En medio de tensiones entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, comienza el proceso para renovación de la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
La Guardia Nacional, la Ley de Remuneraciones o estancias infantiles son los temas que han generado fricciones entre el Gobierno federal y la CNDH, incluso los dos primeros ya llegaron a la Suprema Corte. La académica en derechos humanos de la Universidad Iberoamericana, Loretta Ortiz Ahlf, explicó que en este proceso de renovación se debe de considerar la experiencia de los aspirantes ya que los temas son importantes.
“Un abogado con conocimiento de los derechos humanos internacionales, con experiencia y no que venga un abogado general de la UNAM. El derecho penal no agota los derechos humanos”, enfatizó.
La especialista resaltó que en México no hay base de datos de desaparecidos, no hay base de datos de trata, no hay base de datos de prácticamente nada, así no se puede investigar, ni se puede detener a los responsables. Con el nuevo sistema nacional de información de seguridad pública serán creadas todas esas bases.
“Hay un desconocimiento de los derechos humanos, mismos que surgen del derecho internacional y son mucho más amplios que los que regula la propia Constitución. Y los que conocen el tema pueden darse cuenta que en este gobierno se ha hecho ya una implementación de estas normas fundamentales’’.
En los foros de paz, las quejas mayoritarias de los tres órdenes de gobierno: “los que mataban, extorsionaban y secuestraban eran policías. De Defensa y Marina también hubo, pero menores.
Las nuevas leyes castigan, mientras que el último informe de la CNDH, “todavía no se creaba la Guardia y ya venían la críticas y no se dijo nada de otros años. Fueron críticas al gobierno. “Es lamentable que no se conozca todo el marco regulatorio a nivel internacional de los derechos humanos’’, refutó Loretta Ortiz.
CONFRONTACIÓN CON ICAZA
La CNDH calificada por la ONU dentro de la más consolidada del mundo, de lo más robusta en su categoría. Con el Ejecutivo no son dos entidades peleando, es una demeritando y atacando a la otra. Un Presidente que rehúsa atender los señalamientos, que ataca y descalifica.
Un conflicto que puede escalar a organizaciones internacionales que exprese su preocupación como ya lo hicieron Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) y otros, dice el exombudsman del entonces Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza.
“Él es reacio a la crítica, reacio a otras opiniones, en ocasiones parece un presidente que tiene una labia fácil y un entendimiento duro; es muy dado a la crítica fuerte a sus adversarios, pero es muy sensible cuando lo critican a él”.
Dijo no ver que haya un conflicto de la CNDH y López Obrador. “Lo que veo es un conflicto del Presidente a la CNDH, cuando es un compromiso constitucional, político y ético de atender los derechos humanos. “Es un mensaje grave de desatención y desdén del Presidente’’.
DINAMIZAR UN CONTRAPESO
El senador Álvarez Icaza aceptó que el Ejecutivo está pensando en desaparecer a la CNDH y crear la Defensoría del Pueblo.