El ambiente de violencia y delincuencia que se vive en gran parte del país sirve de inspiración para obras de ficción. Desde el robo de combustible que enmarca una historia de amor hasta los enfrentamientos con el narcotráfico que dejan una estela de muerte y abandono.
Dos artistas, uno mexicano y otro franco-belga, utilizan el acontecer en los distintos pueblos de México para crear una película, el otro un comic, que más allá de su calidad artística, quedan como testimonios de una realidad que se cuela a la ficción.
Huachicolero: una historia de amor
Los cálidos terrenos de Irapuato rodeados de los ductos de Pemex fueron el escenario perfecto para que el cineasta Edgar Nito creara su opera prima: una historia enmarcada en el robo de combustible
En los últimos meses, el tema del robo de combustible, conocido como “huachicol”, ha causado polémica no sólo a nivel nacional, sino también internacional; sin embargo, la problemática ha estado presente desde hace años en Guanajuato, principalmente en municipios como Irapuato.
La situación que se vive en aquí inspiró al director de cine de origen irapuatense Edgar Nito, quien decidió hacer una película sobre el huachicol.
El director explica que el robo de combustible no era algo conocido en otros estados, ni siquiera en la Ciudad de México, entonces crear una historia de ficción que se desarrollara en ese contexto no era mala idea.
“En Irapuato era muy conocido el tema del huachicol, porque estaba de boca en boca e incluso en los periódicos locales había bastantes noticias al respecto, entonces me pareció un tema importante porque fuera de Guanajuato nadie tenía idea de lo que era y quise contar algo que estaba pasando en la ciudad donde nací y crecí”.
Una ficción vuelta realidad
Huachicolero es una película que mezcla varios géneros, tiene drama, thriller y romance; cuenta la historia de Lalo, un adolescente de 13 años que está enamorado de Ana, una compañera de la telesecundaria en una de las comunidades más grandes de Irapuato, Aldama. El principal deseo de Lalo, es que ella se enamore de él y para conquistarla busca la manera de hacerle un regalo, pero al no tener suficiente dinero, elige el camino del huachicoleo por ser la opción más rápida para obtener ese tan anhelado dinero, entonces una serie de acontecimientos se van desarrollando en el contexto de ese delito.
Edgar Nito nunca creyó que el contexto en el que desarrolló su filme fuera a crecer tanto, no sólo en el estado, sino que en todo el país, pues asegura que no fue creada con “morbo”, sino que con la finalidad de contar una historia y un fenómeno que se estaba dando en Irapuato, ya que al final de cuentas, sólo es una historia ficticia que coincide con la realidad del país, porque en sólo dos años el robo de combustible creció a la par en que se fue creando la película.
“Nosotros esperamos que la película la pueda ver todo México, creo que es una película que vale la pena, porque es una visión artística en un contexto que estamos viviendo y nunca estuvo hecha con una finalidad morbosa, ya que la filmamos antes de que pasará esto en el país.
“La finalidad era decir un poco de lo que estábamos viviendo en Irapuato y la película tiene algunas enseñanzas, entonces es importante para lo que nos está tocando vivir hoy en día”.
La realización del guión de la película inició en 2016 y en 2017 comenzó el rodaje en Irapuato, principalmente en algunas zonas rurales como Aldama y Cañada de la Muerte, sitios por donde cruzan los ductos de Pemex, entonces la luz, su gente y el ambiente fueron los escenarios perfectos para desarrollar el largometraje.
Para filmar la película tuvieron el apoyo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del municipio, donde algunas patrullas y ambulancias participaron en las grabaciones; no obstante también estuvieron protegidos para evitar ser victimas de la delincuencia.
El director cuenta que cuando terminaron de filmar algunas escenas, se pudieron percatar de una toma clandestina de combustible real, donde poco a poco el delito fue creciendo de la mano con los hechos violentos.
“Al regresar de filmar, por la carretera nos tocó ver una fuga real ahí muy cerca, también empezaban los noticieros a pasar incidentes violentos. La ventaja, creo, es que no eran estos tiempos de ahora, porque que ahora debe de ser mucho más peligroso filmar esta película ahí”.
La opera prima de Edgar Nito será estrenada este año, Huachicolero es una película independiente y realizada con poco presupuesto, donde participaron alrededor de 70 personas en la producción y tuvo el apoyo de la productora Pirotecnia Films, al igual que productores de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, incluso para la postproducción recibieron apoyo del Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (Eficine).
El joven protagonista
Eduardo Banda Vázquez es también irapuatense y a los 14 años, sin ninguna experiencia previa, fue el protagonista de Huachicolero dando vida a “Lalo”, su personaje.
Actualmente Eduardo tiene 16 años y cuenta que nunca se imaginó que actuaria en alguna película, mucho menos que sería el protagonista, ya que todo fue una mera coincidencia al estar en el momento y lugar preciso donde se encontraba el director haciendo el casting.
Aquel día, relata, estaba ayudando a su papá. Don Toño, quien se dedica a los trabajos de mantenimiento, a pintar unas paredes justo en el sitio donde se realizaba la selección de actores para la película, ahí llamó la atención del director quien lo invitó a audicionar, logrando así quedarse con el protagónico del largometraje.
“Nunca pensé que actuaria en ese momento, me tocó suerte, yo sólo hice lo que me pedía y sí me salía, entonces se me quitó la pena y se volvió normal para mi”, platica entre risas.
Recuerda que en uno de los días de rodaje, el equipo de filmación lo “arrastró” por el suelo para una escena donde requería estar sucio, ya que él se oponía.
“Recuerdo que una vez para hacer una toma tenía que andar todo sucio, pero yo no me quería ensuciar, entonces entre todos me agarraron y me arrastraron, ya después me dejé, porque ya estaba todo mugroso.
“Después de eso ya no he actuado, pero si me llegara la oportunidad, lo volvería a hacer”.
La mayor parte de los actores que participaron son originarios de la ciudad de México, mientras que algunos extras son provenientes de las mismas locaciones, pero para el director era importante que el protagonista fuera irapuatense.
“Lalo antes de esta película no era actor y, aún así, desempeño un papel increíble, él fue el que más se adaptaba con el guión y la historia, pero también era importante para mi que alguien de mi ciudad pudiera representar a esta persona”, expresó el director.
El director
Edgar Nito nació y creció en Irapuato; a los 19 años decidió irse a la Ciudad de México a estudiar cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), ya que siempre fue su más grande pasión.
El cineasta ha realizado varios cortometrajes, como Y volveré, Masacre en San José, El colgado y La dama de rojo; y dirigió uno de los segmentos de la cinta México Bárbaro, titulado Jaral de Berries, también filmado en Guanajuato.
Actualmente está por estrenar Huachicolero, su opera prima; mientras da forma a otros proyectos de largometraje del género de terror y policíaco.
“La película es una visión artística en un contexto que estamos viviendo, y nunca estuvo hecha con una finalidad morbosa, ya que la filmamos antes de que pasará esto en el país”.
Edgar Nito