El 27% de los niños y niñas mexicanos de entre 12 y 17 años, con acceso a internet, sufrieron algún tipo de ciberacoso sexual en 2019. Esto es, casi 3 millones de infantes, señala la economista Renata Díaz, investigadora de temas de sexualidad infantil, en entrevista con la OEM. Estima que con el confinamiento a que ha obligado la pandemia de Covid-19, estos números pueden ser mayores en 2020.
Señala que el ciberacoso hacia la infancia es un problema subregistrado, pues apenas se está desarrollando una cultura de la denuncia que nos permite asomarnos al tamaño real del mismo, aunque ya podemos contar con cifras como que de 2017 a 2019 hubo un incremento del 31% de casos de ataques a niñas, niños y adolescentes entre 12 y 17 años.
▶ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
La especialista toma como base las estadísticas de la Cuenta Nacional sobre la Disponibilidad y uso de las Tecnología en los Hogares 2019, del Inegi, para señalar que ya se sabe que 40% de los agresores son conocidos de las víctimas, que sólo 0.2% de los casos fueron denunciados a alguna autoridad y que apenas 5% reportó el conflicto con la plataforma o red social donde se cometió el acoso.
Menciona que se tienen ya detectadas las cuatro principales conductas relacionadas con el ciberacoso hacia niñas, niños y adolescentes:
“El 34% de la victimas reportó mensajes ofensivos. En segundo lugar, con 44%, provocaciones para reaccionar negativamente. En tercero, con 41%, contacto mediante identidades falsas, conocido como grooming. Y el cuarto, con 25%, insinuaciones directas y propuestas sexuales”.
Renata Díaz señala que los cálculos de los investigadores parten de que en México 1.5 millones de personas tienen acceso a internet. Dividido por grupos de edad, la mayor concentración, el 91.2%, está situado entre los 18 y 24 años de edad. El segundo grupo es el de los que tienen entre 12 y 17 años, que son el 87.8% de total. Es decir, que existen alrededor de 12 millones de niños, niñas y adolescentes de 12 a 17 años que tuvieron acceso a internet, de los cuales 27% fueron víctimas de ciberacoso, lo que equivale como a 3 millones de individuos.
El gran error es que los niños entran sin límites ni supervisión a las redes sociales y comienzan a interactuar con desconocidos. Unos delincuentes asumen personalidades falsas, y los niños creen que encontraron a alguien que los entiende y con quien se identifican “y es así como se va dando el discurso, y pues es así como va teniendo información de los niños, hasta resultar también, en casos extremos, en citas a solas, en encuentros sexuales, o en un secuestro de pornografía infantil y trata de personas”.
“Hay que darnos cuenta de que, como padres, al dar internet ilimitado a los pequeños en realidad los estamos exponiendo a un mundo, que si bien es una puerta para salir de casa de alguna forma, también es una puerta de entrada a nuestra vida a desconocidos”, señala la experta del Early Institute.
Refiere que por sus características, estos delitos suelen resultar impunes, pues se sabe que sólo el 0.2% puso una denuncia en el Ministerio Público. De hecho, la mayoría de las niñas, niños y adolescentes lo que hacen primero es bloquear a la persona, cuando en realidad lo que hay que propiciar es la denuncia. Muchas veces ni siquiera lo cuentan a algún familiar, pero los menores somatizan esta violencia hasta padecer depresión, ansiedad, bajo rendimiento escolar, y hasta llegar al suicidio.
¿Qué hacer?
Renata Díaz menciona seis medidas para cuidar la seguridad de los niños al momento de navegar por internet:
1.- No asumir que la supervisión de lo que ven en redes es intromisión en su vida privada, sino que es una medida de prevención equivalente a ponerles el cinturón de seguridad en el auto. Los menores no pueden estar solo en las redes sociales.
2.- Enseñarles que la información que se sube a redes pasa de ser privada a púbica y que sólo se debe interactuar con personas conocidas.
3.- Activar los controles parentales que todos los dispositivos electrónicos contienen.
4.- Poner reglas para el uso de pantallas, en función al grupo de edad. Por ejemplo, de 0 a 6 años usar los dispositivos o tabletas pero sin acceso a internet. Para niños de entre 6 y 12 años acompañarles y definirles el tiempo del uso de dispositivos móviles.
5.- Poner el ejemplo en el uso moderado de dispositivos y acceso a redes, pues niños y adolescentes nos están viendo todo el tiempo, “qué pasa si nos están viendo siempre metidos en el celular, ellos van a replicar nuestro comportamiento”, y
6.- Establecer un puente de confianza entre menores y adultos para propiciar el diálogo y que sea más fácil detectar algún problema o que ellos nos lo cuenten.