/ lunes 23 de julio de 2018

Sin Gafete | ¿Por qué debemos defender la desaparición del Estado Mayor Presidencial?

La respuesta es muy simple: Se convirtió en la expresión militar de la soberbia, en la actuación permanente contra la ciudadanía en aras de una supuesta “seguridad” de poderosos en turno.

Porque no se trata del primer mandatario y su familia, sino de todos aquellos que tienen a su servicio a militares para cargar bolsas del mandado y esperar en el automóvil en casa de las amantes.

Militares que viajan de “avanzada” a una ciudad para apoderarse de hoteles y restaurantes, para atropellar a los ciudadanos con sus bardas y sus “medidas de seguridad”.

Que reciben presupuesto a capricho, que realizan funciones de espionaje por orden superior, que utilizan sus instalaciones para negocios personales. Una verdadera “Guardia Pretoriana” que fue creciendo en número y atribuciones.

Conocí muy de cerca otro concepto de Estado Mayor Presidencial, otros mandos. Fueron otros tiempos.

Miguel Ángel Godínez García, en su columna “Alto Mando” busca confundir mi posición frente a la desaparición del Estado Mayor Presidencial, pública, con temas personales. Fui, lo saben todos en el medio militar, intima amiga de su padre, el general Miguel Ángel Godínez Bravo, que fue jefe de Estado Mayor Presidencial con el presidente López Portillo.

Fui su amiga durante más de 30 años, hasta su muerte. Cuando el general Juan Arévalo Gardoqui iba a mandarlo a Roma, como agregado militar, me citó en su oficina para irnos a comer, los dos, con Godínez y ahí decirle de su nueva comisión. Esa fue nuestra relación.

Godínez Bravo fue ejemplo de una carrera militar que comenzó en el EMP y siguió adelante, sin privilegios, en el ámbito del mando operativo.

En el afán de responder un texto firmado por Juan Veledíaz, publicado en EstadoMayor.mx, el hijo de mi general Godínez confunde gimnasia con magnesia. Habla de una exclusiva a Julio Scherer sobre la información que afirmaba haber enterado a Carlos Salinas respecto al conflicto armado de Chiapas, meses antes de que estallase, lo que para esa fecha ya constaba en mi libro “La Guerra de los Espejos”, así que difícilmente era “exclusiva”.

La intencionalidad de denigrarme, mencionando mis “amigos” generales es totalmente gratuita e innecesaria. Lo cierto es que otros generales utilizan ese espacio periodístico para expresar su disgusto por mi posición pública. Y me recuerda que es muy poco lo que ha cambiado hacía dentro de las fuerzas armadas, cuando no tienen espacio para la crítica.

Esto, también, tendrá que cambiar.

En cuanto a la expresión de que EstadoMayor.mx es “un pequeño blog”, le recuerdo a Godínez García que es un referente de información militar, que tiene más de mil visitas diarias y que es fuente de información para muchos diarios de provincia, así como punto de discusión entre los mandos militares. Sin contar con un centavo de publicidad del gobierno por más de seis años…

En Tuiter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com


La respuesta es muy simple: Se convirtió en la expresión militar de la soberbia, en la actuación permanente contra la ciudadanía en aras de una supuesta “seguridad” de poderosos en turno.

Porque no se trata del primer mandatario y su familia, sino de todos aquellos que tienen a su servicio a militares para cargar bolsas del mandado y esperar en el automóvil en casa de las amantes.

Militares que viajan de “avanzada” a una ciudad para apoderarse de hoteles y restaurantes, para atropellar a los ciudadanos con sus bardas y sus “medidas de seguridad”.

Que reciben presupuesto a capricho, que realizan funciones de espionaje por orden superior, que utilizan sus instalaciones para negocios personales. Una verdadera “Guardia Pretoriana” que fue creciendo en número y atribuciones.

Conocí muy de cerca otro concepto de Estado Mayor Presidencial, otros mandos. Fueron otros tiempos.

Miguel Ángel Godínez García, en su columna “Alto Mando” busca confundir mi posición frente a la desaparición del Estado Mayor Presidencial, pública, con temas personales. Fui, lo saben todos en el medio militar, intima amiga de su padre, el general Miguel Ángel Godínez Bravo, que fue jefe de Estado Mayor Presidencial con el presidente López Portillo.

Fui su amiga durante más de 30 años, hasta su muerte. Cuando el general Juan Arévalo Gardoqui iba a mandarlo a Roma, como agregado militar, me citó en su oficina para irnos a comer, los dos, con Godínez y ahí decirle de su nueva comisión. Esa fue nuestra relación.

Godínez Bravo fue ejemplo de una carrera militar que comenzó en el EMP y siguió adelante, sin privilegios, en el ámbito del mando operativo.

En el afán de responder un texto firmado por Juan Veledíaz, publicado en EstadoMayor.mx, el hijo de mi general Godínez confunde gimnasia con magnesia. Habla de una exclusiva a Julio Scherer sobre la información que afirmaba haber enterado a Carlos Salinas respecto al conflicto armado de Chiapas, meses antes de que estallase, lo que para esa fecha ya constaba en mi libro “La Guerra de los Espejos”, así que difícilmente era “exclusiva”.

La intencionalidad de denigrarme, mencionando mis “amigos” generales es totalmente gratuita e innecesaria. Lo cierto es que otros generales utilizan ese espacio periodístico para expresar su disgusto por mi posición pública. Y me recuerda que es muy poco lo que ha cambiado hacía dentro de las fuerzas armadas, cuando no tienen espacio para la crítica.

Esto, también, tendrá que cambiar.

En cuanto a la expresión de que EstadoMayor.mx es “un pequeño blog”, le recuerdo a Godínez García que es un referente de información militar, que tiene más de mil visitas diarias y que es fuente de información para muchos diarios de provincia, así como punto de discusión entre los mandos militares. Sin contar con un centavo de publicidad del gobierno por más de seis años…

En Tuiter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com