Federico Peláez es piloto de un helicóptero de la policía capitalina. Sabe que su trabajo es exigente, en extremo peligroso, pero en ocasiones muy gratificante; también sabe que hay gente buena o mala que necesita de su ayuda, por lo que siempre está dispuesto a ayudar y auxiliar a aquel que requiera su apoyo.
Determinación, valor, actitud de servicio y compromiso son algunas de las cualidades que debe tener el personal que pertenece al equipo de helicópteros del agrupamiento Cóndores de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, que inició en 1971, pero fue hasta 1983 que se les hizo entrega de las nuevas instalaciones en los terrenos del Aeropuerto de Aviación General.
Posteriormente, la dirección general de aeronáutica civil autorizó la creación del Centro de Adiestramiento y Capacitación Aérea con la finalidad de impartir cursos de actualización permanente y especializada en aeronáutica para todos los pilotos y socorristas que vuelan recorriendo cada punto de la capital del país en caso de alguna emergencia, o desastre natural; acudirán a donde se requiera de su apoyo.
Este no es un trabajo fácil de realizar, pues para cumplir con su labor, los elementos a diario trabajan, entrenan y se capacitan para estar preparados y actuar cuando se presente algún siniestro que requiera de sus habilidades para paliar la emergencia sin ningún contratiempo.
El piloto de helicóptero y capacitador de vuelos, Federico Peláez, platica con La Prensa sobre cómo vive día a día su trabajo en esta ciudad, que, al parecer, mantiene un caos constante.
Para él, y desde su profesión, considera que la Ciudad de México “es como una máquina que nunca para; desde el aire lo vemos, cualquier vuelvo que hacemos nosotros… es increíble la cantidad de personas que convivimos en esta ciudad.
Es increíble que las 24 horas hay un movimiento permanente de la ciudad, es un pulmón que siempre está bombeado y nunca descansa.
Durante la charla menciona que son diversas las emergencias que ha tenido que cubrir, y que algunas han sido muy complicadas y otras han impactado su vida, pues ha habido ocasiones en las que, como piloto, tiene que aterrizar en la calle por alguna emergencia, lo que generalmente es complicado por los obstáculos que se presentan: desde autos, hasta personas que se encuentran a los lados tratando de ver la aeronave, sin embargo, hace hincapié en que lo que le causa un mayor reto es cuando se debe trasladar a una persona con muchas lesiones, así como al equipo aeromédico, pues se debe actuar rápido pero sin causar alguna complicación.
Destaca la solidaridad
Sobre los habitantes de esta gran urbe, considera que “los capitalinos tenemos una capacidad de salir adelante a pesar de las dificultades que vive esta ciudad, y de los enormes problemas que tiene, pero siempre existe un espíritu por salir adelante, y en momentos de emergencia, como los sismos, y situaciones mayores, afortunadamente aún existe la solidaridad entre nosotros como ciudadanos”. Para los ojos de este piloto de Cóndores, somos un pueblo siempre dispuesto a extender la mano a alguien necesitado.
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Además, considera que la gente es naturalmente buena, pero no todos tienen las mismas oportunidades y posibilidades de desarrollo, lo que lleva a las personas a tomar el mal camino, aunque, cree fielmente que el ser humano tiende a ser bueno.
El piloto, quien está altamente capacitado para brindar su apoyo cuando surja alguna emergencia, menciona que cuando sale a volar en los helicópteros piensa en que el objetivo principal siempre es cómo podrán ayudar a la persona que está en apuros, o cuáles serán las opciones que tendrán para realizar una misión lo más exitosa posible y en beneficio de la sociedad, que es para lo que están los elementos que trabajan el agrupamiento Cóndores.
Siempre, afirma, es necesario que cualquiera que sea llamado para realizar un vuelo tenga la concentración absoluta, pues el objetivo principal es la seguridad del personal médico, de las víctimas, de los órganos, de los policías de la SSC, y hasta de los familiares de los lesionados, pues en ocasiones es necesario trasladarlo en la nave que pilota, por tanto, es muy importante nunca poner en riesgo a quienes estén a bordo, pues confían en sus capacidades, por ello, es primordial hacer un buen trabajo profesional y estar concentrados, lo que redundará en un buen resultado.
Los elementos de este agrupamiento son un grupo de personas que dedican sus vidas a proteger y salvaguardar a las personas que día con día conviven en esta ciudad. Cuando los Cóndores no tienen llamados, repasan una y otra vez los cursos que toman, y tratan de ponerlos en práctica de la manera más cercana a la realidad posible, para que, cuando se presente una verdadera emergencia, no haya espacio para los errores, por eso también realizan constantemente el programa de protección a la población, para los grandes desastres.
Publicado originalmente en La Prensa