WASHINGTON. El presidente de EU, Donald Trump, dio un paso más en la presión sobre Irán con la imposición de nuevas sanciones, en este caso a las exportaciones de hierro, acero, aluminio y cobre, a la vez que exigió a Teherán que "altere fundamentalmente su conducta".
"He firmado una orden ejecutiva para imponer sanciones a los sectores del hierro, acero, aluminio y cobre de Irán, que son las mayores fuentes de ingresos después del petróleo", dijo Trump, al recordar que suponen el 10% de su economía.
En una respuesta relativamente mesurada a la presión de EU, Irán anunció su retiro parcial del acuerdo nuclear firmado en 2015 en Viena. La reacción consiste esencialmente en reducir “parcialmente” los compromisos “voluntarios” de vender los excedentes de uranio enriquecido y de agua pesada.
Al miso tiempo, lanzó un ultimátum a los otros cinco signatarios del pacto (Rusia, Gran Bretaña, Francia, Alemania y China) para que cumplan con sus compromisos en materia bancaria e importación de petróleo.
"Irán volverá a cumplir sus compromisos cuando se respeten sus demandas", señaló el presidente Hasan Rohani en un mensaje por televisión destinado a explicar esa medida a la opinión pública.
A través de esa medida, que los expertos consideran insignificante, el gobierno iraní marca su protesta a las sanciones impuestas el 5 de mayo por Washington.
Todas las actividades económicas y financieras con Irán están suspendidas en virtud de las sanciones adoptadas por EU.. Washington amenazó con aplicar represalias contra los países que no se plieguen al boicot estadounidense.
Consciente de ese chantaje, Irán acordó un plazo de 60 días a los otros firmantes para que puedan reaccionar, si al cabo de ese plazo podrá complementar sus medidas como aumentar el porcentaje de enriquecimiento de uranio y reformar instalaciones críticas como la planta de Arak.
A fin de intensificar su presión, Rohani amenazó con dejar de luchar en la frontera afgana contra el tráfico de heroína destinado a Europa y de no perturbar el flujo migratorio de Afganistán y Pakistán. También se dirigió a China que, desde el anuncio de las sanciones no realizó ninguna compra de petróleo iraní.