Atrás de Palacio Nacional, la excepción a la ley

En esa zona se puede encontrar desde prostitución hasta todo tipo de artículos clonados

Gerardo Campos | El sol de México

  · domingo 31 de marzo de 2019

En la calle de Mesones abunda el comercio informal / CUARTOSCURO

Justo a espaldas de Palacio Nacional parece empezar una zona de excepción a la ley en la que autoridades de los tres niveles de gobierno permiten la comisión de delitos al amparo de la clandestinidad de comerciantes ambulantes y locatarios de grandes mercados populares.

La línea entre el bien y el mal en el Centro Histórico parece ser el Palacio Nacional, en frente al poniente del primer cuadro los comercios no son víctimas de extorsión, no venden piratería, no hay ambulantaje, las calles son limpias y seguras.

A espaldas se ubican los principales mercados de piratería, objetos de dudosa procedencia, loterías ilegales de presuntos colombianos que se extienden ya por varios estados del país, así como extorsión y prostitución.

Desde la calle de Correo Mayor y la lateral Moneda inicia la venta de ambulantes presuntamente erradicados del Centro Histórico, cuadras adelante está la calle de la Soledad en donde al igual que a un kilómetro de distancia, en la avenida San Pablo, se ejerce la prostitución en la vía pública, en tanto desde Correo Mayor y hasta el mercado de la Merced se vende lotería ilegal, ahí se vende todo tipo de mercancía pirata -desde ropa, películas, discos de audio- ubicado a sólo 23 minutos caminando desde el primer cuadro.

De igual manera, a 25 minutos a pie, se ubica el mercado de Tepito, sede del cártel La Unión Tepito y el grupo Anti Unión que los mismos vendedores aseguran los mantienen bajo cuota económica para trabajar; aquí se encuentra el mercado más grande de piratería en ropa, que tiene desde marcas de prestigio hasta tenis clonados.

En los pasillos ubicados frente a la Lagunilla se puede ver cómo están empacando perfumes de marca clonados, camisas de diseñador, cosméticos, películas pirata, todo ello en medio de un fuerte olor a mariguana quemada que se desprende de los puestos donde con gran desparpajo la fuman quienes venden artículos sexuales, medicamentos y suplementos alimenticios y esteroides.

Todo ello en lo que pareciera ser una zona de tolerancia y excepción a la ley, en pleno corazón del país, a unos cientos de metros de la Presidencia de la República, el Congreso de la Ciudad de México y el Congreso de la Unión sin que ninguna autoridad intervenga.