A través de los podcast producidos por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se advierte a la población sobre los riesgos que implica la obsolescencia psicológica, pero, ¿qué significa este término?.
Según la Profeco, la obsolescencia psicológica es el hecho de consumir para estar a la moda, ya sean celulares, ropa, accesorios y demás, sin embargo, esto tiene implicaciones negativas para el medio ambiente
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¿Cuáles son los riesgos de la obsolescencia psicológica?
Como advierte la Profeco, los desechos de los aparatos tecnológicos contaminan el medio ambiente, tan sólo en la CDMX se generan 117 500 toneladas de basura electrónica. La mercadotecnia tiene gran parte de responsabilidad ya que promueve la idea de que los objetos son fácilmente desechables y obsoletos.
Mediante el establecimiento de temporada de ventas y enfocándose a ciertos nichos de la población, la mercadotecnia maneja sus productos dentro de la obsolescencia tecnológica, la obsolescencia de calidad y la psicológica: la primera se refiere a la idea de un defecto funcional, avería o incompatibilidad, la segunda corresponde a que después de un corto tiempo el producto presenta fallas y mal funcionamiento, y la último siembra la idea de que el producto deja de ser el de novedad o el última tendencia.
Investigaciones señalan que el 71 por ciento de los mexicanos han cambiado sus celulares en los últimos 18 meses, esto hace que los equipos celulares sean los primeros objetos de consumo que más se renuevan.
En 2020 se registraron más de 115 millones de celulares en México, sin embargo, estos están hechos con más de 60 materiales naturales no renovables.
Hay estudios que señalan que algunos fabricantes acordaron reducir la vida de los focos de dos mil 500 a sólo mil horas, con la finalidad de hacer forzar a los personas a comprar constantemente.
En países como Francia la obsolescencia programada es un delito, por lo que los fabricantes están sometidos a criterios de durabilidad, para lo cual deben establecer estándares de medición, prueba y verificación.
En México se calcula que cada persona genera al año 8.2 kilogramos de basura electrónica. La basura electrónica es cualquier producto con un enchufe, cable eléctrico o batería que ya cumplió su vida útil.
Asì tambièn, a finales del 2021, en Mèxico se desecharon cerca de 57 millones de toneladas métricas de celulares, cables y demás aparatos electrónicos.
Para atacar el problema de forma global se plantea una nueva visión circular para los aparatos electrónicos, también conocida como “producción de ciclo cerrado”. Consiste en ampliar la duración de los aparatos y contemplar procesos de reciclaje de los componentes que son valiosos pero peligrosos para la salud humana o el medio ambiente.
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Si te interesa contribuir a contrarrestar los efectos que genera la basura electrónica, no olvides leer las etiquetas de los productos y sus garantías, también puedes apoyar a las empresas dedicadas a la reparación o reciclaje llevando tus aparatos en desuso, señala la Profeco.
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