/ viernes 26 de enero de 2024

México (y América Latina) no es una isla

El legendario Sherman Kent insistía en lo siguiente: “La inteligencia no afirma que sus profecías sean infalibles. La inteligencia simplemente sostiene que la respuesta que da es la estimación más profunda, objetiva y cuidadosamente considerada”. Desde este ideal, y derivado de un análisis de mega tendencias, fuerzas estructurales y modelos, a continuación se señalan algunos eventos –siempre la punta de un iceberg por demás profundo– que serán de la mayor importancia para América Latina y el Caribe y, por ende, para México durante 2024.

“Votatón”.- Este año habrá más de 70 procesos electorales en el mundo, en los que más dela mitad de la población mundial votará. Esto es particularmente relevante a la luz de la desinformación y la recesión democrática en el mundo. Dicho de otro modo: hay más votantes –que no demócratas–, pero menos democracia en el mundo.

Elección presidencial en los Estados (des)Unidos de América.- Uno de estos procesos electorales –el más importante por sus múltiples ramificaciones globales, no se diga regionales–, será el de EUA. Por ejemplo, el resultado de la elección presidencial estadounidense abriría interrogantes sobre la política estadounidense en los conflictos enUcrania o la Franja de Gaza. En la dimensión militar, más concretamente, el apoyo de EUAa Ucrania y la OTAN podría cambiar si Donald Trump llega por segunda vez a la presidencia.

Un polvorín llamado Medio Oriente.- La posibilidad de que el conflicto entre Israel y la organización terrorista Hamás escale a nivel regional todavía está vigente, y con esto una serie de repercusiones económicas y políticas para el mundo. Por cierto, por paradójico que suene, la posibilidad de una solución de dos Estados (el Estado de Palestina y el Estado de Israel) estaría adquiriendo mayor tracción en el mundo.

Tensiones China-Estados Unidos.- Aunque esto podría clasificarse como una tendencia ensí misma, es importante analizar qué esquema adquirirá la relación China-EUA, ya sea de abierta rivalidad, competencia o coexistencia. Esto adquiere particular relevancia a la luz de, por ejemplo, la polarización social y política estadounidense, la desaceleración económica china –con posibilidades de deflación– o la relocalización de las cadenas de suministro globales –el famoso nearshoring.

Transición energética.- Este año será el año de la transición energética –no por ser un cliché es menos cierto o menos relevante. En particular, la lucha por el acceso a los minerales críticos se intensificará a medida que los países importadores y exportadores evalúen el uso de políticas industriales y restricciones comerciales. Cada vez es más relevante el acceso a recursos naturales como litio, cobre o níquel, por encima del petróleo o el gas.

Regulación de la inteligencia artificial, anomalías climáticas derivadas del cambio climático, inflación de alimentos, tasas de interés altas o la ciberseguridad, son otros eventos que podríamos navegar este año. En cualquier caso, lo importante es identificar cómo se manifiestan los riesgos globales en América Latina y el Caribe, y qué implicaciones específicas tienen para los gobiernos y las empresas de la región.

Discanto: “En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol dela vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”. Apreciable lector, que tenga un próspero 2024; y que traiga sanidad a las naciones.

El legendario Sherman Kent insistía en lo siguiente: “La inteligencia no afirma que sus profecías sean infalibles. La inteligencia simplemente sostiene que la respuesta que da es la estimación más profunda, objetiva y cuidadosamente considerada”. Desde este ideal, y derivado de un análisis de mega tendencias, fuerzas estructurales y modelos, a continuación se señalan algunos eventos –siempre la punta de un iceberg por demás profundo– que serán de la mayor importancia para América Latina y el Caribe y, por ende, para México durante 2024.

“Votatón”.- Este año habrá más de 70 procesos electorales en el mundo, en los que más dela mitad de la población mundial votará. Esto es particularmente relevante a la luz de la desinformación y la recesión democrática en el mundo. Dicho de otro modo: hay más votantes –que no demócratas–, pero menos democracia en el mundo.

Elección presidencial en los Estados (des)Unidos de América.- Uno de estos procesos electorales –el más importante por sus múltiples ramificaciones globales, no se diga regionales–, será el de EUA. Por ejemplo, el resultado de la elección presidencial estadounidense abriría interrogantes sobre la política estadounidense en los conflictos enUcrania o la Franja de Gaza. En la dimensión militar, más concretamente, el apoyo de EUAa Ucrania y la OTAN podría cambiar si Donald Trump llega por segunda vez a la presidencia.

Un polvorín llamado Medio Oriente.- La posibilidad de que el conflicto entre Israel y la organización terrorista Hamás escale a nivel regional todavía está vigente, y con esto una serie de repercusiones económicas y políticas para el mundo. Por cierto, por paradójico que suene, la posibilidad de una solución de dos Estados (el Estado de Palestina y el Estado de Israel) estaría adquiriendo mayor tracción en el mundo.

Tensiones China-Estados Unidos.- Aunque esto podría clasificarse como una tendencia ensí misma, es importante analizar qué esquema adquirirá la relación China-EUA, ya sea de abierta rivalidad, competencia o coexistencia. Esto adquiere particular relevancia a la luz de, por ejemplo, la polarización social y política estadounidense, la desaceleración económica china –con posibilidades de deflación– o la relocalización de las cadenas de suministro globales –el famoso nearshoring.

Transición energética.- Este año será el año de la transición energética –no por ser un cliché es menos cierto o menos relevante. En particular, la lucha por el acceso a los minerales críticos se intensificará a medida que los países importadores y exportadores evalúen el uso de políticas industriales y restricciones comerciales. Cada vez es más relevante el acceso a recursos naturales como litio, cobre o níquel, por encima del petróleo o el gas.

Regulación de la inteligencia artificial, anomalías climáticas derivadas del cambio climático, inflación de alimentos, tasas de interés altas o la ciberseguridad, son otros eventos que podríamos navegar este año. En cualquier caso, lo importante es identificar cómo se manifiestan los riesgos globales en América Latina y el Caribe, y qué implicaciones específicas tienen para los gobiernos y las empresas de la región.

Discanto: “En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol dela vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”. Apreciable lector, que tenga un próspero 2024; y que traiga sanidad a las naciones.