El senador Ricardo Monreal Ávila trató de cerrar el capítulo de confrontación que tuvo en días pasados con su compañero de bancada y ahora ex presidente de la Mesa Directiva del Senado, Martí Batres Guadarrama, por el control de este órgano de dirección legislativa.
Al hacer uso de la palabra durante la renovación del cargo, en el que se eligió a su compañera, Mónica Fernández Balboa, Monreal externó, a nombre propio y de toda la bancada de Morena, su cariño y respeto a Batres, por haber conducido los trabajos legislativos del Senado de manera sobresaliente.
“Le mandamos nuestro respeto y nuestro cariño y un abrazo solidario al compañero Martí Batres, y siempre le extenderemos nuestras manos, nuestros brazos y nuestra cálida sonrisa”, dijo el senador zacatecano, al tiempo que sostuvo que Batres “fue un extraordinario presidente que condujo los debates con eficacia y profesionalismo”.
Pero hace tan solo dos semanas, la lucha interna en la bancada de los senadores de Morena por el control de la Mesa Directiva en la Cámara alta, los llevó a una serie de descalificaciones, donde incluso Batres recurrió a impugnar ante la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena la elección de la senadora Mónica Fernández por haber incLuido a los senadores de Encuentro Social en ella.
Luego que la Comisión de Morena acordó que había sido ilegal la elección, acordó darle la razón a Batres, pero Monreal presentó en paralelo a la decisión del partido una serie de 44 firmas de los senadores de su bancada que apoyaban a Balboa y dijo que la resolución de la Comisión la consideraba su bancada “una estrategia política, pero jurídicamente endeble”, y subrayó que no responderían a la división que impulsaba Batres en la bancada.
A su vez, el senador Batres decidió desistir de su anhelo para reelegirse como presidente de la Mesa Directiva, y calificó que la resolución de su partido había sido una “victoria moral, jurídica y política”.
Añadió también en ese momento que la decisión de la comisión había sido “una gran victoria de los principios de legalidad y de participación democrática. Tiene sentido, porque nuestro movimiento nació luchando contra los fraudes electorales”.
Ayer, sábado, el capítulo de rencillas por el control del Senado entre los morenistas Batres y Monreal al parecer quedó cerrado de palabra en el Pleno. Más tarde el también presidente de la Junta de Coordinación política declaró a la prensa que la elección de Mónica Fernández “no es ninguna victoria, es un cambio institucional.
Así lo percibimos, así fue y lo importante es que salimos muy unidos todos, por unanimidad salió y los otros grupos parlamentarios también respaldaron la propuesta que hicimos.
Entonces, fue importante caminar y se derribaron, se sumaron todos los indicios o presagios de tormenta en la Cámara de Senadores”, concluyó.