LONDRES. Los británicos conocerán el martes el nombre del sucesor de la primera ministra , Theresa May, un puesto que parece asegurado para el polémico Boris Johnson cuya victoria reforzaría un posible Brexit sin acuerdo.
Los seguidores del imprevisible Boris aclaman su visión optimista para el Reino Unido pero al mismo tiempo hacen hincapié en que tendrá que estar rodeado de un buen equipo para ocuparse de los detalles.
"Si tiene buena gente a su alrededor, irá bien", dice Sue Busby, de 67 años de edad, una militante del Partido Conservador que parece decidida a impulsar a Johnson hasta el poder esta semana.
El exalcalde de Londres ha cortejado a los conservadores con la promesa de sacar al país de la Unión Europea y, si es elegido líder del partido, tomará el relevo de May como primer ministro el miércoles.
Pero sus detractores están alarmados de cómo Johnson batalla con los puntos más delicados y complejos del Brexit, y cuestionan su atención a los detalles en cargos anteriores.
Como ministro de Relaciones Exteriores, tergiversó el caso de una mujer británico- iraní detenida en Teherán, y como alcalde de Londres, se le acusa de apoyar grandes proyectos que resultaron ser costosos fracasos.
Sin embargo, algunos de los que trabajaron con él en Londres de 2008 a 2016 dicen que se rodea de gente talentosa.
"Aunque asume el control, y su visión prevalece, es bueno delegando", dice Victoria Borwick, quien sirvió por tres años como vicealcaldesa.
Otro antiguo colega, que pidió permanecer en el anonimato, dijo que Johnson era "muy, muy, muy visionario".
"Una vez que tenía un equipo en el que confiaba, te dejaba hacer", aseguró. Aunque podía dominar los detalles cuando era necesario, en algunas cuestiones, "hay un elemento de improvisación" en él, añadió.
Johnson se ha rodeado de algunos miembros de su antiguo equipo de Londres para ayudarlo en su candidatura a Downing Street, incluyendo al exjefe de personal Edward Lister y al exjefe de comunicaciones Will Walden.
La campaña también incluye a diputados y ministros actuales y anteriores. El resultado es que lidera un grupo de personas que no siempre están de acuerdo.
Johnson promete sacar al Reino Unido de la UE con o sin acuerdo el 31 de octubre, y dice que todos sus ministros deben secundar este principio. Pero sus partidarios de la campaña van desde el euroescéptico de línea dura Jacob Rees-Mogg hasta el secretario de Salud Matt Hancock, quien dijo que no creía que salir sin acuerdo de la UE sea una política viable.
"Mucha de esa gente buscará recompensas como empleos en el gobierno" si gana, señala Catherine Haddon, de la organización Instituto para el Gobierno.
También preocupa cuánto podrían tratar los ministros de manejar al impredecible Johnson si gana como se espera.
A pesar de comenzar la carrera con una gran ventaja, el equipo de campaña de Johnson ha jugado a lo seguro, limitando sus apariciones en los medios de comunicación y atenuando su retórica.
Para sus críticos, esta dependencia excesiva de su equipo es el problema. Steve Norris, excandidato a la alcaldía de Londres, dijo al The Guardian: "Es un gran orador, pero un pésimo gestor".