/ martes 24 de abril de 2018

Martes Negro | Zuckerberg, consulta a Citibanamex

Es muy probable que el affaire Cambridge Analytica jamás hubiese representado el desastre financiero, político y de reputación que fue para Facebook, si Mark Zuckerberg hubiese tenido conocimiento de los sistemas de seguridad cibernética que tiene implementados Citibanamex para proteger a sus cuentahabientes.

En efecto, el gigante de Menlo Park se hubiese ahorrado los miles de millones de dólares en pérdidas de valor de mercado que le costó la filtración masiva de los datos de 87 millones de usuarios de la red social a través de la consultora británica, sin dejar de mencionar sus comparecencias ante las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos y el descrédito que vino a continuación y que no ha cesado, de haber implementado los impenetrables candados de seguridad con que opera el segundo banco más grande de México. Tan impenetrables que, llegado el momento, ni sus propios empleados son capaces de abrirlos.

El multimillonario educado en Harvard y fundador de la red social más exitosa de la era de internet, debería saber que Citibanamex tiene instituida una política de cero tolerancia con lo que pueden ser operaciones bancarias sospechosas realizadas a través de internet, que faculta al otrora llamado Banco Nacional de México para bloquear las cuentas de sus cuentahabientes en detrimento de… ¡sus propios cuentahabientes!

Es decir, no se necesita ser un hacker o tener ambiciones de serlo, sino tan sólo poseer una cuenta de débito o crédito y tratar de pagar algún servicio a través de la red (la factura del servicio de telefonía celular, por ejemplo), para quedar impedido de utilizar el propio dinero.

Cierto, la mayoría de las instituciones bancarias y crediticias operan hoy bajo este mismo esquema, con la salvedad de que liberar el bloqueo de la propia cuenta es una tarea que ni el mismísimo Edward Snowden sería capaz de llevar a cabo.

Y es que cuando se intenta realizar esto a través del número telefónico 01 800 226 2639, un operador tras otro solicitan ad infinitum una serie de datos que el cuentahabiente debería saber (su nombre, dirección, edad, el número de su licencia para cazar águilas en Omaha, Nebraska, etc.), pero que por alguna extraña razón no coinciden con los que tiene registrados Citibanamex.

Como extraído del libreto de una mala telenovela (¿existe alguna telenovela buena?), los operadores repiten uno tras otro: “Lo siento, no es posible retirar el bloqueo de su tarjeta. Lo transferiré con un empleado de un área especializada”. Cuando han pasado dos horas y un cuentahabiente ha hablado con al menos cinco operadores, la sempiterna resignación de Sísifo aparece. Aunque, alcanzado este punto, deberíamos admitir que, por ilegal que sea, hackear las cuentas de otras personas es un acto de virtuosismo, pero hackear la propia es un defecto muy raro.

No lo pienses más, Mark, y ponte en contacto con los ingenieros de sistemas de Citibanamex. Te aseguro que nunca más tendrás otro Cambridge Analytica.

mail: voltaire2110@hotmail.com

Twitter: Andres_M_Tapia

Es muy probable que el affaire Cambridge Analytica jamás hubiese representado el desastre financiero, político y de reputación que fue para Facebook, si Mark Zuckerberg hubiese tenido conocimiento de los sistemas de seguridad cibernética que tiene implementados Citibanamex para proteger a sus cuentahabientes.

En efecto, el gigante de Menlo Park se hubiese ahorrado los miles de millones de dólares en pérdidas de valor de mercado que le costó la filtración masiva de los datos de 87 millones de usuarios de la red social a través de la consultora británica, sin dejar de mencionar sus comparecencias ante las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos y el descrédito que vino a continuación y que no ha cesado, de haber implementado los impenetrables candados de seguridad con que opera el segundo banco más grande de México. Tan impenetrables que, llegado el momento, ni sus propios empleados son capaces de abrirlos.

El multimillonario educado en Harvard y fundador de la red social más exitosa de la era de internet, debería saber que Citibanamex tiene instituida una política de cero tolerancia con lo que pueden ser operaciones bancarias sospechosas realizadas a través de internet, que faculta al otrora llamado Banco Nacional de México para bloquear las cuentas de sus cuentahabientes en detrimento de… ¡sus propios cuentahabientes!

Es decir, no se necesita ser un hacker o tener ambiciones de serlo, sino tan sólo poseer una cuenta de débito o crédito y tratar de pagar algún servicio a través de la red (la factura del servicio de telefonía celular, por ejemplo), para quedar impedido de utilizar el propio dinero.

Cierto, la mayoría de las instituciones bancarias y crediticias operan hoy bajo este mismo esquema, con la salvedad de que liberar el bloqueo de la propia cuenta es una tarea que ni el mismísimo Edward Snowden sería capaz de llevar a cabo.

Y es que cuando se intenta realizar esto a través del número telefónico 01 800 226 2639, un operador tras otro solicitan ad infinitum una serie de datos que el cuentahabiente debería saber (su nombre, dirección, edad, el número de su licencia para cazar águilas en Omaha, Nebraska, etc.), pero que por alguna extraña razón no coinciden con los que tiene registrados Citibanamex.

Como extraído del libreto de una mala telenovela (¿existe alguna telenovela buena?), los operadores repiten uno tras otro: “Lo siento, no es posible retirar el bloqueo de su tarjeta. Lo transferiré con un empleado de un área especializada”. Cuando han pasado dos horas y un cuentahabiente ha hablado con al menos cinco operadores, la sempiterna resignación de Sísifo aparece. Aunque, alcanzado este punto, deberíamos admitir que, por ilegal que sea, hackear las cuentas de otras personas es un acto de virtuosismo, pero hackear la propia es un defecto muy raro.

No lo pienses más, Mark, y ponte en contacto con los ingenieros de sistemas de Citibanamex. Te aseguro que nunca más tendrás otro Cambridge Analytica.

mail: voltaire2110@hotmail.com

Twitter: Andres_M_Tapia

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