El hielo en el piso, paredes y ambiente no enfría su corazón.Jason Paul se olvida de cualquier dramatismo que podría vivir y searriesga al máximo con tal de mantener su sueño intacto.
El parkour es su pasión y por él iría a cualquier lado delmundo. Ahora en Harbin su fuerza en brazos, piernas y mentesimplemente le ayuda a sobrevivir a un gélido lugar que podríaser la muerte para cualquiera.
No importa lo resbaloso del piso, o las duras columnas. Élcumple con su pasión al momento de empezar a saltar en cualquierade los espléndidos y peligrosos sitios.
Paul es acompañado por RedBull a cualquier lado con las ganasde mostrar su arte que lo apasionó en Alemania desde que nació enel año de 1991.
En el momento arriesga todo. Una caída podría significar unagrave lesión e incluso, por lo alto de las pruebas, hasta lamuerte.
Por eso lleva el parkour al extremo. Sin interesarle lopeligroso o las lastimaduras en el cuerpo. “Esto es unasensación muy grande. Uno intenta hacer lo mejor que puede y mesiento contento de estar aquí para continuar con mi sueño”,dice el extremista.
“En el momento de saltar todo se conjuga. Hay que tenerfuerza, gran mentalidad y sobretodo saber el terreno que pisas.Aquí es hielo y eso lo hace más complicado. Un resbalón, ungolpe en el suelo puede ser letal, eso es lo que más me gusta”,bromea a pesar del peligro.
Dominar el hielo lo inspira y ahora buscará un nuevo reto, elfrío fue dominado.