/ martes 8 de marzo de 2016

Retratos históricos: Santa Anna

Por David A. Figueroa Hernández

Will Fowler. Universidad Veracruzana

2011, 534 pp.

  Santa Anna. Esta estupenda investigación reposa en un académico escocés cuya reputación y publicaciones sobre la historia de México son representativos al gozar de una lista importante de títulos sobre épocas particulares que han servido de plataforma para noveles académicos nacionales.

La presente lectura denominada Santa Anna, explora una cuidadosa biografía de uno de los personajes menos queridos por la historiografía nacional y cuyo palmarés militar destacó durante el siglo XIX. Una vez que nuestra nación se independizó de España y cuyas convulsas revueltas derivaron en un maniqueísmo políticos por parte de las diversas facciones, partidos, logias masónicas y hasta intereses extranjeros a los cuales muchos mexicanos tuvieron que luchar, tal es el caso del denominado “Libertador de Veracruz”, “Héroe de Tampico” y “Primer Proclamador de la República”, estamos hablando de Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón.

Fiel a su estilo metodológico y fuerte investigación documental, Will Fowler nos transporta a una lectura no solamente biográfica sino que busca que el lector pueda analizar y sacar sus propias conclusiones respecto a los hechos empresariales, ciudadanos, militares y presidenciales, de un personaje vilipendiado por la historiografía oficial posrevolucionaria y que no necesariamente es culpable de todos los hechos que se le achacan a lo largo de sus esfuerzos por mantener una República soberana y próspera.

Antecesor de la ideología positivista que caracterizaría al Porfiriato, las ideas renovadoras Santa Anna en la que promulgaba la paz, el orden y el progreso, se vieron reflejados en su estado natal, Veracruz, donde, como empresario y poderoso comerciante, cultivó en sus haciendas, un impulso a través de una educación de calidad, incentivación de las necesidades de quienes ahí laboraban y vivían en ellas, así como su invaluable interés por las necesidades de los pobladores de ese estado de la república, resultaron encomiables e inolvidables para los habitantes al grado de sentir por su caudillo un verdadero cariño pocas veces visto en otras entidades.

El oportunismo de Santa Anna del que tanto se habla es característico del personaje por su misma e inherente actitud así como su búsqueda de la gloria más que del poder político mismo; a pesar de haber ocupado la Presidencia de la República en diversas ocasiones, muchas veces el protagonista prefirió despachar los asuntos desde sus haciendas o, en su defecto, dejar en el cargo a ilustres personalidades “más capaces” para ejercer una mejor administración ya que él se consideraba un militar de cepa y siempre veló por sus elementos más que por él mismo al sacrificar su propia fortuna e hipotecar algunos bienes con tal de no perder las batallas que tanto significaban para él.

Definitivamente, su participación en el Tratado de La Mesilla es atribuible a su persona, sin embargo, la pérdida del territorio durante la invasión norteamericana arroja la historia documentos importantes en los que él estuvo más preocupado rehaciendo el ejército que firmando decretos territoriales; respecto a la pérdida de Texas, él nunca asumió la pérdida del territorio y su ambición por recuperar la dignidad perdida de la nación fue preponderante ante los intereses de otro tipo de sectores políticos, eclesiásticos, extranjeros y hasta partidistas.

Aunado a lo anterior, Santa Anna fue un caudillo que representó a un salvador de los momentos en los que el país vivió durante el siglo XIX, cierto es que se enriqueció ávidamente a expensas del erario nacional así como de los tratos realizados pero eso a ser el chivo expiatorio que se nos ha hecho creer, es lo que el autor trata de hacernos reflexionar para reescribir la historia nacional y colocar a cada personaje en su justa dimensión.

Una lectura propicia para conocer más sobre un personaje que sigue esperando una justa crítica más allá de los odios generados por la propia Revolución y que de aceptar su ambivalencia según los intereses en turno, hay que reconocer sus batallas, triunfos y amor a la Patria como mexicano y militar.

 

Comentarios: dfigueroah@yahoo.com.mx

Por David A. Figueroa Hernández

Will Fowler. Universidad Veracruzana

2011, 534 pp.

  Santa Anna. Esta estupenda investigación reposa en un académico escocés cuya reputación y publicaciones sobre la historia de México son representativos al gozar de una lista importante de títulos sobre épocas particulares que han servido de plataforma para noveles académicos nacionales.

La presente lectura denominada Santa Anna, explora una cuidadosa biografía de uno de los personajes menos queridos por la historiografía nacional y cuyo palmarés militar destacó durante el siglo XIX. Una vez que nuestra nación se independizó de España y cuyas convulsas revueltas derivaron en un maniqueísmo políticos por parte de las diversas facciones, partidos, logias masónicas y hasta intereses extranjeros a los cuales muchos mexicanos tuvieron que luchar, tal es el caso del denominado “Libertador de Veracruz”, “Héroe de Tampico” y “Primer Proclamador de la República”, estamos hablando de Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón.

Fiel a su estilo metodológico y fuerte investigación documental, Will Fowler nos transporta a una lectura no solamente biográfica sino que busca que el lector pueda analizar y sacar sus propias conclusiones respecto a los hechos empresariales, ciudadanos, militares y presidenciales, de un personaje vilipendiado por la historiografía oficial posrevolucionaria y que no necesariamente es culpable de todos los hechos que se le achacan a lo largo de sus esfuerzos por mantener una República soberana y próspera.

Antecesor de la ideología positivista que caracterizaría al Porfiriato, las ideas renovadoras Santa Anna en la que promulgaba la paz, el orden y el progreso, se vieron reflejados en su estado natal, Veracruz, donde, como empresario y poderoso comerciante, cultivó en sus haciendas, un impulso a través de una educación de calidad, incentivación de las necesidades de quienes ahí laboraban y vivían en ellas, así como su invaluable interés por las necesidades de los pobladores de ese estado de la república, resultaron encomiables e inolvidables para los habitantes al grado de sentir por su caudillo un verdadero cariño pocas veces visto en otras entidades.

El oportunismo de Santa Anna del que tanto se habla es característico del personaje por su misma e inherente actitud así como su búsqueda de la gloria más que del poder político mismo; a pesar de haber ocupado la Presidencia de la República en diversas ocasiones, muchas veces el protagonista prefirió despachar los asuntos desde sus haciendas o, en su defecto, dejar en el cargo a ilustres personalidades “más capaces” para ejercer una mejor administración ya que él se consideraba un militar de cepa y siempre veló por sus elementos más que por él mismo al sacrificar su propia fortuna e hipotecar algunos bienes con tal de no perder las batallas que tanto significaban para él.

Definitivamente, su participación en el Tratado de La Mesilla es atribuible a su persona, sin embargo, la pérdida del territorio durante la invasión norteamericana arroja la historia documentos importantes en los que él estuvo más preocupado rehaciendo el ejército que firmando decretos territoriales; respecto a la pérdida de Texas, él nunca asumió la pérdida del territorio y su ambición por recuperar la dignidad perdida de la nación fue preponderante ante los intereses de otro tipo de sectores políticos, eclesiásticos, extranjeros y hasta partidistas.

Aunado a lo anterior, Santa Anna fue un caudillo que representó a un salvador de los momentos en los que el país vivió durante el siglo XIX, cierto es que se enriqueció ávidamente a expensas del erario nacional así como de los tratos realizados pero eso a ser el chivo expiatorio que se nos ha hecho creer, es lo que el autor trata de hacernos reflexionar para reescribir la historia nacional y colocar a cada personaje en su justa dimensión.

Una lectura propicia para conocer más sobre un personaje que sigue esperando una justa crítica más allá de los odios generados por la propia Revolución y que de aceptar su ambivalencia según los intereses en turno, hay que reconocer sus batallas, triunfos y amor a la Patria como mexicano y militar.

 

Comentarios: dfigueroah@yahoo.com.mx

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