¿Qué pasa durante la noche? ¿Cómo nos sentimos las personas que vivimos, transitamos o visitamos la Ciudad de México en la noche? ¿Cuántas personas trabajan y viven de la noche? ¿Cuáles son sus condiciones laborales y su calidad de vida? ¿Es seguro andar en la calle de noche? ¿Cómo se mueve la gente en la noche? Son unas de las preguntas que se lanzan hoy desde el Congreso de la Ciudad de México en una conversación colectiva convocada por la diputada Silvia Sánchez Barrios, presidenta de la Comisión de Desarrollo Económico, Rodrigo Cordera de la Fundación Lázaro Cárdenas y el equipo de la asociación civil Mexicolectivo.
Si bien la noche para muchas personas significa descanso, para muchas significa actividad. Medios de comunicación, sector salud, obras públicas, seguridad, transportes, cultura, esparcimiento: la Ciudad no duerme tan profundamente. Aún no existe un diagnóstico transversal de lo que ocurre. Todas las grandes ciudades del mundo aprovechan la noche para dinamizar su desarrollo, democratizar sus espacios públicos, el acceso a la cultura o incluso a la educación. Entre los primeros pasos para una agenda de propuestas está el transporte público accesible y seguro 24 horas para que la gente pueda desplazarse o tener que esperar en sus lugares de trabajo o a fuera para que abran los primeros transportes en la madrugada.
La noche es sinónimo de fiesta y cultura. “Para que a la gente le guste la cultura, hay que darle diversión. Para que la diversión perdure hay que meterle cultura” dice el activista, empresario y anfitrión histórico de la noche Henri Donnadieu. Abrir y democratizar el acceso y uso de los espacios públicos, también siendo más permisivos con la libertad de consumo de sustancias como el alcohol, con seguridad, orden, limpieza y tranquilidad es algo que ya sucede en muchas plazas o parques públicos del mundo. ¿Cómo recuperar espacios históricos del esparcimiento y de la cultura de la diversidad sexual y de género como la Zona Rosa, que los gobiernos han denigrado y abandonado? ¿Cómo aprender de espacios que nunca descansan y aseguran servicios esenciales a la gente como la Central de Abastos de la Ciudad de México?
Así como el acceso a la energía y a la luz de noche modificó los comportamientos de todas las sociedades en la noche, es la oportunidad de reflexionar sobre el estado actual de las cosas, desde una perspectiva comparada con otras ciudades y detonar las acciones públicas o legislativas que pueden contribuir a mejorar nuestra calidad de vida nocturna. Eso inicia con el intercambio entre personas de distintos sectores, entre realidades diversas con un punto en común: el interés de mejorar nuestras condiciones de vida en la noche también. Es disentir, pero intentar mediar, generar consensos conociendo e intercambiando puntos de vista a partir de realidades, vivencias o percepciones distintas. Pero es también encontrar los consensos para activarnos, darle más libertad y más derechos a la gente que también deben garantizarse de noche.
La conversación colectiva debe seguir. Es una invitación a que otros grupos de personas lo hagan y lo difundan. Puedes dejar tus ideas en www.mexicolectivo.com. Como bien dice la exposición del Museo Nacional de San Carlos: “la noche nos pertenece”.