/ martes 19 de marzo de 2024

La voz de la IP / Crecimiento Inclusivo: Promoviendo los Derechos Humanos a través de prácticas empresariales

Por Jaleyna de la Peña / Consejera de derechos humanos

En México, la relación entre los derechos humanos y empresas adquiere una relevancia particular en el contexto del modelo de desarrollo inclusivo (MDI) promovido por COPARMEX.

Este enfoque reconoce que el crecimiento económico debe avanzar de la mano del desarrollo social para lograr una sociedad más justa y equitativa. Bajo este prisma, las empresas mexicanas tienen la responsabilidad de respetar y promover los derechos humanos.

El respeto a los derechos humanos se alinea con los principios de responsabilidad social empresarial, que son pilares fundamentales del MDI de COPARMEX. Las empresas que adoptan prácticas éticas no solo cumplen con sus obligaciones legales, sino que también generan un impacto positivo en su entorno.

Desde esta perspectiva, el compromiso con los derechos humanos contribuye al fortalecimiento del tejido social y al desarrollo de comunidades más resilientes y prósperas. Las empresas pueden jugar un papel activo en la promoción de la igualdad de género, la inclusión de personas con discapacidad o en condiciones de movilidad, la protección de los derechos laborales y la erradicación de la discriminación y la violencia en el ámbito laboral y comunitario.

Los principios rectores de las Naciones Unidas sobre empresas y derechos humanos establecen un marco global para esta responsabilidad empresarial.

Existen, además, diversos instrumentos jurídicos internacionales que guían a las empresas en este sentido, como los Principios para la Contratación Responsable, la Declaración Tripartita de Principios sobre Empresas Multinacionales y la Política Social de la OIT, las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, los diez principios del Pacto Mundial de la ONU, entre otros.

Esta normatividad reconoce los derechos establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Declaración de la OIT sobre los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo.

Las empresas se benefician al respetar estos marcos normativos al:


  • 1) Adoptar prácticas éticas que mejoran su reputación corporativa y fortalecen la confianza de los consumidores.
  • 2) Reducen el riesgo de litigios y sanciones legales, lo que protege su reputación y estabilidad financiera.
  • 3) Construyen relaciones positivas con los grupos de interés y se vuelven más resilientes ante los desafíos externos.

En conclusión, la correlación entre los derechos humanos y las empresas, desde la perspectiva del MDI destaca la importancia de adoptar un enfoque que integre consideraciones éticas, sociales y ambientales en la actividad empresarial.

Nelson Mandela dijo: "El respeto a los derechos humanos es el cimiento sobre el cual se construye una sociedad justa y próspera, donde las empresas son no solo actores económicos, sino también agentes de cambio y promotores del bienestar social". Esta cita resuena profundamente recordándonos que el respeto a la dignidad humana es primordial para la construcción de un México mejor.

Por Jaleyna de la Peña / Consejera de derechos humanos

En México, la relación entre los derechos humanos y empresas adquiere una relevancia particular en el contexto del modelo de desarrollo inclusivo (MDI) promovido por COPARMEX.

Este enfoque reconoce que el crecimiento económico debe avanzar de la mano del desarrollo social para lograr una sociedad más justa y equitativa. Bajo este prisma, las empresas mexicanas tienen la responsabilidad de respetar y promover los derechos humanos.

El respeto a los derechos humanos se alinea con los principios de responsabilidad social empresarial, que son pilares fundamentales del MDI de COPARMEX. Las empresas que adoptan prácticas éticas no solo cumplen con sus obligaciones legales, sino que también generan un impacto positivo en su entorno.

Desde esta perspectiva, el compromiso con los derechos humanos contribuye al fortalecimiento del tejido social y al desarrollo de comunidades más resilientes y prósperas. Las empresas pueden jugar un papel activo en la promoción de la igualdad de género, la inclusión de personas con discapacidad o en condiciones de movilidad, la protección de los derechos laborales y la erradicación de la discriminación y la violencia en el ámbito laboral y comunitario.

Los principios rectores de las Naciones Unidas sobre empresas y derechos humanos establecen un marco global para esta responsabilidad empresarial.

Existen, además, diversos instrumentos jurídicos internacionales que guían a las empresas en este sentido, como los Principios para la Contratación Responsable, la Declaración Tripartita de Principios sobre Empresas Multinacionales y la Política Social de la OIT, las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, los diez principios del Pacto Mundial de la ONU, entre otros.

Esta normatividad reconoce los derechos establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Declaración de la OIT sobre los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo.

Las empresas se benefician al respetar estos marcos normativos al:


  • 1) Adoptar prácticas éticas que mejoran su reputación corporativa y fortalecen la confianza de los consumidores.
  • 2) Reducen el riesgo de litigios y sanciones legales, lo que protege su reputación y estabilidad financiera.
  • 3) Construyen relaciones positivas con los grupos de interés y se vuelven más resilientes ante los desafíos externos.

En conclusión, la correlación entre los derechos humanos y las empresas, desde la perspectiva del MDI destaca la importancia de adoptar un enfoque que integre consideraciones éticas, sociales y ambientales en la actividad empresarial.

Nelson Mandela dijo: "El respeto a los derechos humanos es el cimiento sobre el cual se construye una sociedad justa y próspera, donde las empresas son no solo actores económicos, sino también agentes de cambio y promotores del bienestar social". Esta cita resuena profundamente recordándonos que el respeto a la dignidad humana es primordial para la construcción de un México mejor.