- Además de enfrentar a policías y militares, deben contartambién con el permiso de los cárteles para poder cruzar algunasregiones
José Chávez, El Sol del Centro
Si bien México no ha edificado un muro de concreto para detenerla migración de centroamericanos, sí ha construido una murallapoliciaca y militar que criminaliza y mete en prisión a quienesosan cruzar ilegalmente su frontera sur. Pero además el migrantetiene que brincar la cerca que coloca el crimen organizado.
Así lo planteó en entrevista, Leticia Gutiérrez Valderrama,misionera scalabriniana de la organización Migrantes y Refugiados,luego de dictar la conferencia “Derecho de los Migrantes”, enel vestíbulo del Congreso del Estado.
Charla en la que aseguró que en cuestión de deportacionesnuestro país es más eficiente que el norteamericano, de hechoaseguró que durante el año pasado fueron detenidos y expulsados100 mil centroamericanos.
Pero el migrante centroamericano –indicó- no sólo tiene queenfrentar a policías, militares o agentes de migración, tieneademás que contar con la autorización de los cárteles para podercruzar ciertas zonas del país, ya que el tráfico de personas esuno de los 28 delitos que domina el crimen organizado.
Señaló que entre estos obstáculos se debe considerar tambiénla existencia de más de 50 estaciones migratorias instaladas a lolargo del país, llamadas Centros de Resguardo, que en realidad sonprisiones donde recluyen a los migrantes ilegales.
Esta situación se deriva –consideró- de la políticamigratoria que en el mundo sigue teniendo una visión depersecución, ignorando el derecho de la persona a desarrollarse yde permitirle cumplir con su papel de motor de desarrollo en elpaís a donde llega.
Sin embargo, comentó que por nuestra República no sólotransitan migrantes centroamericanos, de hecho hace dos semanas enla Casa del Migrante que opera su organización en la Ciudad deMéxico, había personas de 15 nacionalidades de cuatrocontinentes, y quienes ante la Política Anti-migrantes, desplegadapor el Gobierno Norteamericano, seguramente tratarán de permaneceren nuestro país, si las autoridades se los permiten.
En esta Casa –indicó- han llegado cientos de migrantes que enel camino han sido víctimas de diversos delitos como secuestro,asaltos, violación, chantajes o intentos de asesinato.
El problema es que mientras tanto “en varias partes del mundola gente es obligada a emigrar por necesidades económicas o porquelas violencias están obligando a que la gene salga de su lugar deorigen a veces sin rumbo fijo, sin ninguna opción y sin nada,sólo con lo que traen puesto pero dispuestos a enfrentar en elcamino toda clase de adversidades”, señaló.