POR MARÍA ESTHER BELTRÁN | El Sol de México
El público ovacionó de pie y agradeció el talento de las dos primeras comedias que se presentan en el 33 Festival de Teatro de Málaga. “Atchússs!!!” y “La Buena Gente”.
Con foros llenos se han presentado diversas obras durante la primera semana del Festival de Teatro. Dos comedias fueron las que deleitaron al público en el principal teatro de la ciudad de la Costa del Sol: El Teatro Cervantes.
“Atchússs!!!” contó con un reparto reconocido por diversas series de televisión como películas, actores que se encuentran en constante actividad. Carles Alfaro dirige a los hermanos Alterio Malena y Ernesto, Adriana Ozores y Fernando Tejero juntos presentan una comedia basada en textos humorísticos de autoría, del médico, escritor y dramaturgo ruso Anton Chéjov.
Los cinco actores dan vida al texto de Chéjov y presentan en casi dos horas diversos personajes. La escenografía permite ver cómo se cambian y se transforman de un personaje a otro. La iluminación forma parte de la escena que se desarrolla en el interior de un teatro. Un hombre se queda dormido y vive diversas historias. Un Atchúusss!!! es la pauta para conocer historias divertidas y bien actuadas que hacen pasar unos minutos de muy buen humor. Un éxito de Broadway lle ga a Málaga y es recibida con ovacione: Buena Gente, una pieza que aborda las diferencias sociales que dirige David Serrano. La protagonista es la actriz Verónica Forqué, reconocida por diferentes papeles en películas de Pedro Almodóvar.
Acompañan en el escenario los actores Juan Fernández, Pilar Castro, Susi Sánchez, Malena Gutiérrez y Diego Paris.
Buena Gente nos lleva a la vida real, donde las clases sociales son expuestas y se cuestiona en algunos momentos si cada uno de los personajes son responsables de su destino que los coloca en diferente clase social. ¿Realmente cada uno trabaja para estar en la clase acomodada o en la pobre, donde todos los días se tiene que sufrir por no tener que comer o pagar sus gastos?
Verónica Forqué encarna a Margarita una madre soltera de casi sesenta años con una hija discapacitada de cuarenta que acaba de ser despedida del trabajo y se enfrenta a la imposibilidad de pagar sus gastos y puede quedarse sin su departamento que le renta una amiga... Por consejo de amistades le recomiendan que busque ayuda con un amor de adolescencia, Raúl quién se ha convertido en un médico reconocido y tiene una vida cómoda. El encuentro saca a la luz los recuerdos y las acciones que vivieron ambos personajes que los llevó a tener su vida actual. Uno y otro llega a reprochar su situación, pero Margarita guarda un secreto que Raúl no se espera.
David Serrano director de la obra expresa de la obra americana de David Lindsay Abaire. Es una obra que tiene la impresión de que podría ser perfectamente una historia española o de cualquier ciudad:
“Es muy complicado que un texto consiga algo así, pero es que los personajes de Buena gente están tan bien escritos que al leer sus andanzas uno casi siente que los conoce o que, al menos, se ha cruzado muchas veces con seres humanos muy parecidos a ellos. Da igual que vivan en Boston, Buenos Aires o Madrid, o que se llamen Margaret o Margarita, lo que importa es que son tan reales que esta función casi parece un documental sobre cómo viven millones de personas en las grandes ciudades del llamado primer mundo.
Cuanto más se acerca el teatro a la vida más me gusta y esta obra, es pura vida. Margarita, la protagonista de Buena gente, es una heroína de nuestros días. Para mí es más mucho más valiente que Lara Croft o que Catwoman. No tiene súper poderes ni mata a espías, pero se enfrenta a diario a misiones en las que seguro que James Bond fracasaría con estrépito. Madre soltera de una chica que se comporta como si fuera un bebé, Margarita hace todo lo que puede para sobrevivir con su hija en un mundo cada vez más frío, más inhumano y más cruel para la gente a la que la suerte les ha sido esquiva. Y es que David Lindsay Abaire y su protagonista lo tienen muy claro: tu vida puede cambiar solamente con un golpe de suerte, y Margarita, como esos millones de personas de los que hablaba antes, nunca lo ha tenido. Quizá también podría haberle ido mejor si no hubiera sido tan buena gente, pero ella nunca eligió ese camino”.
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