Por culpa del coronavirus nadie ve a la estrella del Barcelona, Lionel Messi, jugar al futbol, ni apuestan si meterá cinco goles o si será expulsado antes del medio tiempo o si fallará un penalti. Tampoco hay apostadores jalando la palanca de las máquinas tragamonedas o lanzando fichas en las mesas de los casinos con la intención de llevarse el premio mayor.
Lo único visible en la industria del entretenimiento y juegos de apuestas en México son sus estrategias para salir de la peor crisis, el plan para atraer a los jugadores, quienes se alejaron de las salas por miedo al virus y por un ordenamiento sanitario, así como una propuesta para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador les difiera el pago de impuestos.
Ni la aparición de la influenza AH1N1 en 2009 logró vaciar las salas de juego, como sí lo ha hecho el virus aparecido a finales de 2019 en Wuhan, China. Hoy los casinos están apagados por la contingencia sanitaria y luchan por salir adelante.
Por eso “estaría interesante que yo apostará a favor de que el coronavirus desaparezca muy pronto, pero eso es inimaginable”, señala Miguel Ángel Ochoa Sánchez, presidente de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuesta en México (AIEJA).
De momento “ya se han contemplado (como nuevas apuestas) ¿cuándo se acabará el coronavirus? o ¿cuándo se inventará la vacuna? o ¿cuántas muertes se reportarán (por este nuevo virus)?”.
Otra de las ideas barajadas entre los dueños de los casinos para captar de nuevo a sus clientes son apuestas de “¿Cuál será el precio del petróleo en 30 días? o ¿el precio del dólar contra el peso mexicano?”, señala Ochoa Sánchez, doctor en Derecho Constitucional por la UNAM.
El representante de los 31 permisionarios dice que el ingenio y creatividad será usado para sacar de la crisis a la industria, que dejará de ingresar unos mil 600 millones de pesos por su cierre para evitar un contagio masivo de Covid-19.
Los grandes operadores de juego online en México como Caliente, Codere, Play City y Big Bola concentrarán su esfuerzo para encontrar alternativas de apuesta.
Una de las estrategias muy socorridas en el mundo son las apuestas de tipo gubernamentales, pero en México no pueden realizarse por una posible contaminación en temas de corrupción.
“Tú le puedes apostar a un candidato débil y darle dinero para que pueda ganar otro y te haga ganar la apuesta. Esto no se ha dado y yo creo que en México, que es un país que acostumbra todavía cierto margen de corrupción, es un riesgo alto”.
Se tienen que buscar otros mecanismos como las apuestas por el coronavirus, petróleo y tipo de cambio, algo que sería propiamente de los operadores, dice el representante de los casinos en México.
LA CASA PIERDE
El Covid-19 ha afectado muy fuerte a la industria del entretenimiento y juego de apuesta, porque su cierre se dio a mediados de marzo por una dictaminación sanitaria en Nuevo León, Sonora y Jalisco.
Con la imposición de la Jornada Nacional de Sana Distancia, por un decreto del 23 de marzo de 2020 por la Secretaría de Salud, otras salas de juego ya no ofrecieron sus servicios, y un par de días después toda la industria se vació y ya no tenía clientes en las instalaciones.
El coronavirus agarró a los permisionarios desprovistos, porque el negocio funciona si la gente asiste a jugar, a divertirse y a gastar: “De repente te cierran esa fuente de ingresos, te dicen que pagues los impuestos y pagues los salarios al 100 por ciento”, afirma Miguel Ángel Ochoa.
Los afiliados a la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuesta generan ingresos por 10 mil millones de pesos anualmente, de los cuales más de tres mil millones de pesos se destinan para el pago de impuestos.
“El parar totalmente las operaciones en abril, mayo y la mitad de marzo estamos hablando de entre mil 200 millones de pesos o mil 600 millones de pesos, que se están dejando de recibir”, comenta.
“Ya sabemos que se paró todo abril, aparentemente se parará todo mayo y no sabemos cuándo será el regreso de los casinos y es un tema que no está previsto por las autoridades de salud en el país”, pronostica. Algunos socios no cuentan con la capacidad económica para continuar un cierre más allá del 31 de mayo.
La industria deportiva, que se sumó a la Jornada de Sana Distancia para evitar una propagación del coronavirus, prácticamente dejó muerta la apuesta en los casinos, recuerda el empresario.
Ochoa Sánchez menciona que hay una apuesta de juego online, que se hace entre particulares a través de internet, pero está parada por falta de partidos de futbol, el principal atractivo de los apostadores.
La eLiga MX, una liga virtual del futbol mexicano, no es tan atractiva ni tan conocida ni tan entendida por los apostadores, sin embargo le da un poco de vida a la economía de los operadores online.
El resto de las empresas no tienen un flujo de efectivo guardado o alguna bolsa de dinero, porque el Covid-19 no se esperaba y tampoco se pensaba que se viviera la enfermedad con esa magnitud en México, asevera Miguel Ángel Ochoa Sánchez.
“Hay casinos que tendrán algún fondito para pagar salarios al 100 por ciento o a una medida más o menos razonable”, expone el presidente de la AIEJA.
El pago de impuestos es imposible que se haga, porque te quedas sin ingresos y sin apuestas: “Si pagas impuestos no pagas salarios ni otros gastos, como el recibo de luz eléctrica, agua, gas, teléfono y renta del inmueble”, enfatiza.
“La idea no es pedirle al gobierno (de Andrés Manuel López Obrador) que nos exente (o perdone) los impuestos, sino que nos los difiera”, declara Ochoa Sánchez.
Al quedarse vacíos los casinos no se está causando un impuesto de 10 por ciento pagado al Servicio de Administración Tributaria (SAT), ni 10 por ciento del gravamen a juegos y sorteos a los estados.
“Los estados reaccionaron al principio bastante bien al apoyarnos con algunos diferimientos o algunas extensiones, pero estamos solicitando la cancelación de 2 por ciento de nómina y no se cobre los impuestos de juegos y sorteos”, señala.
El presidente AIEJA dice que también requieren varias medidas de carácter laboral, las cuales evitarán el despido de los empleados de los casinos en México.
Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, exentó el pago del Impuesto Sobre Nómina de abril a junio de 2020 a los hoteles, restaurantes, casinos, cines, bares y centros sociales.
Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, ordenó que no se cobre de abril a diciembre los Impuestos Sobre Hospedaje y Realización de Juegos con Apuestas y Sorteos.
El resto de los autoridades estatales no han informado sobre algún apoyo fiscal para los permisionarios, quienes generan más de 38 mil fuentes de trabajo directo y 140 mil indirectos de carácter permanente.
Por si fuera poco, los casinos deberán cumplir una serie de medidas sanitarias determinadas por la Secretaría de Salud para operar libres de Covid-19.
La AIEJA explica que la apertura de las salas se dará de manera paulatina, tal y como lo ha planteado el gobierno federal, que ya dio el visto bueno para abrir la economía en 324 municipios libres de Covid-19, pero la apertura de las salas de juego no significa el regreso del 100 por ciento de los clientes, sino que volverán poco a poco por el miedo al coronavirus, puntualiza el empresario Miguel Ángel Ochoa.
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