/ sábado 25 de julio de 2020

Los golpistas

Así tildó Porfirio Muñoz Ledo al grupo de diputados de Morena y del PT que intentaron boicotear la elección de cuatro consejeros para el Instituto Nacional Electoral. En esta ocasión, los radicales se quedaron lamiéndose la herida.

El aquelarre lo inició John Ackerman, el gringo casado con la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval. Del personaje se ha dicho casi todo, incluso que su alardeado doctorado es falso. Ajeno a su mala fama, se siente el adalid de la 4T y no hay discusión en la que no aparezca, agresivo hasta lo indecible, con quienes piensan diferente.

Se le metió entre ceja y ceja ser miembro del Consejo Técnico -que, con absoluto rigor, seleccionó a las quintetas de aspirantes- para lo que usó de trampolín a la CNDH-. Su único objetivo era clavar a Diana Talavera, recomendada a su vez de la mancuerna diabólica, Bejarano-Padierna. Cuando no lo logró hizo un sainete y se retiró del comité amenazando con sus consabidas tenebras.

Quien se dice “académico” tendría que saber que sería esencial que tuviese un pensamiento universal, capaz del diálogo. Por el contrario, su estrechez mental, reclinada en el extremismo, le impide tener la visión objetiva esencial. Sus desplantes, hipocresía y mentiras, deberían ser un foco rojo para el gobierno que tiene a flor de labios, la palabra democracia.

Quedó encajonado y, para intentar salirse con la suya echó mano del grupo rijoso de legisladores Morenos, del PT y de Dolores Padierna. Las estulticias de Fernández Noroña metieron ruido, pero acabaron doblegados y se votó por acuerdo de todos los partidos.

Es público el asco que López Obrador le tiene al Instituto Nacional Electoral y su intención de tirar a su consejero presidente, Lorenzo Córdova. De momento se replegó y hay quien asume que no metió las manos en el tema. Lo dudo, aunque, rebasado como está por la problemática nacional, quizá midió que le era más conveniente que pareciera que se hacía a un lado, antes de que se provocara un escándalo mayúsculo, si se entrometía.

Se dice que los cuatro elegidos son apartidistas. También lo dudo y da la impresión de que podrían ser simpatizantes de Morena, como en su momento lo hizo público Norma de la Cruz.

Licenciada en comunicación, de la Cruz ha sido observadora de un buen número de elecciones, a nivel internacional. Tiene experiencia, por lo que habría que esperar que le gane el espíritu democrático, a su pasión por el organismo político fundado por el tabasqueño.

La otra mujer del cuarteto, Carla Humphrey, también tiene credenciales en el ámbito electoral. Se le acusaba de ser simpatizante del PAN, por haber estado casada con Roberto Gil Zuarth, pero una parte de su trayectoria pública ha sido del brazo de su amigo Santiago Nieto –UIF-, por lo que también se le podría tachar de afín a la 4T.

Fernando Faz fue consejero del entonces IFE y consejero ciudadano del mismo, para la junta local en San Luis Potosí.

Uuc Kib Espadas fue diputado federal por Campeche, bajo las siglas del PRD, con el que acabó a la greña. De su experiencia en el campo electoral poco se sabe, por lo que habrá que aspirar a que actúe con la debida objetividad.

Inicia una nueva etapa para el Instituto Nacional Electoral, que ojalá y siga su camino democrático ascendente, en vista de la complejidad de las elecciones del 2021. Sobre todo, que AMLO deje de mover las aguas a su favor y repliegue su activismo y el de todo su gobierno.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Así tildó Porfirio Muñoz Ledo al grupo de diputados de Morena y del PT que intentaron boicotear la elección de cuatro consejeros para el Instituto Nacional Electoral. En esta ocasión, los radicales se quedaron lamiéndose la herida.

El aquelarre lo inició John Ackerman, el gringo casado con la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval. Del personaje se ha dicho casi todo, incluso que su alardeado doctorado es falso. Ajeno a su mala fama, se siente el adalid de la 4T y no hay discusión en la que no aparezca, agresivo hasta lo indecible, con quienes piensan diferente.

Se le metió entre ceja y ceja ser miembro del Consejo Técnico -que, con absoluto rigor, seleccionó a las quintetas de aspirantes- para lo que usó de trampolín a la CNDH-. Su único objetivo era clavar a Diana Talavera, recomendada a su vez de la mancuerna diabólica, Bejarano-Padierna. Cuando no lo logró hizo un sainete y se retiró del comité amenazando con sus consabidas tenebras.

Quien se dice “académico” tendría que saber que sería esencial que tuviese un pensamiento universal, capaz del diálogo. Por el contrario, su estrechez mental, reclinada en el extremismo, le impide tener la visión objetiva esencial. Sus desplantes, hipocresía y mentiras, deberían ser un foco rojo para el gobierno que tiene a flor de labios, la palabra democracia.

Quedó encajonado y, para intentar salirse con la suya echó mano del grupo rijoso de legisladores Morenos, del PT y de Dolores Padierna. Las estulticias de Fernández Noroña metieron ruido, pero acabaron doblegados y se votó por acuerdo de todos los partidos.

Es público el asco que López Obrador le tiene al Instituto Nacional Electoral y su intención de tirar a su consejero presidente, Lorenzo Córdova. De momento se replegó y hay quien asume que no metió las manos en el tema. Lo dudo, aunque, rebasado como está por la problemática nacional, quizá midió que le era más conveniente que pareciera que se hacía a un lado, antes de que se provocara un escándalo mayúsculo, si se entrometía.

Se dice que los cuatro elegidos son apartidistas. También lo dudo y da la impresión de que podrían ser simpatizantes de Morena, como en su momento lo hizo público Norma de la Cruz.

Licenciada en comunicación, de la Cruz ha sido observadora de un buen número de elecciones, a nivel internacional. Tiene experiencia, por lo que habría que esperar que le gane el espíritu democrático, a su pasión por el organismo político fundado por el tabasqueño.

La otra mujer del cuarteto, Carla Humphrey, también tiene credenciales en el ámbito electoral. Se le acusaba de ser simpatizante del PAN, por haber estado casada con Roberto Gil Zuarth, pero una parte de su trayectoria pública ha sido del brazo de su amigo Santiago Nieto –UIF-, por lo que también se le podría tachar de afín a la 4T.

Fernando Faz fue consejero del entonces IFE y consejero ciudadano del mismo, para la junta local en San Luis Potosí.

Uuc Kib Espadas fue diputado federal por Campeche, bajo las siglas del PRD, con el que acabó a la greña. De su experiencia en el campo electoral poco se sabe, por lo que habrá que aspirar a que actúe con la debida objetividad.

Inicia una nueva etapa para el Instituto Nacional Electoral, que ojalá y siga su camino democrático ascendente, en vista de la complejidad de las elecciones del 2021. Sobre todo, que AMLO deje de mover las aguas a su favor y repliegue su activismo y el de todo su gobierno.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq