/ miércoles 24 de agosto de 2022

Discapacitados, con dificultad para acceder a vivienda: OCDE

Pese a que existen varios apoyos y medios de acceso a la vivienda, para los discapacitados, lograr tener una vivienda digna puede ser un sueño imposible

En una de las tendencias de crisis postcovid, la guerra entre Rusia y Ucrania y los conflictos sobre la inflación en los costes de vida y precios en general, la vivienda es un tema que impacta, pese a los apoyos generados por varios gobiernos a lo largo del mundo, para evitar el colapso de la economía en general.


Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cada vez más personas informaron haber tenido problemas para pagar el alquiler o la hipoteca durante el 2021 y parte del 2022. Esto marca una clara tendencia sobre los que cuentan con ingresos bajos y que buscan vivir solos y mantener un nivel de vida austero, debido a su baja capacidad del poder adquisitivo, pocos aumentos de salarios, e incluso, pese al incremento de renuncias buscando mejores condiciones laborales o para trasladarse a un modelo de homeoffice.

Toda esta dificultad se incrementa para las personas que padecen alguna discapacidad.

Nivel de vida inaccesible

Pese a que la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, adoptada en 2006, estableció que las personas con discapacidad deben poder disfrutar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, y que se deben hacer adaptaciones para que las personas con discapacidad puedan ejercer plenamente sus derechos: incluso en el mercado de la vivienda.

Lamentablemente, la declaración se queda totalmente fuera de la realidad, debido a diversos factores como el mercado de la vivenda, los costes de adaptación que estas personas tienen que absorber, así como la limitación de sus propios ingresos.

Según datos recabados por la OCDE, más de una de cada diez personas (alrededor del 11 por ciento del total registrado) con discapacidad gasta más del 40 por ciento de sus ingresos disponibles en vivienda, por lo que tienen un poco más de probabilidades de verse sobrecargadas por los costos de la vivienda y enfrentar otras dificultades financieras, en comparación con las personas sin discapacidad, que en comparación son alrededor del 9 por ciento.

Tan sólo en la Unión Europea, las personas con discapacidad tienen el doble de probabilidades de tener dificultades para llegar a fin de mes y muchas más probabilidades de estar en riesgo de pobreza. Por otro lado. menos de la mitad de la población de la OCDE está satisfecha con la disponibilidad de viviendas asequibles donde vive.

Los estudios de países informan que algunas personas con discapacidad continúan viviendo en el hogar con padres ancianos hasta bien entrada la edad adulta, debido en parte a la escasez de alternativas asequibles que se adapten a sus necesidades.

Por ejemplo, los datos de la oficina nacional de estadística del Reino Unido de 2019, que evalúan la tenencia de la vivienda a nivel individual, en lugar de familiar, revelan que es menos probable que las personas con discapacidad sean propietarias de su vivienda que las personas sin discapacidad de la misma edad, y que los adultos con discapacidad (de 25 a 54 años) tienen más probabilidades de vivir con sus padres.

Difícil de homogeneizar

Muchas personas con discapacidades viven en un hogar que no satisface completamente sus necesidades. Los datos sobre la accesibilidad del parque de viviendas son irregulares y están desactualizados, pero en promedio solo del 1 al 10 por ciento del parque de viviendas en la mayoría de los países está “libre de barreras” o tiene más de una característica de accesibilidad (como una entrada sin escalones, un dormitorio y un baño en la planta baja, o un baño accesible).

Y no sólo eso, la dificultad se agudiza independientemente del tipo de discapacidad, ya sea física, mental, intelectual o sensorial, y es especialmente difícil para las personas con necesidades más complejas.

En general existe una dificultad intrínseca para homogeneizar, ya que, depende del tipo y la gravedad en la discapacidad, significa que hay ninguna solución de vivienda de "talla única", esto también dificulta la evaluación integral de la idoneidad en la gama de viviendas existente, dada la amplitud de características que pueden hacer que la vivienda y el entorno circundante sean habitables para personas con discapacidades muy diferentes, esto define varios desafíos como la falta de viviendas accesibles para personas con discapacidad, incluidas las personas con movilidad reducida; una escasez de arreglos de vivienda alternativos que satisfagan las necesidades de personas con necesidades diversas; y el desafío general de brindar servicios comunitarios y relacionados con la vivienda integrados a personas con necesidades más complejas.

Puedes leer: Sólo tres edificios de oficinas podrán convertirse en viviendas para los chilangos

Esto provoca que en muchos casos se tengan que gastar en reformas para intentar resolver las necesidades, como el implemento de rampas, elevadores o pasamanos.

Pese a ello, no existen datos exhaustivos de varios países sobre el alcance de otras características de diseño sensibles a la discapacidad en el inventario de viviendas en ejemplos tan particulares y simples como la iluminación, el sonido o el tacto.

El futuro nos alcanzará

La población con discapacidad seguirá creciendo en los próximos años, ya que el envejecimiento de la población se acelera y las enfermedades crónicas afectan a más y más personas. Para 2050, alrededor del 28 por ciento de la población de la OCDE tendrá más de 65 años, en comparación con poco más del 18 por ciento actual. Esto hará que la demanda de viviendas accesibles y servicios de apoyo relacionados que sean accesibles para personas con una variedad de discapacidades crezca en el futuro, puesto que la proporción de personas con discapacidad crecerá a medida que se acelere el envejecimiento de la población y las enfermedades crónicas afecten a más personas.

En caso de Francia, por ejemplo. A principios de este año, el gobierno anunció esfuerzos renovados para desarrollar soluciones de vivienda para los casi siete mil adultos franceses con discapacidades significativas que actualmente reciben apoyo público: cruzar la frontera hacia Bélgica para obtener vivienda y servicios de apoyo, ya que estos no están suficientemente disponibles en Francia.

Una encuesta reciente en Australia encontró que las tres cuartas partes de los hogares con un miembro con discapacidad vivían en viviendas que no satisfacían completamente sus necesidades.

Políticas insuficientes

Pese a que en varios países existe legislación para la adecuación de viviendas para la inclusión, las políticas que están vigentes varían considerablemente, debido a la ausencia de datos comparables. Por otro lado los requisitos de accesibilidad sólo se aplican a la nueva construcción o, en casos excepcionales, a proyectos de renovación significativos de viviendas existentes o ya construidas. Además, se aplican solo a una parte de las zonas residenciales, como viviendas plurifamiliares (en algunos casos, con un número mínimo de unidades) o viviendas financiadas o gestionadas por las administraciones públicas.

En algunos casos, sólo exigen que se cumpla un nivel mínimo de accesibilidad en todos los edificios públicos; otros exigen un nivel mínimo de accesibilidad en todos los edificios y espacios públicos, por lo que siguen existiendo brechas considerables en la accesibilidad del espacio público, incluidas las redes de transporte público, en los países de la OCDE y la UE. Como resultado, el enfoque actual no logra entregar un stock significativo de viviendas accesibles.

Hay solución

Pese al enorme reto en las políticas públicas y cambios en la mentalidad del diseño y los mercados, desde la OCDE se han propuesto diversas soluciones como llenar los persistentes vacíos de conocimiento; en segundo lugar, crear herramientas para unir a las personas con discapacidades y los apoyos y servicios de vivienda que necesitan; fortalecer los requisitos mínimos de accesibilidad, los cuales se aplican actualmente en sólo a una fracción del parque de viviendas en la mayoría de los países.

Ejemplos de ello se han visto en Perú, donde algunas asociaciones buscan concientizar a cerca de la importancia de los programas de acceso a la vivienda.

También imponer requisitos de accesibilidad en grandes renovaciones, o aquellas que se benefician del apoyo público y que los gobiernos dupliquen las inversiones en viviendas accesibles como parte de un plan de recuperación económica, por ello el apoyo financiero específico sigue siendo esencial para algunas personas con discapacidad. Esto no es solo para pagar el alquiler o la hipoteca, sino también para adaptar su hogar a las necesidades cambiantes, especialmente a medida que envejecen.

Otra de las propuestas cruza por que los gobiernos incentiven a más hogares para que introduzcan características básicas de accesibilidad para facilitar la accesibilidad progresiva del parque de viviendas existente, para ello, las políticas de vivienda deben buscar coordinarse con otros dominios como la salud, el empleo, el transporte y la atención a largo plazo que garantizaría que las personas con discapacidad se integren plenamente en nuestras comunidades.

Dichos esfuerzos pueden ayudar a derribar las barreras formidables y persistentes que enfrentan las personas con discapacidades para encontrar viviendas asequibles y accesibles, un lugar al que realmente puedan llamar hogar.



TE RECOMENDAMOS EL PODCAST⬇️

Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music

En una de las tendencias de crisis postcovid, la guerra entre Rusia y Ucrania y los conflictos sobre la inflación en los costes de vida y precios en general, la vivienda es un tema que impacta, pese a los apoyos generados por varios gobiernos a lo largo del mundo, para evitar el colapso de la economía en general.


Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cada vez más personas informaron haber tenido problemas para pagar el alquiler o la hipoteca durante el 2021 y parte del 2022. Esto marca una clara tendencia sobre los que cuentan con ingresos bajos y que buscan vivir solos y mantener un nivel de vida austero, debido a su baja capacidad del poder adquisitivo, pocos aumentos de salarios, e incluso, pese al incremento de renuncias buscando mejores condiciones laborales o para trasladarse a un modelo de homeoffice.

Toda esta dificultad se incrementa para las personas que padecen alguna discapacidad.

Nivel de vida inaccesible

Pese a que la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, adoptada en 2006, estableció que las personas con discapacidad deben poder disfrutar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, y que se deben hacer adaptaciones para que las personas con discapacidad puedan ejercer plenamente sus derechos: incluso en el mercado de la vivienda.

Lamentablemente, la declaración se queda totalmente fuera de la realidad, debido a diversos factores como el mercado de la vivenda, los costes de adaptación que estas personas tienen que absorber, así como la limitación de sus propios ingresos.

Según datos recabados por la OCDE, más de una de cada diez personas (alrededor del 11 por ciento del total registrado) con discapacidad gasta más del 40 por ciento de sus ingresos disponibles en vivienda, por lo que tienen un poco más de probabilidades de verse sobrecargadas por los costos de la vivienda y enfrentar otras dificultades financieras, en comparación con las personas sin discapacidad, que en comparación son alrededor del 9 por ciento.

Tan sólo en la Unión Europea, las personas con discapacidad tienen el doble de probabilidades de tener dificultades para llegar a fin de mes y muchas más probabilidades de estar en riesgo de pobreza. Por otro lado. menos de la mitad de la población de la OCDE está satisfecha con la disponibilidad de viviendas asequibles donde vive.

Los estudios de países informan que algunas personas con discapacidad continúan viviendo en el hogar con padres ancianos hasta bien entrada la edad adulta, debido en parte a la escasez de alternativas asequibles que se adapten a sus necesidades.

Por ejemplo, los datos de la oficina nacional de estadística del Reino Unido de 2019, que evalúan la tenencia de la vivienda a nivel individual, en lugar de familiar, revelan que es menos probable que las personas con discapacidad sean propietarias de su vivienda que las personas sin discapacidad de la misma edad, y que los adultos con discapacidad (de 25 a 54 años) tienen más probabilidades de vivir con sus padres.

Difícil de homogeneizar

Muchas personas con discapacidades viven en un hogar que no satisface completamente sus necesidades. Los datos sobre la accesibilidad del parque de viviendas son irregulares y están desactualizados, pero en promedio solo del 1 al 10 por ciento del parque de viviendas en la mayoría de los países está “libre de barreras” o tiene más de una característica de accesibilidad (como una entrada sin escalones, un dormitorio y un baño en la planta baja, o un baño accesible).

Y no sólo eso, la dificultad se agudiza independientemente del tipo de discapacidad, ya sea física, mental, intelectual o sensorial, y es especialmente difícil para las personas con necesidades más complejas.

En general existe una dificultad intrínseca para homogeneizar, ya que, depende del tipo y la gravedad en la discapacidad, significa que hay ninguna solución de vivienda de "talla única", esto también dificulta la evaluación integral de la idoneidad en la gama de viviendas existente, dada la amplitud de características que pueden hacer que la vivienda y el entorno circundante sean habitables para personas con discapacidades muy diferentes, esto define varios desafíos como la falta de viviendas accesibles para personas con discapacidad, incluidas las personas con movilidad reducida; una escasez de arreglos de vivienda alternativos que satisfagan las necesidades de personas con necesidades diversas; y el desafío general de brindar servicios comunitarios y relacionados con la vivienda integrados a personas con necesidades más complejas.

Puedes leer: Sólo tres edificios de oficinas podrán convertirse en viviendas para los chilangos

Esto provoca que en muchos casos se tengan que gastar en reformas para intentar resolver las necesidades, como el implemento de rampas, elevadores o pasamanos.

Pese a ello, no existen datos exhaustivos de varios países sobre el alcance de otras características de diseño sensibles a la discapacidad en el inventario de viviendas en ejemplos tan particulares y simples como la iluminación, el sonido o el tacto.

El futuro nos alcanzará

La población con discapacidad seguirá creciendo en los próximos años, ya que el envejecimiento de la población se acelera y las enfermedades crónicas afectan a más y más personas. Para 2050, alrededor del 28 por ciento de la población de la OCDE tendrá más de 65 años, en comparación con poco más del 18 por ciento actual. Esto hará que la demanda de viviendas accesibles y servicios de apoyo relacionados que sean accesibles para personas con una variedad de discapacidades crezca en el futuro, puesto que la proporción de personas con discapacidad crecerá a medida que se acelere el envejecimiento de la población y las enfermedades crónicas afecten a más personas.

En caso de Francia, por ejemplo. A principios de este año, el gobierno anunció esfuerzos renovados para desarrollar soluciones de vivienda para los casi siete mil adultos franceses con discapacidades significativas que actualmente reciben apoyo público: cruzar la frontera hacia Bélgica para obtener vivienda y servicios de apoyo, ya que estos no están suficientemente disponibles en Francia.

Una encuesta reciente en Australia encontró que las tres cuartas partes de los hogares con un miembro con discapacidad vivían en viviendas que no satisfacían completamente sus necesidades.

Políticas insuficientes

Pese a que en varios países existe legislación para la adecuación de viviendas para la inclusión, las políticas que están vigentes varían considerablemente, debido a la ausencia de datos comparables. Por otro lado los requisitos de accesibilidad sólo se aplican a la nueva construcción o, en casos excepcionales, a proyectos de renovación significativos de viviendas existentes o ya construidas. Además, se aplican solo a una parte de las zonas residenciales, como viviendas plurifamiliares (en algunos casos, con un número mínimo de unidades) o viviendas financiadas o gestionadas por las administraciones públicas.

En algunos casos, sólo exigen que se cumpla un nivel mínimo de accesibilidad en todos los edificios públicos; otros exigen un nivel mínimo de accesibilidad en todos los edificios y espacios públicos, por lo que siguen existiendo brechas considerables en la accesibilidad del espacio público, incluidas las redes de transporte público, en los países de la OCDE y la UE. Como resultado, el enfoque actual no logra entregar un stock significativo de viviendas accesibles.

Hay solución

Pese al enorme reto en las políticas públicas y cambios en la mentalidad del diseño y los mercados, desde la OCDE se han propuesto diversas soluciones como llenar los persistentes vacíos de conocimiento; en segundo lugar, crear herramientas para unir a las personas con discapacidades y los apoyos y servicios de vivienda que necesitan; fortalecer los requisitos mínimos de accesibilidad, los cuales se aplican actualmente en sólo a una fracción del parque de viviendas en la mayoría de los países.

Ejemplos de ello se han visto en Perú, donde algunas asociaciones buscan concientizar a cerca de la importancia de los programas de acceso a la vivienda.

También imponer requisitos de accesibilidad en grandes renovaciones, o aquellas que se benefician del apoyo público y que los gobiernos dupliquen las inversiones en viviendas accesibles como parte de un plan de recuperación económica, por ello el apoyo financiero específico sigue siendo esencial para algunas personas con discapacidad. Esto no es solo para pagar el alquiler o la hipoteca, sino también para adaptar su hogar a las necesidades cambiantes, especialmente a medida que envejecen.

Otra de las propuestas cruza por que los gobiernos incentiven a más hogares para que introduzcan características básicas de accesibilidad para facilitar la accesibilidad progresiva del parque de viviendas existente, para ello, las políticas de vivienda deben buscar coordinarse con otros dominios como la salud, el empleo, el transporte y la atención a largo plazo que garantizaría que las personas con discapacidad se integren plenamente en nuestras comunidades.

Dichos esfuerzos pueden ayudar a derribar las barreras formidables y persistentes que enfrentan las personas con discapacidades para encontrar viviendas asequibles y accesibles, un lugar al que realmente puedan llamar hogar.



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