Damnificados no dejan sus hogares tras el sismo del 19 de septiembre

Vecinos de López 27 no han abandonado sus viviendas por temor a que sean invadidas

Cecilia Nava

  · sábado 19 de mayo de 2018

Los vecinos afectados nos muestran los daños a sus inmuebles / Federico Xolocotzi

La edificación ubicada en López 27, en la colonia centro, delegación Cuauhtémoc, quedó con alto riesgo de colapsar tras la sacudida que recibió durante el sismo del 19 de septiembre del año pasado, pese a este peligro y a ocho meses del suceso, siguen viviendo familias dentro del terreno afectado.

Con inclinación notoria del edificio, hundimiento, daños en su columnas, vigas, muros, y en las instalaciones hidrosanitarias, los vecinos no lo han abandonado por temor a que les invadan sus viviendas, expresó Teresa Flores durante un recorrido que permitió a El Sol de México.

Avanzan los días de aquel movimiento telúrico de 7.1 que provocó muertes y al menos 40 edificios colapsados, y todavía la reconstrucción, que prometió el gobierno capitalino al igual que las 16 delegaciones, avanza de forma lenta.

La señora Flores comentó que sólo los primeros tres meses recibió tres mil pesos mensuales para rentar, pero hasta la fecha ya no tienen apoyo las 54 familias de este edificio, el futuro habitacional es incierto.

Aunque la mayoría ya no vive de planta, algunos sí pasan todo el día para prevenir invasiones y se van por las noches con familiares. “Hemos ido a marchas pero no pasa nada, el gobierno quedó de venir pero no ha venido nadie, esto ya es desesperante”, dijo con el rostro decaído por la incertidumbre en la que vive.

Sin claridad

La vecindad ubicada en la calle Degollado 62, colonia Guerrero, se está cayendo a pedazos en la delegación Cuauhtémoc, aquí no hay ningún registro de alguna evaluación del inmueble.

En el lugar viven alrededor de 20 familias y sólo 11 personas habitan en un solo cuarto, donde su techo de madera está sostenido por dos vigas, aquí las grietas son notorias, ya que cruzan desde la pared hasta en el piso. El lugar ya presentaba problemas estructurales antes del sismo.

“Queremos que nos apoyen, somos gente damnificada, nada más queremos que nos den su ayuda para que nos den un lugar para poder vivir y poder pagar, porque somos gente trabajadora”, demandó Verónica Rentería.