ATIZAPÁN DE ZARAGOZA, Méx. “Me voy a ir con el viejito porque necesito dinero para pagar mi renta, no acompleto”, esas fueron las últimas palabras que dijo a su compañeros y compañeras del bar donde trabajaba una de las presuntas víctimas de Andrés N, el supuesto feminicida serial de Atizapán.
"Recordamos perfectamente ese día. Flor llegó al bar y ya de salida nos comentó que se iba con don Andrés, a partir de ese momento ya no volvimos a saber nada de ella, pues ya no regresó y se nos hizo raro porque nunca faltaba", dijeron trabajadores del lugar.
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Tampoco se imaginaron que habría sido asesinada por don Andrés, hasta que se enteraron por las noticias.
RUBICELA TAMBIÉN ERA COMPAÑERA
Los entrevistados señalaron que también trabajaba en el bar Rubicela, quien junto con Flor fueron de las primeras mujeres identificadas por sus credenciales de elector como posibles víctimas del presunto feminicida serial.
Ella, explicaron, trabajaba en un negocio de comida para llevar y en sus ratos libres llegaba al bar para ganarse unos pesos extras, pues era madre soltera.
Dijeron que al parecer, al igual que Flor, la última vez que la vieron con vida, habría sido una noche que abandonó el bar junto con con Andrés N, a partir de ese momento ya no volvieron a saber nada de ella, por lo que consideraron que también fue víctima de este hombre.
