CANCÚN. El primer viaje del Tren Maya, que salió de Campeche, concluyó en la estación Cancún, en Quintana Roo, la cual lucía inconclusa y bajo un fuerte dispositivo de seguridad de militares y de la Guardia Nacional que impidieron el acceso al público y testigos del arribo del llamado Jaguar Rodante.
En Cancún no hubo fiesta para la llegada del primer convoy de tres vagones en su viaje inaugural, el cual arribó silencioso y sin protocolos a una estación sin techo, con poca luz, sin servicios, sin señalética, ni información, carente de un acceso principal, sin mobiliario, con un drenaje deficiente y que todo fue cubierto con plantas y lonas.
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Los militares, quienes sellaron con vallas el acceso a la estación Cancún del Tren Maya, impidieron que periodistas grabaran videos o hicieran fotografías de la terminal bajo el argumento que se trataba de una instalación militar.
Los únicos que caminaron por dicha estación fueron los invitados especiales que arribaron junto con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien salió escoltado por militares en una camioneta Suburban. Periodistas y público que se arremolinaron en el acceso principal constataron que el acceso principal se encuentra en terracería y con material de construcción.
No hubo ningún protocolo para la llegada del tren, sin embargo, la presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta de la Peña, acudió a recibir al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la gobernadora Mara Lezama. “Este viaje inaugural simboliza la materialización de un sueño compartido, donde la infraestructura se convierte en un motor para la equidad y el progreso”, afirmó.
EL TRAYECTO
El convoy, en punto de las 10:21 horas, empezó su recorrido desde la estación San Francisco Campeche para atravesar todala selva de la península de Yucatán y cuya meta era Cancún, Quintana Roo.
La cabina de mando y otros tres vagones componían el convoy, en el último vagón viajaba la prensa nacional y uno que otro medio local. El recorrido a veces era de unos 20 kilómetros por hora, pero de pronto llegaba hasta los 110.
El Tren Maya se estacionó en el municipio de Teya, ubicado a unos 10 kilómetros de Mérida, Yucatán, donde el presidente descendió con su comitiva, empresarios, constructores e invitados especiales para inaugurar, junto con el gobernador Mauricio Vila Dosal, el transporte eléctrico que conectará con la capital de ese estado, acto que quedó lejos de flashazos y el clip de las videocámaras, ya que los comunicadores los dejaron dentro del vagón 4.
Después, justo a las 12:54 horas, el tren siguió su trayecto por la selva maya.
La siguiente estación, Tixkokob, luego Izamal, y en ese inter, el jefe del Ejecutivo arribó al vagón cuatro, amigable y dispuesto se prestó a una “banquetera”, en este caso, una “trenmayera” que duró más de media hora.
En un pequeño espacio, el presidente López Obrador dijo que se cumplió un sueño, tal y como lo planeó en su mente y el que propuso durante su campaña, y agregó que el tren será sustentable en tres años.
Después, flanqueado por un helicóptero francés Cougar, el ferrocarril cruzó la estación de Chichén Itzá y Valladolid, última en Yucatán, para luego entrar por Nueva Xcan a Quintana Roo, para arribar a la terminal de Cancún.
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El Tren Maya inicia sus recorridos al público en general a partir de este sábado con dos horarios: el primero a las 7:00 horas y el segundo a las 11:00 horas, desde Cancún y Campeche.
La obra contó con la participación de 100 mil trabajadores especializados y tiene una longitud de mil 846 kilómetros de riel, contiene 1.63 millones de durmientes y para su construcción fueron utilizadas hasta siete mil 750 máquinas especializadas. Con información de Rafael Ramírez Maday Castellanos /El Heraldo de Tabasco, Héctor Moreno