/ martes 8 de mayo de 2018

Martes Negro

Las “ficciones” de Billions

Hace un par de años, el canal estadounidense de suscripción Showtime puso al aire la serie de televisión Billions, protagonizada por Damian Lewis y Paul Giamatti, quienes personifican a Bobby Axelroad y a Charles “Chuck” Rhoades Jr., respectivamente. El primero, CEO de Axe Capital, una multimillonaria firma de fondos de cobertura, y el segundo fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.

Axelroad es un exitoso, cínico y despiadado empresario que, no obstante, es un esposo fiel y un extraordinario padre de familia. Su fortuna, tal y como apunta el epígrafe de Balzac que Mario Puzzo incluyó en la novela El Padrino, no se ha conseguido sin cometer algunos crímenes. Rhoades lo sabe y emprende una cruzada para desenmascararlo y enviarlo a prisión, en la que hay un pivote que juega para ambos lados: Wendy Rhoades (Maggie Siff), quien es la esposa de Chuck y, a la vez, la psicóloga que atiende a los empleados de Axe Capital, siempre al borde del quebranto mental, toda vez que están sometidos a un estrés sobrehumano, con tal de ingresar más dinero a la firma de su jefe.

Uno y otro están convencidos de su papel y, por lo tanto, están enfrentados ideológicamente. En consecuencia, las ilegalidades cometidas por Axelroad pronto son imitadas por Rhoades Jr., quien incluso llega a deshacerse de su propio dinero para enjuiciar a su rival. Al final, ambos son un par delincuentes que cometen cualquier cantidad de ilegalidades con tal de conseguir su cometido, y en el camino terminan arrastrando con ellos a Wendy Rhoades, quien durante la mayor parte del tiempo funge como árbitro imparcial, pese al conflicto de intereses existente.

La semana pasada, en México, fuimos testigos de un inusual pleito entre Andrés Manuel López Obrador y un grupo de empresarios del Consejo Mexicano de Negocios. La disputa fue ventilada en todos los medios de comunicación, de modo que no hay mucho más qué decir.

Sin embargo, a mí me recordó la confrontación entre Axelroad y Rhoades Jr., dos individuos que, llegado el momento, se despojarán de los escrúpulos que puedan tener en aras de sus ambiciones e ideología.

No pude evitar establecer un paralelismo entre Chuck Rhoades y López Obrador, adalid de la honestidad hasta que las circunstancias lo obligan a retorcer un poco la ley o bien hacer la vista gorda, y los empresarios y Bobby Axelroad, el magnate extravagante, grotesco y genial al que le importa poco pasar por encima de la ley y la decencia con tal de seguir cosechando billones de dólares.

Tengo claro que no todos los empresarios de México son un reflejo fiel de Bobby Axelroad, pero algunos cuantos, sin duda, comen charlatanes con Armagnac, adquieren relojes de 164 mil dólares y corrompen con fortunas a quien se les atraviesa en el camino.

Lo mismo aplica para el candidato presidencial, tan emparentado ideológicamente con Chuck Rhoades, pero también tan proclive a hacer lo “necesario” para llegar a su destino.

No los sugestiono más con mis pensamientos. Mejor vean la serie, las tres temporadas están en Netflix.

mail: voltaire2110@hotmail.com

Twitter: Andres_M_Tapia

Las “ficciones” de Billions

Hace un par de años, el canal estadounidense de suscripción Showtime puso al aire la serie de televisión Billions, protagonizada por Damian Lewis y Paul Giamatti, quienes personifican a Bobby Axelroad y a Charles “Chuck” Rhoades Jr., respectivamente. El primero, CEO de Axe Capital, una multimillonaria firma de fondos de cobertura, y el segundo fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.

Axelroad es un exitoso, cínico y despiadado empresario que, no obstante, es un esposo fiel y un extraordinario padre de familia. Su fortuna, tal y como apunta el epígrafe de Balzac que Mario Puzzo incluyó en la novela El Padrino, no se ha conseguido sin cometer algunos crímenes. Rhoades lo sabe y emprende una cruzada para desenmascararlo y enviarlo a prisión, en la que hay un pivote que juega para ambos lados: Wendy Rhoades (Maggie Siff), quien es la esposa de Chuck y, a la vez, la psicóloga que atiende a los empleados de Axe Capital, siempre al borde del quebranto mental, toda vez que están sometidos a un estrés sobrehumano, con tal de ingresar más dinero a la firma de su jefe.

Uno y otro están convencidos de su papel y, por lo tanto, están enfrentados ideológicamente. En consecuencia, las ilegalidades cometidas por Axelroad pronto son imitadas por Rhoades Jr., quien incluso llega a deshacerse de su propio dinero para enjuiciar a su rival. Al final, ambos son un par delincuentes que cometen cualquier cantidad de ilegalidades con tal de conseguir su cometido, y en el camino terminan arrastrando con ellos a Wendy Rhoades, quien durante la mayor parte del tiempo funge como árbitro imparcial, pese al conflicto de intereses existente.

La semana pasada, en México, fuimos testigos de un inusual pleito entre Andrés Manuel López Obrador y un grupo de empresarios del Consejo Mexicano de Negocios. La disputa fue ventilada en todos los medios de comunicación, de modo que no hay mucho más qué decir.

Sin embargo, a mí me recordó la confrontación entre Axelroad y Rhoades Jr., dos individuos que, llegado el momento, se despojarán de los escrúpulos que puedan tener en aras de sus ambiciones e ideología.

No pude evitar establecer un paralelismo entre Chuck Rhoades y López Obrador, adalid de la honestidad hasta que las circunstancias lo obligan a retorcer un poco la ley o bien hacer la vista gorda, y los empresarios y Bobby Axelroad, el magnate extravagante, grotesco y genial al que le importa poco pasar por encima de la ley y la decencia con tal de seguir cosechando billones de dólares.

Tengo claro que no todos los empresarios de México son un reflejo fiel de Bobby Axelroad, pero algunos cuantos, sin duda, comen charlatanes con Armagnac, adquieren relojes de 164 mil dólares y corrompen con fortunas a quien se les atraviesa en el camino.

Lo mismo aplica para el candidato presidencial, tan emparentado ideológicamente con Chuck Rhoades, pero también tan proclive a hacer lo “necesario” para llegar a su destino.

No los sugestiono más con mis pensamientos. Mejor vean la serie, las tres temporadas están en Netflix.

mail: voltaire2110@hotmail.com

Twitter: Andres_M_Tapia

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