/ miércoles 16 de agosto de 2023

La visita de la canciller Bárcena a Washington

Pía Taracena Goût


La semana pasada, la canciller en funciones Alicia Bárcena visitó la capital de Estados Unidos. La visita se da en un contexto bilateral complejo, ya que la relación México-Estados Unidos está en uno de los momentos más tensos en su historia reciente. Las tensiones se deben a dos temas principalmente: la seguridad y la migración. Ambos temas que desde la perspectiva norteamericana están completamente vinculados, la migración se ve en Estados Unidos desde la óptica de la seguridad.

Así mismo, la relación bilateral siempre se ve influenciada por el momento político que vive cada país. Ambos países están inmersos en la lógica electoral para la contienda del 2024. En el caso de Estados Unidos, México vuelve a estar al centro de ese debate.

Por un lado, el partido republicano está articulando una campaña en la que dos de sus precandidatos punteros, Donald Trump y Ron de Santis, acusan a los carteles de la droga mexicanos de ser culpables de la muerte de cientos de miles de estadounidenses afectados por el fentanilo. Los carteles son los enemigos que seguir y, por lo tanto, la percepción de México se vuelve muy negativa. Las propuestas de cómo enfrentar el problema se plantean de manera unilateral, agresiva, casi bélica. Buscan con ello que el electorado les devuelva la Casa Blanca.

Por otro lado, el partido demócrata quiere mantenerse en la Casa Blanca. También considera como el principal problema con México la seguridad y la migración, pero su estrategia dista mucho de la de los republicanos. Han fomentado la cooperación y eso ha significado que la colaboración entre mandos importantes de ambos gobiernos sea en tono más positivo y se use el diálogo como el instrumento para llegar a acuerdos con México en los temas de su interés.

En ese sentido, la visita de la novel canciller fue interesante por varias razones. Primero porque demostró la continuidad en las formas de cooperación que se tenían con el anterior secretario. Se reunió con las cabezas de la seguridad, Jake Sullivan y el secretario Alejandro Mayorkas, así como con el secretario de estado Anthony Blinken.

La visita de la canciller buscó ser integral ya que se reunió también con organizaciones de la comunidad mexicana y líderes en dicha comunidad, con quienes toco el tema de los derechos humanos y tendió puentes en la relación gobierno-sociedad civil.

Segundo, porque trató de establecer un quid pro quo en los temas a discutir que le preocupan a México, la migración y las armas frente al de los estadounidenses y las drogas sintéticas como el fentanilo.

La cuestión de las boyas en el Río Bravo, que el republicano gobernador de Texas, Greg Abott, colocó para evitar el paso de los migrantes y la petición de la canciller de su retiro, fue para México el tema central en las reuniones. La canciller señaló de manera importante en la conferencia de prensa junto al secretario Blinken, la atención que México le debe dar a los migrantes en la frontera sur, resaltando la cooperación con la ONU y la Organización internacional de la migración.

El tema de las drogas sintéticas es tan importante para Estados Unidos que organizó en el pasado mes de Julio una reunión para crear la Coalición global para abordar la amenaza de las drogas sintéticas, en la que han logrado juntar a 85 países, entre ellos México para hacer una alianza global en contra del tráfico, distribución, consumo y fabricación de drogas sintéticas. Desde el punto de vista de Estados Unidos, debe haber un acuerdo global, que homologue los tiempos y las medidas para atacar el problema. El intercambio de información y una mejor relación entre el gobierno y el sector privado son parte de las estrategias planteadas, que se verán reflejadas en la elaboración de un plan en el mes de septiembre.

En ese sentido y derivado del compromiso adquirido frente a las drogas sintéticas, la canciller Bárcena presentó en Washington un proyecto que consiste en monitorear de manera digital y vigilar la entrada de los precursores químicos a México y rastrearlos para ver a dónde llegan, si a la industria farmacéutica y de cosméticos o a la producción ilícita de drogas. Por supuesto que el tema del tráfico de armas hacia México salió en la conferencia de prensa en donde la canciller aprovechó para agradecer a Estados Unidos por su compromiso en el tema.

Así parece que la visita a Washington abarcó todos los temas de interés para México a la vez que mostró empatía con los intereses de Estados Unidos. Ahora resta estar pendiente de cómo se logran los compromisos de cooperación manifestados por ambas partes y la manera en la que los intereses de ambos se puedan volver convergentes para mejores resultados. Lo que sí es seguro es que mientras no haya resultados, la percepción negativa de México en Estados Unidos continuará a pesar de la buena voluntad de los encargados en ambos países de la relación bilateral.


Pía Taracena Goût es Analista Internacional. Universidad Iberoamericana. Asociada COMEXI. @piataracenagout


Pía Taracena Goût


La semana pasada, la canciller en funciones Alicia Bárcena visitó la capital de Estados Unidos. La visita se da en un contexto bilateral complejo, ya que la relación México-Estados Unidos está en uno de los momentos más tensos en su historia reciente. Las tensiones se deben a dos temas principalmente: la seguridad y la migración. Ambos temas que desde la perspectiva norteamericana están completamente vinculados, la migración se ve en Estados Unidos desde la óptica de la seguridad.

Así mismo, la relación bilateral siempre se ve influenciada por el momento político que vive cada país. Ambos países están inmersos en la lógica electoral para la contienda del 2024. En el caso de Estados Unidos, México vuelve a estar al centro de ese debate.

Por un lado, el partido republicano está articulando una campaña en la que dos de sus precandidatos punteros, Donald Trump y Ron de Santis, acusan a los carteles de la droga mexicanos de ser culpables de la muerte de cientos de miles de estadounidenses afectados por el fentanilo. Los carteles son los enemigos que seguir y, por lo tanto, la percepción de México se vuelve muy negativa. Las propuestas de cómo enfrentar el problema se plantean de manera unilateral, agresiva, casi bélica. Buscan con ello que el electorado les devuelva la Casa Blanca.

Por otro lado, el partido demócrata quiere mantenerse en la Casa Blanca. También considera como el principal problema con México la seguridad y la migración, pero su estrategia dista mucho de la de los republicanos. Han fomentado la cooperación y eso ha significado que la colaboración entre mandos importantes de ambos gobiernos sea en tono más positivo y se use el diálogo como el instrumento para llegar a acuerdos con México en los temas de su interés.

En ese sentido, la visita de la novel canciller fue interesante por varias razones. Primero porque demostró la continuidad en las formas de cooperación que se tenían con el anterior secretario. Se reunió con las cabezas de la seguridad, Jake Sullivan y el secretario Alejandro Mayorkas, así como con el secretario de estado Anthony Blinken.

La visita de la canciller buscó ser integral ya que se reunió también con organizaciones de la comunidad mexicana y líderes en dicha comunidad, con quienes toco el tema de los derechos humanos y tendió puentes en la relación gobierno-sociedad civil.

Segundo, porque trató de establecer un quid pro quo en los temas a discutir que le preocupan a México, la migración y las armas frente al de los estadounidenses y las drogas sintéticas como el fentanilo.

La cuestión de las boyas en el Río Bravo, que el republicano gobernador de Texas, Greg Abott, colocó para evitar el paso de los migrantes y la petición de la canciller de su retiro, fue para México el tema central en las reuniones. La canciller señaló de manera importante en la conferencia de prensa junto al secretario Blinken, la atención que México le debe dar a los migrantes en la frontera sur, resaltando la cooperación con la ONU y la Organización internacional de la migración.

El tema de las drogas sintéticas es tan importante para Estados Unidos que organizó en el pasado mes de Julio una reunión para crear la Coalición global para abordar la amenaza de las drogas sintéticas, en la que han logrado juntar a 85 países, entre ellos México para hacer una alianza global en contra del tráfico, distribución, consumo y fabricación de drogas sintéticas. Desde el punto de vista de Estados Unidos, debe haber un acuerdo global, que homologue los tiempos y las medidas para atacar el problema. El intercambio de información y una mejor relación entre el gobierno y el sector privado son parte de las estrategias planteadas, que se verán reflejadas en la elaboración de un plan en el mes de septiembre.

En ese sentido y derivado del compromiso adquirido frente a las drogas sintéticas, la canciller Bárcena presentó en Washington un proyecto que consiste en monitorear de manera digital y vigilar la entrada de los precursores químicos a México y rastrearlos para ver a dónde llegan, si a la industria farmacéutica y de cosméticos o a la producción ilícita de drogas. Por supuesto que el tema del tráfico de armas hacia México salió en la conferencia de prensa en donde la canciller aprovechó para agradecer a Estados Unidos por su compromiso en el tema.

Así parece que la visita a Washington abarcó todos los temas de interés para México a la vez que mostró empatía con los intereses de Estados Unidos. Ahora resta estar pendiente de cómo se logran los compromisos de cooperación manifestados por ambas partes y la manera en la que los intereses de ambos se puedan volver convergentes para mejores resultados. Lo que sí es seguro es que mientras no haya resultados, la percepción negativa de México en Estados Unidos continuará a pesar de la buena voluntad de los encargados en ambos países de la relación bilateral.


Pía Taracena Goût es Analista Internacional. Universidad Iberoamericana. Asociada COMEXI. @piataracenagout