Vigo.- Un gol de Iago Aspas mediado el primer tiempo empujó alCelta de Vigo a reencontrase con la victoria frente al Granada, enun duelo que sirvió para que los celestes se inyectaran de moraltras el mazazo europeo ante el Standard de Lieja y para destaparlas carencias de los de Lucas Alcaraz, al que le queda muchotrabajo para sacar a su equipo de la zona de descenso.
El guión del partido fue el esperado. El Granada, con doslíneas muy juntas, cedió el balón a su rival para intentardañarle al contraataque pero sólo con un disparo cruzado delucraniano Artem Kravets amenazó a Rubén Blanco en todo el primertiempo. Un pobre balance que justifica por qué sigue sin ganar enesta Liga.
Cierto es que el Celta tampoco generó peligro hasta que Verzale regaló el primer gol a Iago Aspas, pero eso no debe servir deconsuelo para un Granada que ni cuando se vio 2-0 estiró suslíneas. Se lo jugó todo a su planteamiento defensivo y le saliómal porque cada error lo penalizó.
Wass rozó el segundo poco después de marcar Aspas pero Ochoalo evitó en el mano a mano. Respiró el Granada pero apenas diezminutos, pues al filo del descanso Theo Bongonda, tras asociarsecon Aspas, consiguió el gol de la tranquilidad para el Celta.
En el segundo tiempo el partido se niveló, aunque quizás másporque los locales bajaron una marcha que por el empuje nazarí. ElCelta se dedicó a jugar con el resultado. E incluso dispuso deocasiones para aumentar su ventaja: con una vaselina de Iago Aspas,con un cabezazo de Cabral y con un tiro del serbio Radoja.
El Celta se sentía superior pero cerca estuvo de llevarse unsusto después de que su rival, al que los cambios le dieron otroaire, armara un rápido contraataque que culmino Kravets con undisparo que se marchó rozando el poste. El partido parecíasentenciado pero un resbalón de Cabral a falta de cuatro minutospara el final dio opciones al Granada, después de Kravets superasea Rubén Blanco. En el descuento Pape Cheikh acabó con el sueñonazarí.