Concluyeron los trabajos de la Legislatura de la justicia social en el Senado de la República gracias al impulso del presidente Andrés Manuel López Obrador y de quienes conformamos la Cuarta Transformación. La Legislatura que garantizó los programas sociales como derecho universal en nuestra Constitución y que hoy llegan a siete de cada diez hogares; también aprobamos la incorporación de la paridad en los cargos de decisión pública.
Además, las Pensiones para el Bienestar, lo que significa que se otorgará el 100% de su salario a las y los trabajadores al momento de jubilarse; la incorporación de trabajadores del hogar al régimen de seguridad social; las vacaciones dignas, seis a doce días de descanso el primer año de trabajo; incremento al salario mínimo como no había ocurrido en décadas; la regulación de la subcontratación laboral; la licencia de paternidad; el cuidado de la salud mental de los empleados; el teletrabajo; la libertad y democratización sindical a través del voto libre y secreto; la igualdad salarial en el deporte mexicano, la ley silla para un descanso digno; en sí, una serie de reformas en beneficio de la clase trabajadora.
De igual forma avalamos la creación de la Guardia Nacional; que los elementos de seguridad puedan recibir atención médica oportuna, uniformes y equipamiento y se les garantice los derechos laborales; materializamos el combate a la violencia vicaria, para proteger a las mujeres cuya vida o integridad se encuentra en peligro o la de sus hijos por culpa de la persona agresora; la creación del Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias para garantizar su oportuno cumplimiento y proteger el derecho a la alimentación de niñas, niños y adolescentes.
Tuvieron que pasar más de 30 años para aprobar diversas reformas en el sector minero, con ello, hemos reducido las concesiones mineras de 50 a 30 años y prohibimos que estas se otorguen en áreas naturales protegidas, zonas que pongan en peligro a la población y zonas sin disponibilidad de agua. Tenemos retos que afrontar cómo reformar al Poder Judicial para democratizar el acceso a la justicia y acabar con los privilegios de las élites; continuar con la pacificación del país; establecer un Plan Nacional Hídrico para enfrentar los efectos de la sequía; seguir consolidando las empresas estratégicas del Estado como Pemex y CFE, así como impulsar las energías renovables.
Estar del lado correcto de la historia ha sido una tarea ardua. Pese a los desafíos, los obstáculos y las resistencias hemos encontrado el camino hacia la transformación de la vida pública. Habrá que seguir legislando para que sin distingo, la justicia social llegue a todas y todos los mexicanos.