/ miércoles 7 de febrero de 2018

Sin gafete

La confrontación entre Chihuahua, representada por su gobernador, y el gobierno de la República, en manos de quienes controlan el erario, alcanzó estridencias inauditas.  Se dijeron de todo.  Y, le mandaron decir de todo a Javier Corral.

La petición de Chihuahua, insisto en esto, era que le entregasen 900 millones de pesos, producto de un convenio existente.  Es decir, no obstante, la asignación del dinero, que es totalmente discresional, ya había sido acordado. ¿Puede el titular de Hacienda ignorar, a voluntad, su propio compromiso?  ¿Debe, puede la entrega de recursos públicos estar condicionada a la sumisión política del gobernador en turno?  Corral puso frente a la opinión pública temas más que delicados.

Hizo público que le “condicionaban” la entrega de este dinero a cambio de “bajarle” al asunto del financiamiento público, vía la Secretaría de Hacienda, al PRI.  Que es lo que mantiene a Alejandro Gutiérrez, importante protagonista del PRI, en prisión.

A partir de ahí funcionarios públicos federales inventaron las historias más fantásticas.  Y salieron a dar la cara para decirlas, lo que tendría que avergonzar al secretario de la SHCP y a los subsecretarios, incluida Vanesa Rubio hoy con José Antonio Meade.  Igual que había un error en el número de la cuenta bancaria que recibieron de Chihuahua o que ya no tenían dinero, que pertenecía al presupuesto del año pasado y era imposible…  Que no se iban a dejar chantajear…

Vinieron los desaguisados, el ridículo que hicieron llamándole “torturador” y “mentiroso”, y la respuesta de una caravana de Chihuahua a la Ciudad de México, protesta civil en que son expertos los panistas.  Con toda la carga mediática pertinente.  Y, en el camino, el gobernador Corral aprovechó para exigir que el gobierno pidiese la extradición de César Duarte por los delitos existentes en los juzgados locales.

Lo que, frente a cualquier análisis, tendría que haberse hecho en automático, hace muchos meses.

A última hora del sábado pasado, 3 de febrero, cuando la caravana en protesta ya estaba en Cuernavaca, llegó Javier Corral a Gobernación para llegar a un acuerdo con la federación, o si se prefiere para conseguir sus peticiones.  A cambio, pequeña cesión si se ve la magnitud del tema en conjunto, autorizar el traslado de Gutiérrez a un penal federal.

Donde se le seguirá el proceso penal en su contra hasta culminar con la sentencia del juez.  Asunto que sigue en veremos.

Corral consiguió que sus autoridades penales sean coadyuvantes en la petición de extradición a César Duarte que, según se anunció, se concretará en cuestión de días.

Alfonso Navarrete Prida, otra vez “Habemus Secretario”, fue el responsable de llegar a este acuerdo.  El poder, el poder político de verdad, regresó a Bucareli como sucedió en otros tiempos.

¿Quién ganó, quién perdió?  Supongo que, como en toda negociación, ambas partes tuvieron que ceder.  Lo cierto es que Corral se fortaleció enormidades,  abrió un inmenso parteaguas en la relación de los Estados con el Centro del país, le dio un golpe fortísimo al criterio de “manipulación” con que se maneja la asignación de ciertos recursos públicos, y sobre todo inauguró un camino perfecto a muchos gobernadores de oposición… para lo que se ofrezca.

En Tuiter: @isabelarvide  Blog: EstadoMayor.mx  Blog: CambioQRR.com

La confrontación entre Chihuahua, representada por su gobernador, y el gobierno de la República, en manos de quienes controlan el erario, alcanzó estridencias inauditas.  Se dijeron de todo.  Y, le mandaron decir de todo a Javier Corral.

La petición de Chihuahua, insisto en esto, era que le entregasen 900 millones de pesos, producto de un convenio existente.  Es decir, no obstante, la asignación del dinero, que es totalmente discresional, ya había sido acordado. ¿Puede el titular de Hacienda ignorar, a voluntad, su propio compromiso?  ¿Debe, puede la entrega de recursos públicos estar condicionada a la sumisión política del gobernador en turno?  Corral puso frente a la opinión pública temas más que delicados.

Hizo público que le “condicionaban” la entrega de este dinero a cambio de “bajarle” al asunto del financiamiento público, vía la Secretaría de Hacienda, al PRI.  Que es lo que mantiene a Alejandro Gutiérrez, importante protagonista del PRI, en prisión.

A partir de ahí funcionarios públicos federales inventaron las historias más fantásticas.  Y salieron a dar la cara para decirlas, lo que tendría que avergonzar al secretario de la SHCP y a los subsecretarios, incluida Vanesa Rubio hoy con José Antonio Meade.  Igual que había un error en el número de la cuenta bancaria que recibieron de Chihuahua o que ya no tenían dinero, que pertenecía al presupuesto del año pasado y era imposible…  Que no se iban a dejar chantajear…

Vinieron los desaguisados, el ridículo que hicieron llamándole “torturador” y “mentiroso”, y la respuesta de una caravana de Chihuahua a la Ciudad de México, protesta civil en que son expertos los panistas.  Con toda la carga mediática pertinente.  Y, en el camino, el gobernador Corral aprovechó para exigir que el gobierno pidiese la extradición de César Duarte por los delitos existentes en los juzgados locales.

Lo que, frente a cualquier análisis, tendría que haberse hecho en automático, hace muchos meses.

A última hora del sábado pasado, 3 de febrero, cuando la caravana en protesta ya estaba en Cuernavaca, llegó Javier Corral a Gobernación para llegar a un acuerdo con la federación, o si se prefiere para conseguir sus peticiones.  A cambio, pequeña cesión si se ve la magnitud del tema en conjunto, autorizar el traslado de Gutiérrez a un penal federal.

Donde se le seguirá el proceso penal en su contra hasta culminar con la sentencia del juez.  Asunto que sigue en veremos.

Corral consiguió que sus autoridades penales sean coadyuvantes en la petición de extradición a César Duarte que, según se anunció, se concretará en cuestión de días.

Alfonso Navarrete Prida, otra vez “Habemus Secretario”, fue el responsable de llegar a este acuerdo.  El poder, el poder político de verdad, regresó a Bucareli como sucedió en otros tiempos.

¿Quién ganó, quién perdió?  Supongo que, como en toda negociación, ambas partes tuvieron que ceder.  Lo cierto es que Corral se fortaleció enormidades,  abrió un inmenso parteaguas en la relación de los Estados con el Centro del país, le dio un golpe fortísimo al criterio de “manipulación” con que se maneja la asignación de ciertos recursos públicos, y sobre todo inauguró un camino perfecto a muchos gobernadores de oposición… para lo que se ofrezca.

En Tuiter: @isabelarvide  Blog: EstadoMayor.mx  Blog: CambioQRR.com