En palabras de Louis Pasteur "La suerte favorece a las mentes preparadas", pero, a veces, es el interés por aprender y salir a la aventura científica. En el Día Internacional de la Mujer y la Niña Científica (11 de febrero), conozcamos a pequeñas niñas, grandes científicas.
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Entre las estrellas
En 1930, Clyde Tombaugh en Estados Unidos había descubierto un nuevo planeta. Al otro lado del mundo, Falconer Madan le leía la noticia a su nieta Venetia Phair de 11 años. La nota mencionaba que el nuevo planeta aún no tenía nombre y Venetia propuso de inmediato Plutón.
Su abuelo, bibliotecario de la Universidad de Oxford, contactó a un astrónomo de la Universidad, y él envió la sugerencia a Tombaugh; quien estuvo de acuerdo con el nombre, pues seguía la tradición mitológica y porque Plutón iniciaba con P y L, las iniciales de Percival Lowell, quien años antes había pronosticado la existencia de un lejano planeta, y había dejado dinero y el observatorio en donde trabajaba Tombaugh, para su búsqueda.
El nombre era correcto, Plutón es el hermano menor de Júpiter y Neptuno.
Venetia le dio nombre a un planeta, hoy planeta enano, pero otra niña, supo contactar por radio con el espacio.
El 2 de agosto de 2022, Isabella Payne de 8 años, utilizando el equipo de radioaficionado de su padre, contactó a Kjell Lindgren, quien en ese momento comandaba la Estación Espacial Internacional. Isabella se emocionó por la breve conversación. Y horas después, Kjell Lindgren publicó en Twitter el gusto de haber hablado con Isabella.
Años antes, en 2008, Caroline Moore de 14 años, colaboraba en el Observatorio Puckett en Georgia, Estados Unidos. Mientras estudiaba la galaxia UGC 12682 en la constelación de Pegaso, descubrió una explosión de supernova, a 69 millones de años luz. Resultó ser un nuevo tipo de supernova.
Al año siguiente, en 2009, Shay Bloxton de 15 años, colaboraba en el radiotelescopio Robert C. Byrd, Green Bank (GBT) en West Virginia. Después de revisar más de dos mil fotografías estelares, descubrió una de las estrellas más sorprendentes del Universo, una pulsar. Estas estrellas giran miles de veces por segundo, emitiendo pulsos de radiación, como si se tratase de un faro estelar.
En ese octubre, Shay fue invitada de honor del presidente Barack Obama, en el evento: La Casa Blanca Bajo las Estrellas.
Dos años después, en 2011, Kathryn Aurora Gray, de 10 años, de Canadá, clasificaba junto con su padre Paul, un astrónomo aficionado, imágenes astronómicas que recibía para la búsqueda de supernovas. De pronto, Kathryn advirtió un gran brillo en una de las imágenes. Resultó ser una explosión a 240 millones de años-luz, en la galaxia UGC 3378 en la constelación de Camelopardalis (La Jirafa).
En 2021, mediante una iniciativa de ciencia ciudadana de la International Astronomical Search Colaboration (IASC) y la NASA, en donde las personas no especializadas colaboran analizando datos astronómicos, Nicole Oliveira de 7 años, de Macéio, Brasil, descubrió siete asteroides.
La IASC le otorgó un distinguido diploma y la nombró la astrónoma más joven del mundo.
Y en 2014, en el país del Sol Naciente, las hermanas Koto y Rina Tomita, de 12 y 9 años, participaban en el proyecto KISS, Kiso Supernova Survey (Búsqueda de Supernovas del observatorio Kiso) de la Universidad de Tokyo. Las hermanas descubrieron una supernova a 600 millones de años luz, en la constelación de Cetus, la Ballena.
Pero no todos los descubrimientos se realizan en el espacio.
Fósiles e historia
En 2018, mientras Andy Vanecek colocaba una boya para advertir del bajo nivel del agua, en un lago cerca de su casa en Suecia, su hija Saga sacó del agua una espada en perfecto estado. En el museo de Jönöpings, dataron la espada con 1500 años de antigüedad, de la era previkinga. Saga se emocionó al saber que su descubrimiento, ayudaría a escribir la historia de la región.
El 25 de diciembre de 2022, Molly Sampson de 9 años, junto a su hermana Natalie de 17 y su padre Bruce Sampson, buscaban dientes de tiburón en Calvert Cliffs, Maryland, cuando Molly se topó con un diente enorme de 12 cm. En el museo Marino de Calvert, les informaron que en efecto era un diente de tiburón, pero de un megalodonte, extinto hace 15 millones de años. Ahora Molly colecciona fósiles y sueña con ser paleontóloga.
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Del otro lado del mundo, en el verano de 2022, Etta Hackney de 9 años, junto a sus hermanas, caminaban en las playas de Norfolk, Inglaterra, cuando levantó un trozo de madera petrificado y se lo guardó. Después se lo mostró al geólogo David Waterhouse, quien se sorprendió del hallazgo, era un diente de oso, de 700 mil años de antigüedad.
La madre de las niñas comentó que sus hijas están muy interesadas en la búsqueda de fósiles, desde que asistieron a un curso de paleontología meses antes.
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En ese año, en la misma isla de Gran Bretaña pero en Gales, Lily Wilder de 4 años, paseaba por las playas de Benrigs Bay, junto a su padre y su perro, cuando descubrió una huella extraña. Informaron del hallazgo y la paleontóloga Cindy Howells les informó que la huella tiene 220 millones de años de antigüedad, mide 10 centímetros y fue dejada por un dinosaurio de 75 cm de alto y 2.5 m de largo. Para Lily fue un descubrimiento asombroso ya que le encantan los dinosaurios.
Ninguna de estas niñas le dirá que la historia y la ciencia son aburridas. ¿Qué más se puede descubrir, si se cultiva el interés por aprender?
german@astropuebla.org