Convoca Francisco a mantener abierta la puerta del perdón

Jorge Sandoval | Corresponsal

  · lunes 21 de noviembre de 2016

entre el jefe de la Iglesia católica y el nuevo comandante en jefe estadunidense existen varios temas de profundo contraste, comenzando por la inmigración, la amenaza de deportaciones masivas y la edificación de un muro.

CIUDAD DEL VATICANO. (OEM-Informex).- Con una solemne misa en laPlaza de San Pedro repleta como en las grandes ocasiones, concluyóel Año Santo de la Misericordia, convocado por el papa Francisco,con el cual marcó la línea de su pontificado, no siemprecompartida, hecho que sin embargo no ha influido para hacerlecambiar idea. Es más, después de cerrar la última Puerta Santa,en la basílica vaticana, el Pontífice argentino dijo que “quedaabierta la Puerta de la Misericordia de Dios, la Puerta delPerdón...”.

De esta manera, instó nuevamente a la Iglesia a no permanecerencerrada y a seguir por el camino indicado por el Jubileo,caracterizado en la cercanía con los “últimos” y en elperdón de los pecados, en otras palabras por la misericordia.

Ante alrededor de 70 mil personas, el colegio cardenalicio alcompleto, incluyendo a los 17 nuevos purpurados “creados” elsábado pasado entre los cuales está el arzobispo de Tlalnepantla,Carlos Aguiar Retes, Francisco presidió la ceremonia eucarísticacon la que clausuró el Jubileo, iniciado el 8 de diciembre de 2015cuando en Roma y en el Estado pontificio aleteaba el temor deposibles actos terroristas después de los atentados enFrancia.

Casi un año después el temor no ha disminuido y para estaocasión, considerando también la altísima afluencia, losalrededores del Vaticano fueron sometidos a rígidas medidas deseguridad, con policía y militares que controlaron los accesos ala plaza símbolo de la cristiandad.

En su homilía, volvió a denunciar las veces “en que tambiénentre nosotros (refiriéndose al mundo eclesiástico) nos dejamosguiar por (aparentes) ‘seguridades’ que nos ofrece el mundoexterior”... ”!Cuántas veces –prosiguió- tenemos latentación de descender de la cruz..!”.

De esta manera, Bergoglio criticó a quienes (dentro de laIglesia) caminan por una “vía fácil y rápida para difundir elEvangelio, olvidándose de cómo actúa la obra de Dios”. Y unavez más invitó a abandonar la tentación del poder y a“descubrir nuevamente el rostro joven y bello de la Iglesia, queresplandece –dijo- cuando es acogedora, libre, fiel, pobre en losmedios y rica en el amor... Una Iglesia misionera”.

Es decir “la misericordia también nos exhorta a renunciar acostumbres y hábitos que pueden obstaculizar el servicio al reinode Dios; a encontrar nuestra orientación únicamente en la perenney humilde realeza de Jesús, y no adecuándonos a las precariasrealezas y a los cambios de poder de cada época”.

Para Francisco, “Dios, apenas le damos la oportunidad, serecuerda de nosotros.... él está dispuesto a cancelarcompletamente y para siempre el pecado, porque su memoria noregistra el mal hecho y no siempre tiene en cuenta las ofensassufridas, como la nuestra... Dios –agregó- no tiene memoria delpecado, sino de nosotros, de cada uno de nosotros, sus amadoshijos... Y cree que siempre es posible volver a empezar,levantarse” después de una caída.

Al concluir el Jubileo, Francisco firmó una Carta Apostólicaque será difundida públicamente probablemente hoy, dirigida atoda la Iglesia para que siga viviendo la misericordia con el mismoespíritu del Jubileo. No es un caso que la carta se titule“Misericordia y Miseria”.

La carta fue entregada a representantes de la Iglesia y del“pueblo de Dios”, es decir los fieles cristianos. La recibieronde manos de Francisco, el arzobispo de Manila, Filipinas, cardenalLuis Antonio Tagle; monseñor Leo William Cushley, arzobispo deSaint Andrew, Edimburgo; dos sacerdotes de la República del Congo;un diácono de Roma con su familia, dos monjas provenientes deMéxico y Corea del Sur, una familia estadunidense, una pareja denovios italiana, dos madres catequistas de Roma, una personaminusválida y un enfermo.

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