RIAD. El artista de la luz Christopher Bauder y el productor y DJ de house y techno KiNK combinaron su talento para lanzar en medio del desierto de la capital saudí su trabajo titulado Espacio Exterior.
El productor búlgaro, cuyos trabajos se distinguen por la interacción de espacio, objeto, sonido y luz, es uno de los más de 130 artistas que se presentan en el Noor Riyadh, un ambicioso festival de luz y arte organizado con el auspicio de la Comisión Real para la Ciudad de Riyadh y como parte de la Visión 2030 que incluye la apertura cultural del país.
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AXION, la obra de Bauder, está instalada a poco menos de 100 kilómetros de la capital saudí. Entre arena suelta y un cielo estrellado se alza una enorme estructura creada específicamente para desiertos y otros ambientes polvorientos. La cuadrícula de tubos de luz y luces móviles semeja una pirámide invertida o un dispositivo científico gigante para la exploración espacial o detección de partículas.
“Una vez dentro es una reflexión sobre el potencial de los axiones, la materia oscura y la idea de lo desconocido”, se lee en la descripción de la obra.
La noche del jueves, en el acto inaugural de la obra de Bauder, las pulsaciones de luz que proyectaba la estructura iluminaron el cielo saudí en una sincronía alucinante con el sonido electrónico en vivo desarrollado por "el rey del techno".
La obra instalada en pleno desierto saudí es una de las 40 ubicaciones donde se desarrolla la segunda edición del festival anual de luz y arte desde el 3 de noviembre y que continuará hasta el próximo día 19.
La experiencia para el visitante no termina ahí. A un kilómetro está Oasis, una pieza creada por el artista belga Arne Quinze, que encarna su ideología: un lugar vibrante en el árido desierto donde emerge la vida.
La estructura de aluminio y LED de 32 por 16 metros busca introducir al espectador en la belleza desenfrenada y la diversidad de la naturaleza.
LUZ CON CAUSA
Las más de 190 obras de arte iluminan la ciudad de Riyadh y sus alrededores mostrando instalaciones inmersivas, monumentales obras de arte públicas, esculturas efímeras, senderos de arte, realidad virtual, proyecciones de edificios y espectáculos de drones, transformando a Riad en una galería sin paredes nocturna.
Artistas de renombre y otros emergentes se unen en torno a la luz en este festival que se perfila para ser uno de los más grandes del mundo. Los creadores seleccionados provienen de 40 países tan lejanos como Madagascar, Uganda, Japón, Puerto Rico, Turquía, Polonia, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y Estados Unidos.
Las obras elegidas giran en torno al lema Soñamos con nuevos horizontes, centrado en una sensación de esperanza para el futuro, con connotaciones positivas, optimistas y reflejo de una confianza en la renovación y la transformación.
Una selección de artistas responde a problemas globales como el medio ambiente y la crisis climática. Uno de ellos es Daan Roosegaarde, con Waterlicht, una proyección que convierte el agua del lago del Parque Salam en luz, creando un paisaje onírico sobre el poder y la poesía del agua.