TEJUPILCO. Todos los días, desde las 4:00 horas, habitantes de la comunidad de Cuadrilla de Martínez, en el municipio de Tejupilco, Estado de México, utilizan una tirolesa que ellos construyeron para cruzar el río y conectarse a la población de Salitre, en el municipio de Temascaltepec y así poder ir a trabajar, a estudiar, a realizar compras y para comercializar sus productos.
La construcción del puente es el sueño de comuneros que sólo quedó en una promesa política. La comunidad de Cuadrilla de Martínez actualmente cuenta con alrededor de 600 habitantes y se ubica a la orilla del municipio de Tejupilco, a unos 40 minutos de la zona centro si se viaja en automóvil.
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Sus vecinos más cercanos son los habitantes de la comunidad de El Salitre, perteneciente al municipio de Temascaltepec, con quienes desde años atrás encontraron una hermandad que era separada por el río que lleva el mismo nombre del municipio sureño y desemboca al río Balsas. “Hace años, la gente de ambos pueblos cruzaba a caballo, pero sólo cuando la creciente del río era muy baja, pero llegando las lluvias era prácticamente imposible cruzar”, comentó Felipe Martínez, vecino del lugar.
Los lazos de amistad entre familias de Cuadrilla de Martínez y El Salitre llevaron a los pobladores a crear una tirolesa que les permita cruzar el río y de esta manera acudir a trabajar, a la escuela, de compras o a vender sus productos.
Don Felipe comentó que luego de varios intentos lograron construir la tirolesa y de esa manera encontraron una forma “quizá arcaica pero efectiva” de conectarse con sus vecinos y estrechar una relación que hasta el momento perdura, pues en fiestas patronales los comuneros de ambos municipios se visitan.
“Si queríamos visitar a nuestros vecinos teníamos que viajar en vehículo a Tejupilco y de ahí trasladarnos a Temascaltepec, prácticamente son tres horas de camino, pero si lo hacemos cruzando el río llegamos en media hora”, narró el habitante de la comunidad.
Don Felipe detalló que, en las festividades de septiembre, en el caso de El Salitre, y en noviembre, en Cuadrilla de Martínez, se organizan procesiones y ello obliga a que mucha gente se mueva de un lado a otro ayudados con la tirolesa que consta de un cable de acero, poleas y cuerdas.
“En un principio, los habitantes buscaban un árbol y lo dejaban caer con la finalidad de que sirviera de puente. Sí funcionaba, pero eso sólo era temporal porque una vez que llegaban las lluvias la creciente del río arrastraba todo a su paso”, comentó el poblador.
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El entrevistado comentó que para algunos niños les resulta más cercano ir a la escuela de la comunidad de Temascaltepec que a alguna de las comunidades de Tejupilco.
Don Felipe subrayó que la solicitud de un puente ha sido una constante que han hecho llegar a las autoridades de ambos municipios. “Aquí han venido presidentes municipales y nos han prometido por lo menos la construcción de un puente peatonal, pero no se ha hecho realidad. En una ocasión se intentó hacer un camino, pero, aunque hubo maquinaria para abrir un sendero, no se logró y todo quedó en una promesa más”, platicó.
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