/ lunes 13 de noviembre de 2017

Sin gafete | Tiempos que comienzan a desfasarse

Tienes que destapar ya, no podemos llegar a la reunión de Cancún, ni mi secretaría me contesta el teléfono, todo está parado, le habría dicho una mañana el profesor Enrique Olivares Santana al entonces presidente José López Portillo, con referencia a esa liturgia priista hoy tan manoseada.

Los tiempos pues. Que el primer mandatario quería prolongar por la Reunión Norte-Sur en Cancún. Por tener en sus manos todo el poder más tiempo.

Y entonces, López destapó a Miguel de la Madrid. Que no era el favorito. Que ni siquiera era el favorito de los priistas que estaban con su líder, don Javier García Paniagua.

Una más de las sorpresas del “dedazo” sexenal priista que hemos vivido.

Desafortunadamente, estoy cierta, Miguel Ángel Osorio Chong no se atreverá a apurar a Peña Nieto para que haga pública su decisión, la que tiene que haber tomado hace mucho tiempo, o por lo menos hace el tiempo suficiente.

Tendría que haber una voz que le dijese que se está sobrecalentado la situación política, que una o dos semanas son muchas, que hay demasiados reflectores sobre José Antonio Meade… que comenzará el desgaste en cuestión de días. Que las críticas, internas y externas, a su método de “elección” van a crecer…

Entre otras observaciones.

Yo diría que para engañar con la verdad, para “divertirse”, ya fue suficiente.

En privado podrá decir que les dio tiempo, a los cuatro, para “crecer” ante la opinión pública… o lo que se le antoje. Pero la disidencia interna, como la exgobernadora de Yucatán ya comenzó a exigir otros métodos.

El señor Meade, que yo sigo creyendo no es el elegido, ya ha tenido suficiente cargada pública y privada, ya ha logrado acaparar toda la atención, permitiendo que Aurelio Nuño se vaya como en “mantequilla”, sin un señalamiento en contra.

Ya es tiempo.

O ya tendría que ser tiempo de que las cosas cambiasen. Lo que no va a suceder.

Ya es tiempo de nombrar al sucesor de Carstens en el Banco de México, señal que se necesita, tanto en lo interno como en el extranjero. Y si va a ser Meade, tendrá que apresurarse el destape.

Mientras tanto, aferrados los priistas a sus “tiempos”, el eterno candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador sigue en los medios de comunicación, ahora con el próximo anuncio de su Plan de Gobierno.

El candidato presidencial del PRI puede o no ganar la elección, pero ya no habrá uno menos malo o, como dicen hoy, con “menos negativos”, en cuestión de días. La elección previa, con todo lo que implicó, en la sucesión de Ernesto Zedillo, ayudó a la derrota del PRI. Lo que vivimos hoy es muy semejante.

Ya no hay tiempo para una pasarela.

Dice Nuño, en entrevista con Francisco Garfias, que este es un “proceso divertido”. No lo es, no lo será para las familias de los ungidos, menos todavía para quienes forman parte de la familia de José Antonio Meade, a quien todos dan por seguro. Por el contrario, es un juego perverso que deja marcas definitivas.

Hay que empezar a sumar en lo interno, a saber con seguridad que hablar con el titular del CEN del PRI tiene sentido futurista, que los aspirantes a diputados, a senadores, a presidentes municipales tienen un “interlocutor” dentro de su partido… no vaya a haber una desbandada mayor de la que imaginan.

Peña Nieto está acostumbrado a hacer las cosas como baila: Con su propio ritmo, sin oír en exceso a la orquesta.

En Twitter: @isabelarvide

Blog: EstadoMayor.mx

Blog: CambioQRR.com

Tienes que destapar ya, no podemos llegar a la reunión de Cancún, ni mi secretaría me contesta el teléfono, todo está parado, le habría dicho una mañana el profesor Enrique Olivares Santana al entonces presidente José López Portillo, con referencia a esa liturgia priista hoy tan manoseada.

Los tiempos pues. Que el primer mandatario quería prolongar por la Reunión Norte-Sur en Cancún. Por tener en sus manos todo el poder más tiempo.

Y entonces, López destapó a Miguel de la Madrid. Que no era el favorito. Que ni siquiera era el favorito de los priistas que estaban con su líder, don Javier García Paniagua.

Una más de las sorpresas del “dedazo” sexenal priista que hemos vivido.

Desafortunadamente, estoy cierta, Miguel Ángel Osorio Chong no se atreverá a apurar a Peña Nieto para que haga pública su decisión, la que tiene que haber tomado hace mucho tiempo, o por lo menos hace el tiempo suficiente.

Tendría que haber una voz que le dijese que se está sobrecalentado la situación política, que una o dos semanas son muchas, que hay demasiados reflectores sobre José Antonio Meade… que comenzará el desgaste en cuestión de días. Que las críticas, internas y externas, a su método de “elección” van a crecer…

Entre otras observaciones.

Yo diría que para engañar con la verdad, para “divertirse”, ya fue suficiente.

En privado podrá decir que les dio tiempo, a los cuatro, para “crecer” ante la opinión pública… o lo que se le antoje. Pero la disidencia interna, como la exgobernadora de Yucatán ya comenzó a exigir otros métodos.

El señor Meade, que yo sigo creyendo no es el elegido, ya ha tenido suficiente cargada pública y privada, ya ha logrado acaparar toda la atención, permitiendo que Aurelio Nuño se vaya como en “mantequilla”, sin un señalamiento en contra.

Ya es tiempo.

O ya tendría que ser tiempo de que las cosas cambiasen. Lo que no va a suceder.

Ya es tiempo de nombrar al sucesor de Carstens en el Banco de México, señal que se necesita, tanto en lo interno como en el extranjero. Y si va a ser Meade, tendrá que apresurarse el destape.

Mientras tanto, aferrados los priistas a sus “tiempos”, el eterno candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador sigue en los medios de comunicación, ahora con el próximo anuncio de su Plan de Gobierno.

El candidato presidencial del PRI puede o no ganar la elección, pero ya no habrá uno menos malo o, como dicen hoy, con “menos negativos”, en cuestión de días. La elección previa, con todo lo que implicó, en la sucesión de Ernesto Zedillo, ayudó a la derrota del PRI. Lo que vivimos hoy es muy semejante.

Ya no hay tiempo para una pasarela.

Dice Nuño, en entrevista con Francisco Garfias, que este es un “proceso divertido”. No lo es, no lo será para las familias de los ungidos, menos todavía para quienes forman parte de la familia de José Antonio Meade, a quien todos dan por seguro. Por el contrario, es un juego perverso que deja marcas definitivas.

Hay que empezar a sumar en lo interno, a saber con seguridad que hablar con el titular del CEN del PRI tiene sentido futurista, que los aspirantes a diputados, a senadores, a presidentes municipales tienen un “interlocutor” dentro de su partido… no vaya a haber una desbandada mayor de la que imaginan.

Peña Nieto está acostumbrado a hacer las cosas como baila: Con su propio ritmo, sin oír en exceso a la orquesta.

En Twitter: @isabelarvide

Blog: EstadoMayor.mx

Blog: CambioQRR.com