El secretario interino de Seguridad Nacional de EU, Kevin McAleenan, afirmó este viernes que la llegada de migrantes indocumentados a territorio estadounidense bajará en junio hasta un 25% respecto a las cifras registradas en mayo, cuando más de 144 mil personas llegaron al país.
McAleenan atribuyó ese descenso al reciente acuerdo con el Gobierno mexicano, que forzará a quienes solicitan asilo en EU a esperar en el país vecino hasta que se resuelvan sus casos.
"Esas iniciativas están teniendo un impacto y, ahora, anticipamos una reducción significativa de los cruces en la frontera para junio, de hasta un 25%, en comparación con los niveles récord de mayo", dijo McAleenan en una rueda de prensa en Washington.
Teniendo en cuenta la estimación de McAleenan, el número de migrantes detenidos en la frontera con México podría ser de unos 108 mil 200 este mes.
A principios de junio y tras una semana de intensas negociaciones en Washington, EU y México alcanzaron un acuerdo migratorio que hizo que el presidente estadounidense, Donald Trump, accediera a suspender unos aranceles que quería imponer a las importaciones mexicanas, como castigo por el flujo de migrantes.
Ese pacto incluye un acuerdo para que EU expanda su programa "Permanezcan en México", también conocido como Protocolo de Protección de Migrantes (PPM).
Esa iniciativa, por la que EU devuelve a México a los solicitantes de asilo que llegan a su frontera mientras se tramitan sus peticiones, empezó a aplicarse este año en un sólo punto de entrada, en San Diego (California), y a partir de marzo se amplió a otros dos, en Calexico (California) y El Paso (Texas).
El arreglo implica que se expandirá la implementación de ese programa a lo largo de toda la frontera.
Al respecto, McAleenan detalló que su Gobierno está haciendo "planes" con México para que "en las próximas semanas" se aplique esa iniciativa en diferentes ciudades fronterizas.
Es la primera vez que las autoridades migratorias de EU dan detalles sobre los plazos para expandir el programa.
Algunos activistas están preocupados por la posibilidad de que llegue a la zona oriental de la frontera y obligue a algunos migrantes a esperar en Tamaulipas, considerado uno de los estados más peligrosos de México.