jugadores a los candidatos, también forman parte del juego quienes reparten las fichas. Es bien s que en política no hay coincidencias. Sería ingenuo pensar que la ruta del dinero solo obedece a la disciplina fiscal.

*Manuel Guadarrama es maestro en políticas públicas y profesor universitario.