La literatura por sí misma no cambia el mundo, pero sí la percepción de quienes se nutren de ella. Esta es la reflexión que Salman Rushdie hizo sobre el poder que los libros y las historias tienen en un contexto tan adverso como el que vive el mundo en estos días.
En una plática que ofreció junto al escritor español Javier Cercas, el autor indio-británico consideró que existen novelas o historias que nos envuelven de tal forma que son capaces de cambiar nuestra forma de pensar y marcar un nuevo rumbo en nuestras vidas.
“La cuestión de los libros que nos gustan es cuántos amamos de verdad. Quizá no son cientos, seguro es un número pequeño. Nuestra visión del mundo está formada en mayor o menor medida por los libros que amamos”, señaló el autor de Hijos de la medianoche y Los versos satánicos.
El autor compartió que la novela Los Buddenbrooks de Thomas Mann, fue la que cambió su forma de ver la familia y sus propios orígenes como escritor, pues recientemente visitó la casa donde ocurre la historia en la ciudad de Lübeck en Alemania.
“Primero entendí el libro mucho mejor porque soy mayor, pero ciertamente fue una novela que me enseñó algo de cómo escribir, sobre cómo entender el modo en el que el mundo procede a lo largo de las generaciones. Y la manera en que las familias cambian generación tras generación. Se convirtió en una forma para mí de entender a la familia, de entender la transformación”, compartió en una plática vía streaming organizada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Su contraparte Javier Cercas dijo que para pensar en las aportaciones que tiene la literatura en contextos como el actual es necesario redefinir el concepto de “útil”. “Entender la realidad es útil; el placer en sí mismo ya es útil”, señaló.
“La literatura para mi es útil siempre y cuando no se proponga serlo. Si se lo propone entonces se vuelve propaganda o pedagogía. Pero leyendo las novelas de Salman entendemos cosas que desde ese punto de vista son útiles para entender la realidad. Porque la literatura es un placer, pero a la vez es una forma de conocimiento”.
El autor de Soldados de Salamina y columnista del diario El País refirió que la ironía es una herramienta para redescubrir el mundo a través de la literatura. Y tomó como ejemplo al Quijote, un personaje que “está totalmente loco y que debería estar en un sanatorio psiquiátrico”, pero a través del cual podemos ver cosas que de otra forma no percibiríamos.
“Al mismo tiempo es un hombre lucido, capaz de pensar con la amito inteligencia las cosas más complejas como la justicia: Eso es la ironía: una cosa que pueden ser dos a la vez. Don Quijote es un personaje ridículo, grotesco, pero a la vez heroico y trágico”, explicó durante el encuentro moderado por la periodista Patricia Kolesnicov.
Salman Rushdie añadió que aportar a que el lector perciba el mundo de otra forma es una de las máximas aspiraciones que todo escritor tiene: “Y todos lo hemos experimentado con determinados libros. Y eso es fantástico, es lo que hace la literatura: no cambiar al mundo, sino la percepción de los lectores y obligarlos a ver el mundo de otra manera”.