/ martes 20 de agosto de 2019

La voz de la IP | Universidades que impactan

Por: LUIS DURÁN, PRESIDENTE Y DIRECTOR GENERAL DE LAUREATE MÉXICO Y DE UVM, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN DE COPARMEX

Existen rankings que clasifican a instituciones de educación superior con base en criterios como calidad docente, infraestructura, investigación, salario promedio de egresados o prestigio.

Cuantificar todo lleva a medir cosas que antes no considerábamos relevantes. En los últimos años han surgido rankings enfocados en variables inusuales, como evaluación del impacto social y económico de universidades con base en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Times Higher Education desarrolló un ranking que clasifica a universidades en función de su impacto en la sociedad. Las métricas incluyen políticas de universidades sobre libertad académica, uso de contratos de trabajo seguros y proporción del personal académico senior femenino, basándose en 11 de 17 ODS de la ONU.

En Impact Ranking 2019, la Universidad Auckland en Nueva Zelanda obtuvo el primer lugar gracias a sus altos puntajes en tres de los ODS: salud y bienestar, igualdad de género y alianzas para lograr objetivos. Casi un tercio de los graduados de esta universidad en 2017 estudiaron carreras asociadas con una profesión de salud, y casi la mitad de sus estudiantes fueron los primeros de su familia en ir a la universidad, esto demuestra una clara contribución a la movilidad social, también destaca en igualdad de género, ya que 43 por ciento de sus graduados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas y 78 por ciento en medicina fueron mujeres.

La institución neozelandesa encabezó una iniciativa para que todas las universidades del país colaboren en los ODS, que incluyó la elaboración de una guía y desarrollo e intercambio de información sobre medición de investigación y contribuciones docentes.

Existe en Estados Unidos otro ranking que desde hace cinco años clasifica a universidades por su contribución a la movilidad social. El Índice de Movilidad Social (SMI) se calcula a partir de variables que incluyen porcentaje de alumnos cuyas familias están por debajo del ingreso promedio, tasa de graduación, y salario reportado de cero a cinco años después de graduarse. El principal objetivo de este ranking es reformular la competencia por el prestigio entre universidades para impulsar factores que mejoren el acceso, asequibilidad y tasa de graduación, para que la educación superior sea un detonador de movilidad económica. En el SMI 2018, la Universidad CUNY Bernard M Baruch College de Nueva York, encabezó la lista, ya que de casi mil 400 universidades rankeadas, ésta contribuye en mayor medida a promover movilidad social y económica en ese país.

Aunque los rankings suelen ser cuestionados por su metodología o criterio, es positivo alimentar con nuevas variables la conversación sobre políticas de educación superior, así como reconocer y visibilizar aquellas instituciones que mayor impacto tienen en el desarrollo económico y social.

Por: LUIS DURÁN, PRESIDENTE Y DIRECTOR GENERAL DE LAUREATE MÉXICO Y DE UVM, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN DE COPARMEX

Existen rankings que clasifican a instituciones de educación superior con base en criterios como calidad docente, infraestructura, investigación, salario promedio de egresados o prestigio.

Cuantificar todo lleva a medir cosas que antes no considerábamos relevantes. En los últimos años han surgido rankings enfocados en variables inusuales, como evaluación del impacto social y económico de universidades con base en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Times Higher Education desarrolló un ranking que clasifica a universidades en función de su impacto en la sociedad. Las métricas incluyen políticas de universidades sobre libertad académica, uso de contratos de trabajo seguros y proporción del personal académico senior femenino, basándose en 11 de 17 ODS de la ONU.

En Impact Ranking 2019, la Universidad Auckland en Nueva Zelanda obtuvo el primer lugar gracias a sus altos puntajes en tres de los ODS: salud y bienestar, igualdad de género y alianzas para lograr objetivos. Casi un tercio de los graduados de esta universidad en 2017 estudiaron carreras asociadas con una profesión de salud, y casi la mitad de sus estudiantes fueron los primeros de su familia en ir a la universidad, esto demuestra una clara contribución a la movilidad social, también destaca en igualdad de género, ya que 43 por ciento de sus graduados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas y 78 por ciento en medicina fueron mujeres.

La institución neozelandesa encabezó una iniciativa para que todas las universidades del país colaboren en los ODS, que incluyó la elaboración de una guía y desarrollo e intercambio de información sobre medición de investigación y contribuciones docentes.

Existe en Estados Unidos otro ranking que desde hace cinco años clasifica a universidades por su contribución a la movilidad social. El Índice de Movilidad Social (SMI) se calcula a partir de variables que incluyen porcentaje de alumnos cuyas familias están por debajo del ingreso promedio, tasa de graduación, y salario reportado de cero a cinco años después de graduarse. El principal objetivo de este ranking es reformular la competencia por el prestigio entre universidades para impulsar factores que mejoren el acceso, asequibilidad y tasa de graduación, para que la educación superior sea un detonador de movilidad económica. En el SMI 2018, la Universidad CUNY Bernard M Baruch College de Nueva York, encabezó la lista, ya que de casi mil 400 universidades rankeadas, ésta contribuye en mayor medida a promover movilidad social y económica en ese país.

Aunque los rankings suelen ser cuestionados por su metodología o criterio, es positivo alimentar con nuevas variables la conversación sobre políticas de educación superior, así como reconocer y visibilizar aquellas instituciones que mayor impacto tienen en el desarrollo económico y social.

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