/ viernes 5 de mayo de 2023

Miremos la salud a través de la lente del género 

Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de AMIIF


Mirar la salud a través de la lente del género nos permite comprender los desafíos que han enfrentado las mujeres, a través de la historia, en su lucha por lograr mayor consideración para el cuidado de su salud. Por siglos, la exclusión de la mujer en la atención médica provocó que las enfermedades del sexo femenino se diagnosticaran erróneamente o incluso no fueran tomadas en cuenta.

En la actualidad, a pesar del progreso que tenemos en igualdad de género, la equidad en la salud, y particularmente en la salud de las mujeres, es todo un desafío. Necesitamos promover un enfoque múltiple que permita abordar la disparidad de género en la salud.

Entre mujeres y hombres se tienen diferencias significativas en salud

De acuerdo con reportes de PhRMA, las mujeres tienen más probabilidades de ser diagnosticadas con ciertas enfermedades que los hombres, tal es el caso de las enfermedades autoinmunes, depresión, osteoporosis, Alzheimer, entre otras. Cerca del 40% de las mujeres serán diagnosticadas con una enfermedad crónica, en comparación con el 30% de los hombres1.

La inequidad de género también se ha dado en la investigación clínica. Durante décadas se publicaron únicamente artículos científicos basados en premisas de humanos hombres y animales machos, lo que fomentó la carencia de información del comportamiento del organismo femenino para tener mejores diagnósticos y tratamientos precisos.

En respuesta a estos desafíos, la industria biofarmacéutica investiga y desarrolla más de 600 terapias dirigidas a enfermedades que aquejan a las mujeres de manera exclusiva. Se destacan las terapias para el cáncer de mama, de ovario, útero y cuello uterino. También para trastornos como el Alzheimer, la migraña y la esclerosis múltiple; terapias para ansiedad, depresión, depresión postparto y trastornos alimenticios.

Y en temas de ciencia, la industria promueve un equilibrio entre mujeres y hombres en la investigación clínica. Un ejemplo de ello es el programa “Avances equitativos en el desarrollo de medicamentos”2, financiado por PhRMA, el cual es un esfuerzo que motiva a que más mujeres se sumen a ensayos clínicos, así como también, promueve la participación de la diversidad étnica.

Es esencial generar conciencia de que entre mujeres y hombres se tienen diferencias significativas que responden a cómo las enfermedades se manifiestan entre ambos sexos, y así ser más precisos en los diagnósticos y tratamientos para mejorar la calidad de vida de las y los pacientes y salvar vidas.

Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de AMIIF


Mirar la salud a través de la lente del género nos permite comprender los desafíos que han enfrentado las mujeres, a través de la historia, en su lucha por lograr mayor consideración para el cuidado de su salud. Por siglos, la exclusión de la mujer en la atención médica provocó que las enfermedades del sexo femenino se diagnosticaran erróneamente o incluso no fueran tomadas en cuenta.

En la actualidad, a pesar del progreso que tenemos en igualdad de género, la equidad en la salud, y particularmente en la salud de las mujeres, es todo un desafío. Necesitamos promover un enfoque múltiple que permita abordar la disparidad de género en la salud.

Entre mujeres y hombres se tienen diferencias significativas en salud

De acuerdo con reportes de PhRMA, las mujeres tienen más probabilidades de ser diagnosticadas con ciertas enfermedades que los hombres, tal es el caso de las enfermedades autoinmunes, depresión, osteoporosis, Alzheimer, entre otras. Cerca del 40% de las mujeres serán diagnosticadas con una enfermedad crónica, en comparación con el 30% de los hombres1.

La inequidad de género también se ha dado en la investigación clínica. Durante décadas se publicaron únicamente artículos científicos basados en premisas de humanos hombres y animales machos, lo que fomentó la carencia de información del comportamiento del organismo femenino para tener mejores diagnósticos y tratamientos precisos.

En respuesta a estos desafíos, la industria biofarmacéutica investiga y desarrolla más de 600 terapias dirigidas a enfermedades que aquejan a las mujeres de manera exclusiva. Se destacan las terapias para el cáncer de mama, de ovario, útero y cuello uterino. También para trastornos como el Alzheimer, la migraña y la esclerosis múltiple; terapias para ansiedad, depresión, depresión postparto y trastornos alimenticios.

Y en temas de ciencia, la industria promueve un equilibrio entre mujeres y hombres en la investigación clínica. Un ejemplo de ello es el programa “Avances equitativos en el desarrollo de medicamentos”2, financiado por PhRMA, el cual es un esfuerzo que motiva a que más mujeres se sumen a ensayos clínicos, así como también, promueve la participación de la diversidad étnica.

Es esencial generar conciencia de que entre mujeres y hombres se tienen diferencias significativas que responden a cómo las enfermedades se manifiestan entre ambos sexos, y así ser más precisos en los diagnósticos y tratamientos para mejorar la calidad de vida de las y los pacientes y salvar vidas.