Una nueva polémica ha surgido en torno al documental Harry & Meghan que se estrenó el pasado 8 de diciembre el cual retrata la verdad sobre su vida, sin embargo, parece que su historia ha sido contada “a medias”.
De acuerdo al tabloide británico Daily Mail, mismo que ha sido demandado varias veces por el controversial matrimonio, declaró en un artículo publicado el fin de semana, que la casa donde se filmaron los seis episodios de la docuserie, no es en realidad la residencia donde viven los Sussex junto a sus hijos en Montecito, California, sino que se trata de un predio rentado.
Dicha acusación ha causado gran revuelo entre la prensa internacional, incluso entre los medios ingleses que se han dedicado a reconfirmar esta información, lo que ha conducido a descubrir que la residencia alquilada se encuentra a tan solo ocho minutos de su mansión.
La casa en cuestión, es más grande y costosa. Cuenta con seis habitaciones, spa, piscina, gym, entre otras amenidades. El terreno tiene una dimensión de más de 13 mil pies cuadrados y se encuentra a la venta por alrededor de 33 millones de dólares, describe el diario.
Asimismo, existen otras versiones de que la producción de Netflix, decidió tomar esta opción por cuestión de seguridad. El sitio thedailybeast.com, reunió testigos en este aspecto para analizar dicha situación, entre los que destacan Tami Tacklind, una productora que ha trabajado como gerente de locaciones en programas como Anthony Bourdain: Parts Unknown y Keeping Up with the Kardashians.
En Harry & Meghan, se muestran varias imágenes de su vida desde los momentos mas íntimos con sus hijos y de sus actividades diarias hasta de cuando vivían Frogmore Cottage, en Windsor, y de cuando se mudaron al barrio más exclusivo de California.
En el primer episodio se muestra a Meghan alimentando pollos en un gallinero en el patio trasero de su casa, sin embargo, la historia completa se narra en una sala que parece muy espaciosa con cortinas blancas de gasa. También pasan imágenes en blanco y negro de la cocina y de la recámara de su hijo Archie.
Sin embargo, también los han acusado de manipular imágenes, como una toma de cámara desde arriba, supuestamente de forma intrusa, a lo que el corresponsal real del Evening Standard, Robert Jobson, aseguró que estas fotos no fueron tomadas con este fin.
"Esta fotografía utilizada por Netflix, Harry y Meghan es para sugerir la intrusión de la prensa, es una completa farsa", escribió en Twitter.
Añadió, "fue tomada por un grupo acreditado en la residencia del arzobispo (Desmond) Tutu en Ciudad del Cabo. Solo había tres personas acreditadas. Harry y Meghan estuvieron de acuerdo con el lugar donde estábamos. Yo estaba allí", afirmó Jobson.