Seguro de que “no hay tiempo para pedagogías”, el filósofo español David Pastor Vico publica el libro Era de idiotas (Planeta, 2024), con el cual, a diferencia de sus reflexiones anteriores, busca mandar un urgente mensaje de alerta a la población adulta sobre las consecuencias del extremo individualismo de la sociedad actual.
Toma como punto de referencia el origen etimológico de la palabra “idiota”, del griego “idiṓtēs”, término que fue utilizado para referir a los ciudadanos que, por egoísmo, no se preocupaban más que de sus asuntos individuales sobre los públicos. Comportamiento que, según Pastor Vico, “va en contra de una de las máximas de la naturaleza humana, que es que no podemos hacerlo todo solos”.
“Hoy los idiotas somos todos nosotros: esta generación híbrida que pasó de lo analógico a lo digital, que dejó de ser proletaria para ser una falsa clase media, que dejó de ser una sociedad colectivista y ahora es profundamente individualista. Y el problema es que el individualismo es el modelo social que permite el sostenimiento del neoliberalismo, pero en su programa económico no tiene al ser humano como garantía de nada, ni como algo que haya que cuidar, sino como algo que hay que explotar”, expresa David Pastor Vico, en entrevista con El Sol de México.
Con el aprendizaje, reflexión y uso de la ética — es decir del estudio del comportamiento humano en relación con otros humanos y la naturaleza— como propuesta de posibilidad de cambio, Pastor Vico señala que parte de la razón de los grandes problemas que afectan a la sociedad contemporánea son la falta de responsabilidad y de confianza, los cuales tiene repercusiones personales, nacionales y globales, como la violencia y el cambio climático.
“Confianza es saber que el otro o los otros van a hacer lo que tú esperas que hagan. Esa es la única forma de vivir en sociedad porque no podemos desconfiar de todos y pretender hacer todo. Por eso uno tiene que delegar tareas a otras personas, pero igual las personas delegan esa misma confianza, a la que hay que responder, es decir ser responsable”, asegura el filósofo.
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En este sentido, el autor menciona que este es un momento crucial para, como generación, las personas adultas se miren a sí mismos y reflexionen sobre sus actos: “Debemos dejar de hablar de los jóvenes como la generación de cristal, tenemos que dejar de golpearlos y decir que son unos inútiles, blandos, porque ellos son el resultado de nuestra educación, del mundo que nosotros hemos hecho. A la gente no le gusta ser responsable, pero es lo cierto”, agrega.
Con un lenguaje directo, a veces incómodo, por lo franco, al tratar cada una de sus reflexiones, pero sencillo y con un muy explicativo uso de ejemplos cotidianos, como lo ha hecho en sus libros anteriores —Filosofía para desconfiados (2019) y Ética para desconfiados (2021)— Pastor Vico aprovecha este libro para introducir a sus lectores a conceptos filosóficos que han formado y continúan siendo parte de las discusiones contemporáneas, como es el caso de “la otredad”, que afirma ha sido uno de los grandes motores de sentido y del conocimiento humano.