Hace 60 años se llevó a cabo una increíble aventura protagonizada por los personajes más valientes. Es una historia de coraje, de vuelos al espacio, romance, espionaje e intriga internacional. La historia inicia en las calles de Moscú y termina en los pasillos de la Casa Blanca, en el corazón de Washington.
LOS CADETES
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, los ingenieros soviéticos liderados por el inigualable Sergey Koroliov, mejoraron el cohete V-2 hasta llevarlo al espacio cósmico y orbitar a la Tierra. Entonces fue necesario reclutar cosmonautas para conquistar la nueva frontera.
En las calles de Moscú se reclutó a varios perritos para vivir la aventura de sus vidas.
Los cadetes caninos llegaron al Centro Espacial. Se probaron sus trajes espaciales con todo y escafandra, se revisaron sus condiciones físicas, simularon el vuelo espacial, saltaron en paracaídas, soportaron las fuerzas g en la centrifuga y probaron la comida de perros cosmonautas. Pocos fueron los elegidos. Aquellos que sabían recibir ordenes y eran tranquilos en sus deberes.
A partir de 1951 más de 24 cosmonautas caninos volaron al cosmos en vuelos suborbitales, es decir, aquellos que aterrizan antes de dar una vuelta a la Tierra.
En agosto de 1960, hace 60 años, se preparó el vuelo tripulado orbital, con las valerosas Bielka (blanquita) y Strielka (flechita). Su misión, viajar al espacio y rodear a nuestro planeta durante 24 horas. Transmitir las condiciones de vuelo, reentrar en la Tierra, separarse de la nave espacial y aterrizar en paracaídas.
Aún pesaba la tragedia del verano, cuando Cháika y Lisíchka murieron al explotar el cohete segundos después del despegue. También recordaban la prematura misión orbital de un ser vivo, de la Laika de 1957, cuando murió en la órbita terrestre, después de rodear en varias ocasiones a nuestro planeta.
EL VUELO
En la mañana del 19 de agosto de 1960, hace 60 años, la Karabl-Sputnik 2 (nave-satélite 2) o Sputnik 5, como se le conoce en occidente, se elevó tras un fuerte rugido y una columna de humo rumbo al espacio, dejando atrás a la Tierra. Bielka y Strielka se comportaron como verdaderas cosmonautas. Desde el Centro de Control monitoreaban su salud. Les acompañaban 40 ratones, 2 ratas, plantas y hongos.
Ocho minutos después entraron al espacio cósmico e iniciaron la travesía alrededor de la Tierra. Experimentaron la gravedad cero y tomaron su alimento. En algún momento se sintieron inquietas y Strielka no se sintió bien y devolvió el alimento. Algo de lo que sufren todos los astronautas y cosmonautas cuando viajan al espacio.
De pronto, les sobrevoló el satélite de Estados Unidos Echo-1 y Bielka y Strielka le ladraron al unísono. En el Centro de Control les dio risa.
Tras 24 horas y 17 órbitas, la Karabl-Sputnik 2 giró para encender sus retrocohetes, disminuir la velocidad y reentrar en la atmósfera terrestre. Aumentó la temperatura en el exterior. Al superar la parte crítica, se expulsó la cabina de las cosmonautas y se abrieron los paracaídas. Bielka y Strielka tuvieron un feliz aterrizaje en las lejanas estepas de Kazajstán.
Bielka y Strielka volaron al cosmos como perritas callejeras y aterrizaron como heroínas cosmonautas de la nueva era espacial. Los primeros seres vivos en regresar con vida del espacio.
Entonces vino la fama. Las cosmonautas asistieron a la conferencia de prensa, colaboraron en el entrenamiento de sus camaradas y se retiraron a vivir vidas largas y felices.
Strielka formó una familia con el cosmonauta Púshok (peludito). Nacieron varios cachorritos, los primeros seres vivos de dos viajeros espaciales, lo que demostró que el viaje cósmico era seguro y no dañaba la fisiología de los seres vivos.
Meses después, el 1 de diciembre Puchiólka y Múshka repitieron la hazaña, después de una misión exitosa, en la etapa final, algo falló en la reentrada, la nave se dirigía fuera de las fronteras soviéticas y se autodestruyó en la atmósfera terrestre.
Días después, el 22 de diciembre volaron Yúlka y Yemchuyína. El cohete no alcanzó la órbita y aterrizó a 214 km de distancia en Tungushka, lugar de la caída del famoso meteorito en 1908. El sistema de autodestrucción estaba por activarse, los equipos de rescate volaron en helicópteros en una dramática operación de rescate. La temperatura caía a -45°C y había fuertes ventiscas, tras 48 horas de búsqueda, rescataron a Yúlka y Yemchuyína sanas y salvas. Aunque sus acompañantes, ratones y tortugas, murieron.
Al año siguiente, el 9 de marzo de 1961 Chiernúshka (negrita) realizó un vuelo orbital exitoso. Le siguió Zviezdóchka (estrellita) el 25 de marzo. Los cosmonautas caninos abrieron la ruta al cosmos y el 12 de abril, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en el espacio.
LA SOSPECHA
En ese verano (1961), durante la reunión del Presidente John F. Kennedy y el Premier soviético Nikita Jrushiov en Viena, Jackie Kennedy expresó interés por los cachorros espaciales. Entonces, desde el Kremlin se nombró Embajadora de Buena Voluntad en los Estados Unidos a la cachorrita Púshinka, hija de Strielka y Púshok, y emprendió su viaje a América.
Pero los agentes secretos sospecharon que Púshinka era una chienne fatale, una espía soviética que robaría secretos de la Oficina Oval y los enviaría a Moscú.
Entonces interrogaron a Púshinka pasándola por rayos X, esperando ver en su interior radios y antenas que transmitirían a Moscú lo que el Presidente Kennedy dijera en su oficina.
Comprobada la inocencia de Púshinka llegó a la Casa Blanca, en donde se paseó como cualquier otro inquilino. Ahí conoció a Charly, la mascota del Presidente y juntos iniciaron una nueva familia. El Presidente Kennedy bautizó a los cachorritos “pupniks” de puppy, cachorro en inglés y sputnik, satélite en ruso.
Bielka y Strielka fueron los primeros seres vivos en viajar al cosmos y regresar sanos y salvos. Por ello gozan de una gran fama en Rusia, existen películas y caricaturas de sus aventuras. En youtube está “Perros Espaciales película en español latino”, una animación rusa para niños, que ha generado una saga de sus aventuras espaciales. Esta película también es presentada de vez en cuando en un canal de televisión por cable de caricaturas. A 60 años de su aventura, recordamos a quienes abrieron el camino de los humanos en el espacio. Verdaderos héroes de la conquista espacial. german@astropuebla.org
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